Una nueva disposición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires establece que todo pasajero que llegue al país de algún destino considerado de riesgo será enviado a un hotel para cumplir con los protocolos de aislamiento obligatorio. La medida rige para todos los residentes en el área metropolitana que regresan a sus hogares vía aérea o marítima, ya sea al aeropuerto de Ezeiza o al puerto porteño.
La norma no discrimina la manifestación de un cuadro sintomático en los pasajeros: todos, sin excepción, serán derivados a los hoteles-hospitales que fueron preparados especialmente para aislar a los repatriados y hospedar a los casos sospechosos a efectos de descongestionar la atención en los centros de salud. Hasta las 8:30 del lunes, han arribado y desembarcado un total de 983 pasajeros: 287 ya han egresado de los hoteles para continuar el aislamiento total en sus hogares, tal la cuarentena dispuesta por el presidente Alberto Fernández desde el viernes 20 hasta el martes 31 de marzo inclusive.
Una vez que pisan suelo argentino, los recibe un operativo que se realiza en conjunto con el gobierno nacional, a cargo del Ministerio de Salud de la ciudad, el SAME, la Secretaría de Transporte porteño, Policía de la Ciudad, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria. A pesar de que no está indicado en los protocolos sanitarios, muchos llevaban puesto barbijos a modo de prevención. Los que viven en el área porteña son derivados a uno de los 14 hoteles acondicionados para dar asilo preventivo a los repatriados. Los residentes de otras ciudades argentinas son enviados en micros de larga distancia a los diferentes destinos: de viernes a domingo, más de veinte micros partieron desde Ezeiza, según un comunicado del Ministerio de Transporte de la Nación.
Comúnmente, según relató el personal que participó del operativo, los repatriados arriban con intención de dirigirse a sus hogares y en el aeropuerto son notificados de nuevas disposiciones a nivel nacional y municipal. No todos, pero la mayoría accede con cordialidad a las órdenes de confinamiento obligatorio. Una vez que los pasajeros ingresan a los hoteles, se les hace una evaluación individual general, que incluye no sólo el cuadro clínico sino también la recreación de la historia epidemiológica. Tienen un seguimiento diario de su estado de salud y en caso de ser necesario, reciben atención psicológica y psiquiátrica.
La intención es evaluar la salud de los pasajeros y esperar la manifestación del virus en un plazo estimado entre nueve y catorce días. Algunos, quienes llegaron en barco desde Uruguay, pudieron ser reubicados en sus domicilios con un seguimiento a distancia de los profesionales. En los hoteles, que fueron inmunizados y acondicionados especialmente para estos operativos, se les brinda a los pasajeros desayuno, almuerzo, merienda y cena, y hay provisión y recambio de sábanas y toallas, guantes, barbijos, jabón, champú y alcohol en gel.
Los pasajeros llegaron desde Estados Unidos, Brasil, España, Alemania y Uruguay vía Buquebús. Los hoteles que los recibieron fueron el Presidente, Cyan de las Américas, Gran View, Deco Recoleta, Ibis Congreso, Escorial, Cyan América Tower y Panamericano. La norma impacta en todos los pasajeros que regresen de las zonas de alta circulación del virus, estipuladas por el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, y se extenderá hasta que todos los repatriados regresen al país.
En los últimos días, el presidente Alberto Fernández manifestó su descontento contra una serie de grupos de personas en el marco de una pandemia: los especuladores de precios, los irresponsables que no cumplen con la cuarentena y los repatriados. A éstos últimos, el mandatario les dedicó unas palabras en el raid mediático del día domingo. “Tengamos presente que después del 13 de marzo, cuando se había declarado la pandemia, se fueron más de 20 mil argentinos al exterior. Es incomprensible, porque uno les está avisando de lo que pasa y ellos se van -enfatizó-. Ahora, esos son los que piden ser repatriados. Hay casos que no son así y hay que ver cómo se resuelve. Pero el mundo está conmocionado, no solo la Argentina. Entonces hay que entender lo que está pasando. Hay que privilegiar a los de la edad de riesgo que están afuera, el resto que espere. Los argentinos llegarán en la medida que podamos”. A su vez, expresó que se va a dosificar el ingreso de los que se fueron porque la tarea es principalmente “cuidar a los que estamos acá”.
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