Como parte de las medidas de prevención dispuestas para evitar la expansión de la pandemia de coronavirus, la Asociación de Propietarios de Farmacias de la República Argentina (ASOFAR) dispuso un protocolo de actuación para los empleados de sus comercios.
Desde mañana, las más de 2 mil farmacias que nuclea ASOFAR en todo el país atenderán entre las 8 y las 9.30 de la mañana especialmente a todas las personas que integran los grupos considerados de riesgo: mayores de 60 años; embarazadas; personas con enfermedades respiratorias crónicas (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfisema congénito, displasia broncopulmonar, bronquiectasias, fibrosis quística y asma moderado o severo) o que presenten enfermedades cardíacas (insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, valvulopatías y cardiopatías congénitas).
El Poder Ejecutivo estableció este martes que se “dispensarán del deber de asistencia a su lugar de trabajo, a partir de la publicación de la presente y por el plazo de catorce (14) días corridos" a ese mismo grupo -como también a aquellos que padecen de inmunodeficiencias, diabetes, insuficiencia renal crónica en diálisis o que tienen expectativas de ingresar a diálisis en los siguientes seis meses- en el ámbito público, “a fin de que realicen sus tareas habituales u otras análogas en forma remota”.
En el ámbito privado, en tanto, el texto firmado por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, establece la suspensión del "deber de asistencia al lugar de trabajo por el plazo de catorce (14) días, con goce íntegro de sus remuneraciones”.
ASOFAR concentra alrededor de un tercio de la facturación del sector en la zona del AMBA y más de un diez por ciento a nivel federal. Su presidente, Norberto Mañas, se encuentra recluído en cuarentena desde el último jueves tras regreso por Europa. “Tomé la decisión antes de que sea obligatorio porque estoy convencido de que debemos cuidarnos para poder cuidar al otro”, manifestó. Lo más duro es no tener contacto con mis hijos, de 11 y 16 años, a quienes no veo desde mi vuelta, ya que están en casa de amigos
También describió la situación de miedo que se advirtió en Madrid cuando la pandemia comenzó a descontrolarse. “Hasta hace una semana, se veía a la gente caminar por las calles sin grandes temores y a muy pocos con barbijos”, dijo. “Pero ya con el correr de los dias, cada vez eran menos los peatones que circulaban por la ciudad, la mayoría de ellos esta vez con barbijos, y se veía transitar a una enorme cantidad de autos en el centro, lo que es poco común en las capitales europeas. Fue algo shokeante, que espero se revierta en el corto plazo”.
SEGUÍ LEYENDO: