Unos 2.240.000 adultos viven en la Ciudad de Buenos Aires. El 31% de esos adultos fuma y el 80% de esos fumadores, tira casi todas las colillas donde no corresponde. La asociación civil Eco House realizó recientemente un informe y recolectó 10.000 filtros –en solo 2 horas– en veredas y calles de cinco manzanas del Microcentro para mostrar el peligro que significa. Una sola colilla basta para contaminar hasta 60 litros de agua.
En este marco, la ONG y algunos legisladores porteños presentaron esta semana un proyecto de ley que contempla multas para las personas que arrojen colillas de cigarrillos en la vía pública. Según un estudio realizado en diciembre pasado, en las calles porteñas se arrojan más de cinco millones de filtros en forma diaria.
La intención es reducir sensiblemente la polución ocasionada por los filtros de los cigarrillos, a los que los fumadores pisan contra el suelo para apagar o directamente arrojan encendidos para que la combustión termine en forma natural.
“Se entiende por colilla al resto de un cigarro o cigarrillo que se deja sin fumar luego de haber sido consumido; puede o no contener restos de tabaco y puede o no contener el filtro”, aclara la iniciativa presentada por Sergio Abrevaya, legislador del GEN, que contempla en uno de sus artículos multar a las personas que arrojen a la calle ese tipo de material.
Si ponemos un promedio mínimo de 5 cigarrillos por persona, por día, se fuman 3.472.000 cigarrillos diarios. Esto significa que como mínimo 2.777.600 colillas son arrojadas en la vía pública, macetas, etc. El número es aún más alarmante porque no están contabilizados los adultos y adolescentes fumadores que ingresan diariamente a la Capital Federal. Lamentablemente no existen datos oficiales.
Máximo Mazzocco, fundador de Eco House, advirtió que se está invirtiendo en la búsqueda de una solución pero “hoy no hay un sistema eficiente y que funcione para el reciclaje de las colillas”.
“Antes la campaña se basaba en educación y en colocar cestos. Ahora le vamos a dar un marco legal, con dos leyes complementarias: una apunta al ciudadano para que no arroje las colillas a la calle. Y por otro lado para el productor de cigarrillos, para que se ocupe de que su residuo no sea peligroso y se haga responsable del producto altamente nocivo y tóxico que está generando”, le dijo a Infobae.
En este sentido, Mazzocco alertó: “La tabacalera es una industria que está generando una bomba de tiempo en todos los sentidos. La Ciudad es un asco, es un mar de colillas. Son bombas de tiempo ambiental. Esta ley es simplemente coherencia”.
El proyecto cuenta con un importante consenso y el apoyo de otros bloques, ya que la avalan las firmas de los legisladores Lucía Romano (Juntos por el Cambio), María Rosa Muiños (Frente de Todos) y María Patricia Vischi (UCR-Evolución).
Abrevaya también es el autor de la ley que contempla la prohibición de fumar, arrojar colillas o restos de cigarrillos en patios de juegos, parques y plazas, la cual fue sancionada por la Legislatura el año pasado y contempla las multas para quienes arrojan los filtros en la vía pública.
La multa estipulada en la ley 6.288 es de 30 a 700 Unidades Fijas (UF). Las UF se fijan de acuerdo al valor de medio litro de nafta súper del Automóvil Club Argentino (ACA), que hoy es de 26, 72 pesos. Por eso, las sanciones para quienes tiren las colillas al piso irán desde los $ 801,60 hasta los 18.704 pesos.
Según pudo saber este medio, el proyecto podría ser tratado a partir de abril y por el amplio apoyo político con el que cuenta, la posibilidad de su aprobación es alta.
Texto del proyecto
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