En plena fiesta de la vendimia Mendoza mostró una de sus imágenes más impactantes a causa de la crisis climática: el pico más alto de América, el Aconcagua, se erige imponente aunque sin nieve. La foto, que fue tomada por un reportero gráfico durante un viaje a Chile, se viralizó en redes sociales y abrió el debate sobre la grave sequía que sufre la región y las consecuencias que acarrea.
La nieve del pico montañoso desafiado por intrépidos escaladores que llegan de todo el mundo tiene una función esencial: su deshielo alimenta el río Mendoza que provee de agua más 1 millón de personas y permite el desarrollo de proyectos productivos en la región.
La imagen fue compartida en Twitter por el ex intendente de San Carlos, hoy diputado provincial Jorge Difonso, coautor de la ley 7.722 que busca proteger el agua mendocina. La foto fue tomada por Néstor Ponce durante un vuelo a Santiago de Chile hace unos 10 días.
La sequía no es una novedad en esa provincia ni del otro lado de la Cordillera. Incluso en Santiago de Chile ya hay severas restricciones a la provisión de agua potable para la población por esta causa. Según los expertos y científicos, esta zona de los Andes es una de las que estará más afectada por la suba promedio de las temperaturas. Los escenarios más optimistas muestran una suba de poco más de 1ºC, lo que ya será suficiente para grandes cambios.
Inés Camilloni, licenciada en Meteorología e investigadora de la UBA y del Conicet y autora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), le explica a Infobae: “Hay una tendencia bastante marcada en la disminución de la cantidad de nieve en la cordillera y se vincula directamente con la sequía que también se registra en Chile. Los mismos sistemas meteorológicos que generan lluvia son los que permiten que se acumule nieve en la Cordillera. Es una zona semiárida donde la lluvia y el deshielo son los que alimentan con agua los ríos. Es por eso que se observa una reducción significativa de los caudales de los ríos San Juan y Atuel, por ejemplo”.
La experta, que estudia los efectos de la crisis climática en la Argentina, agrega que los escenarios y modelos de variaciones en esa región muestran estos cambios. Sin embargo, señala que están sucediendo más rápido de lo esperado. “La velocidad con la que se están produciendo las retracciones de hielos y glaciares es alarmante. En Mendoza no sólo afecta a los procesos productivos sino también al uso para consumo humano y apela a la gestión del recurso hídrico. Las variaciones en las lluvias y el deshielo cambia el ciclo de los ríos. No sólo afecta la cantidad de agua disponible sino también la calidad y el momento en que ese agua está disponible. Hoy se observa un adelantamiento de los deshielos provocado por el aumento de las temperaturas”, sostiene.
Un trabajo sobre impactos del cambio climático realizado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) indica que las principales consecuencias en Mendoza y San Juan están vinculadas al agua. “Se espera que disminuyan aún más las áreas de los Andes que están cubiertas por hielo. Ese deshielo y la disminución de las precipitaciones están acelerando el agotamiento de las aguas superficiales, por lo que se prevé mayor vulnerabilidad de varias economías regionales. La industria del vino depende de los ríos de deshielo y es uno de los sectores que mayor previsiones está tomando al respecto”, advierte Enrique Maurtua, experto de esa entidad y destaca que se espera una reducción significativa de los caudales de los ríos San Juan, Mendoza y Atuel.
La crisis hídrica que atraviesa la provincia es una de las razones que empujó a fines del año pasado a miles de vecinos a las calles para detener proyectos de megaminería que iban a competir por un recurso que ya es escaso. Diques, ríos y lagunas ya muestran hoy escenas de lo que genera el cambio climático.
Las autoridades ambientales ya trabajan en planes de adaptación y mitigación para estos nuevos escenarios, aunque son conscientes de que están ante un gran desafío. “Hace tiempo que venimos trabajando con expertos locales y nacionales para adaptarnos a este nuevo escenario. Nuestro ecosistema de monte y espinal ha sufrido fuerte variación en la precipitación lo que nos ha obligado a llevar adelante medidas para ser capaces de construir modelos productivos sustentables. Trabajamos en conjunto con el Instituto Nacional del Agua, también con el Ianigla (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) y con el departamento de Irrigación para poder articular un plan articulado de adaptación y mitigación frente al cambio climático”, indica a Infobae Sebastián Melchor, director de Recursos Naturales Renovables de Mendoza.
Respecto del Aconcagua explica: “Hace 20 o 30 años, cuando comenzó el trabajo de Guardaparques a más de 4.000 metros de altura, no hacía falta proveerlos de heladeras. Hoy, sí. El nuevo escenario nos obliga a adaptarnos y nos pone ante el enorme desafío global de trabajar para que pueda seguir desarrollándose la vida en este planeta”.
Es que la crisis climática también afecta a varias especies en la provincia. Por caso, la reducción de la laguna Las Salinas redujo su superficie de 3.500 hectáreas a unas 40 ha. Esto pone en riesgo la fauna acuática y se decidió rescatar especímenes para conservarlos. De los peces rescatados, una parte se liberó en otros espejos de agua y la otra fue reservada en cautiverio en las estaciones de piscicultura de El Nihuil y Manzano Histórico, para su reproducción y posterior siembra en ambientes propicios para la reproducción de estas especies autóctonas.
“Alrededor de 1000 percas y más de 200 especímenes de pejerrey patagónico fueron rescatados y enviados a espejos de agua y a las estaciones de piscicultura. La importancia de esta población reside en que es una de las pocas de la provincia en las que la genética no se vio contaminada con alguna especie exótica”, detalla Melchor.
Además de esta intervención, también se ha construido un reservorio de agua para los sistemas de producción. Y, para mejorar el monitoreo y la proyección de escenarios del recurso se instaló una red estaciones Niveo Meteorológicas para tener información en tiempo real y se realizan estudios de amenazas aluvionales para el piedemonte mendocino. La forestación sigue siendo una política central de la provincia y se incluye este tipo de acción en los programas educativos de las escuelas.
La Tercera Comunicación Nacional (el último reporte que la Argentina presentó ante los expertos de las Naciones Unidas) sostiene: “De acuerdo a los estudios y a la información disponible, esta es la región de Argentina que presenta los mayores riesgos por el cambio climático”. Los científicos se refieren las zonas de los Andes, su piedemonte y los llanos a lo largo de seis provincias de centro a norte de Argentina: Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy.
“La temperatura media anual aumentó entre 1950 y 2010 sobre casi la totalidad de la región y en promedio 0,6 ºC, llegando 0,7 ºC en Salta y Jujuy. Este aumento se registró tanto en las temperaturas máximas como en las mínimas, pero más marcadamente en estas últimas, con una general disminución en parámetros relacionados con temperaturas extremas frías, como el número de días con heladas y la frecuencia de noches frías. El valor mínimo anual de la temperatura diaria mínima tuvo en el promedio regional un aumento de 3° C. La reducción de los extremos fríos ha sido mayor en Mendoza y San Juan que en Salta y Jujuy”, agrega el reporte oficial.
Las proyecciones para fines de siglo son casi aterradoras: “Esta es la región del país para la que se proyecta el mayor calentamiento en este siglo. En el futuro cercano el aumento de la temperatura media no dependería mucho del escenario de concentraciones y sería mayor a 1°C en gran parte de la región con una lengua de mayor calentamiento que se extiende desde el norte y a lo largo del oeste. En el futuro lejano, el aumento de la temperatura media sigue el mismo patrón geográfico pero depende del escenario de concentraciones siendo de entre 3,5 y 7° C”, pronostica el informe. Es posible que la foto del Aconcagua sin nieve deje de ser una curiosidad.