El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció este jueves en una conferencia de prensa que prepara un cambio de protocolo en el sistema de atención médica ante futuros casos del virus COVID-19.
Así, desde el Ministerio de Salud porteño se informó que en el transcurso de las próximas semanas, se implementará un nuevo mecanismo de atención y control, una vez que la capacidad de los hospitales y clínicas privadas se vea desbordada.
El titular de la cartera sanitaria de la Ciudad, Fernán Quirós, anunció que un futuro cercano se resolverá que aquellos casos positivos de coronavirus más leves serán tratados y seguidos en sus respectivos domicilios.
“De acuerdo a la evolución de los casos, próximamente vamos a modificar el protocolo de seguimiento de los enfermos leves y sospechosos, fuera de los hospitales”, anunció Quirós, durante una conferencia de prensa en compañía del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el titular del SAME, Alberto Crescenti.
“Aún no hemos tomado la medida porque los hospitales están todavía con mucha capacidad instalada para poder responder. Pero podría ocurrir en los próximos días o semanas que modifiquemos críticamente el protocolo, como ya lo han hecho todos los países del mundo”, completó el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta las últimas horas del miércoles, en la Argentina se habían registrado 20 casos positivos de COVID-19, una persona fallecida y se están analizando a 140 personas en condición de sospechosos.
En países como China, Japón, España o Alemania, donde los contagios de coronavirus se reprodujeron con anterioridad y en una cantidad mucho más grande, ya comenzó a implementarse la metodología de atención domiciliaria para aquellos positivos más leves y los sospechosos.
De hecho, se estima que en la Ciudad de Buenos Aires se adoptará un procedimiento de decisión similar al que se emplea actualmente en España.
Las autoridades sanitarias del país ibérico presentaron un documento oficial el 9 de marzo en el que especificaron los detalles sobre la valoración de cada caso para resolver su atención domiciliaria.
El primer punto antes de determinar la posibilidad de atención domiciliaria es la valoración de los factores de vulnerabilidad previos para acceder a una enfermedad grave.
En ese punto, se somete al paciente a diversos análisis para determinar su propensión a enfermedades crónicas como trastornos cardiovasculares (en especial, hipertensión), diabetes, enfermedades pulmonares y renales.
También se indagará en la posible alteración del sistema inmunitario en el organismo del paciente, así como se constatará si se trata de alguien de edad avanzada o una mujer que transcurre un embarazo.
En el caso de que alguno de esos análisis brindara un resultado positivo, se descarta de manera inmediata la posibilidad de atención domiciliaria. El paciente es considerado de riesgo y es derivado a alguno de los centros de salud disponibles.
En el caso de que el paciente no presente algunos de esos riesgos, el paciente se somete a un segundo análisis de valoración, donde se establecerán los denominados “criterios de gravedad” en los aspectos respiratorios, gastrointestinales o neurológicos. Este campo está relacionado directamente a los síntomas que presente el paciente al momento de ser evaluado por primera vez.
Antes de resolver la posible atención domiciliaria, el médico deberá evaluar si el paciente presenta síntomas respiratorios, como disnea, expectoración abundante o hemoptisis (expulsión de sangre al toser). También deberá descartar trastornos gastrointestinales, como vómitos incoercibles o diarrea con deshidratación, y problemas neurológicos, como confusión o letargia.
Una vez que el médico confirme la ausencia de todos esos trastornos (o al menos una manifestación muy leve) es cuando podrá derivar a los pacientes positivos o sospechosos a sus respectivos domicilios.
Cuáles son los requisitos óptimos para una internación domiciliaria
En el documento oficial, la cartera sanitaria española especificó algunos factores importantes para que la internación domiciliaria de los pacientes sea la adecuada.
En principio, se aclaró que no es necesario que el paciente contagiado viva acompañado, siempre y cuando pueda asegurar una asistencia telefónica.
La vivienda donde se quede en cuarentena deberá disponer de un espacio con buena ventilación y que pueda ser destinado de forma específica para el aislamiento del caso. La puerta de ese habitáculo deberá permanecer cerrada. También se recomienda la designación de un baño para uso exclusivo del paciente. En caso de que la familia disponga de un solo baño, se deberá limpiar el espacio con lavandina doméstica después de cada uso del paciente.
Respecto a los acompañantes del paciente, se recomienda de manera ferviente que ningún familiar o allegado presente condiciones de salud con riesgos previos de contraer las enfermedades graves contempladas en el primer punto del análisis. Eso cabe para personas con edad avanzada, diversidad funcional, enfermedades crónicas, inmunodeprimidas o embarazadas.
A su vez, se recomienda que el paciente positivo mantenga una distancia de 2 metros con sus convivientes y que todos los integrantes del domicilio tengan la capacidad intelectual de comprender y aplicar de manera correcta las medidas básicas de higiene, prevención y control de la infección.
Además, se recomienda que la familia pueda disponer de un intercomunicador (como el "babycall" utilizado con los bebés) para la comunicación entre el paciente y familiares y que se establezca un registro de entrada y salida diario de cada persona que accedió a la habitación de aislamiento.
Desde ya, se determinó también la prohibición de que la persona enferma reciba visitas durante su período de aislamiento.
Hasta el momento, Quirós especificó que, por ahora, los hospitales disponen de espacio suficiente como para recibir casos positivos y sospechosos. Sin embargo, se estima que el número de contagiados continuará en crecimiento con el pasar de las semanas.
Como medida preventiva, el gobierno de la Ciudad anunció también el aporte al sistema sanitario porteño de 100 camas más para los cuidados intensivos (90% más de las que había hasta el brote del coronavirus), la compra de 80 respiradores, 5 ambulancias nuevas y la conformación de un equipo de acompañamiento psicosocioemocional para los casos positivos.
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