Algunos autos yendo en ambas manos, los colectivos circulando por el Metrobus con capacidad limitada, sin detenerse demasiado tiempo en las paradas, y unos pocos transeúntes esperando la señal del semáforo para cruzar la avenida. La postal de la emblemática avenida 9 de Julio es casi un calco de lo que sucede en todas las calles de la Ciudad de Buenos Aires. O más bien, en el país.
En la primera jornada de cuarentena obligatoria, Capital Federal luce casi desierta en comparación con un día hábil. El movimiento es incluso levemente inferior al de un día feriado. Según el relevamiento de Infobae, varios comercios abrieron sus puertas, como las panaderías, y algunos encargados de edificio se animaron a salir a lavar las veredas.
La orden de aislamiento social para evitar la propagación del coronavirus contempla que algunos comercios puedan seguir funcionando normalmente, aunque la mayoría implementará medidas para la protección de sus empleados y de los clientes y minimizar los riesgos de contagios.
Entre las excepciones especificadas por la normativa (24 en total), figuran los servicios y actividades consideradas “esenciales”, como la salud, el abastecimiento de alimentos, los medicamentos, combustibles o personal diplomático, entre otros.
También las personas que trabajan en la recolección, transporte y tratamiento de residuos, en la asistencia a otras con discapacidad y en la atención de comedores escolares, comunitarios y merenderos. Todo personal afectado a estas labores y otras más está habilitado para circular libremente.
En el centro de CABA, la ausencia de público hizo más notable la presencia de los fumigadores, del personal de seguridad y de agentes de tránsito que verifican que sólo las personas autorizadas en el decreto se suban a colectivos, trenes y subtes. Junto a la policía porteña, el gobierno de la Ciudad ordenó la colaboración de Bomberos, Defensa Civil y la Agencia Gubernamental de Control (AGC) para cumplir las tareas de vigilancia epidemiológica.
El gobierno porteño advirtió que la Policía tiene la orden de detener y poner a disposición de la Justicia a las personas que no cumplan con el aislamiento obligatorio dictado por el presidente Alberto Fernández para evitar la propagación del coronavirus.
“Es importante apelar a la responsabilidad de cada uno de nosotros. Necesitamos que se quedan en casa y nosotros vamos a ser muy firmes para cumplir el decreto”, aseguró el secretario de Seguridad y Justicia, Marcelo D’Alessandro en una conferencia de prensa que compartió con el vicejefe de Gobierno Diego Santilli y el secretario de Transporte, Juan José Méndez.
Durante la mañana se produjeron las primeras detenciones. Fueron en el hotel alojamiento Mansión Lirio, ubicado sobre la calle Presidente Perón al 3131, en el barrio de Balvanera. Allí se encontró a un ciudadano chino y a un dominicano que tenían en su poder cristal y ketamina, además de pipas de vidrio. La redada terminó con trece personas arrestadas, entre varias parejas y empleados del lugar.
El procedimiento se disparó cuando un policía de consigna vio a una pareja al salir del lugar. Está a cargo del Juzgado Federal N° 9 de Luis Rodríguez, que recibe todos los casos por los artículos 202 y 205 del Código Penal que castigan a quienes violan los estatutos para prevenir la pandemia.
Las autoridades de la cartera de Seguridad indicaron que en Capital Federal habrá hasta el 31 de marzo una cobertura de seguridad aparte en sitios específicos: en 25 hoteles, en 139 supermercados, en 36 hospitales, en 12 destinos determinados por la Justicia de personas en cuarentena y en 15 lugares turísticos.
Video y fotos: Thomas Khazki y Lihueel Althabe
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