El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) inició hoy la cuarentena sanitaria de la elefanta Mara, en el Ecoparque porteño, previo a su traslado al Santuario de Brasil ubicado en el Estado de Mato Grosso.
Mara, una elefanta asiática de 50 años, reside desde 1995 en el ex-Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires a donde llegó tras un decomiso judicial a un circo por maltrato animal. Ahora, se iniciaron los preparativos para su partida hacia un sitio donde estará con otras tres elefantas de su especie.
La cuarentena previa a la exportación, requerida por el Servicio Veterinario oficial de Brasil implica realizar y certificar oficialmente distintas pruebas diagnósticas convenidas con el Senasa, por ejemplo, verificar que esté libre de tuberculosis, fiebre aftosa y leptospirosis.
“Los profesionales veterinarios del Ecoparque las realizan con la supervisión de nuestro Servicio, para garantizar que la elefanta reúna las exigencias sanitarias brasileras para su exportación”, explicó Laura Giménez, a cargo de la Dirección de Comercio Exterior Animal del Senasa.
Por su parte, María Cristina Cosma, veterinaria de la misma entidad a cargo de la cuarentena de la elefanta, explicó que “se le dará un tratamiento preventivo con antibióticos para evitar que Mara pueda contraer leptospirosis y eliminarla en el destino a través de su orina”.
El Senasa asesoró al personal del Ecoparque acerca de las condiciones de bioseguridad que deben respetar las instalaciones en donde la elefanta realiza la cuarentena. “Por ejemplo, hay prevenciones que deben tener los cuidadores que la atienden: al ingresar a la zona de aislamiento deben pasar por un pediluvio o baño de pies y utilizar botas, guantes y barbijos para que no exista posibilidad de una contaminación”, detalló Cosma.
Una vez finalizado el aislamiento, el Senasa firma y otorga el Certificado Veterinario Internacional (CVI) y el permiso para transitar por la Argentina con el cual Mara será trasladada hasta Brasil.
Un grupo de entre cuatro y siete personas asiste cada día a la elefanta para encarar el traslado a la reserva cuyo traslado fue anunciado el 19 de diciembre de 2019, cuando se lo anunció oficialmente. Su salida se planea desde hace tres años y de cara a ella, el Ecoparque porteño organizó la despedida que incluye cartas con el deseo de buen viaje de quienes le quieran escribir.
Los cuidadores que trabajan incansablemente con la elefanta aseguraron a Infobae que “a Mara le gusta colaborar con el momento de los cuidados”.
Por su parte, Guillermo Wiemeyer, gerente de Bienestar Animal del Ecoparque porteño que la acompañará hasta el santuario de Brasil, contó a Infobae que “el trabajo con Mara tiene más de 4 años" y al referirse al pasado de la elefanta dijo que "tenía entrenados comportamientos propios del circo y conductas que no tienen que ver con el cuidado animal y de alguna manera lo aprovechamos y adaptamos a sus propias necesidades y para que nos permita limarle las uñas, cuidar las plantas de los pies y todo lo que estás viendo”.
El traslado de Mara
La elefanta viajará en una caja especial que pesa 5750 kilos y que está ubicada en el lugar de la cuarentena. Actualmente, Mara está realizando un proceso de acostumbramiento, bajo supervisión de sus cuidadores, para evitarle inconvenientes en la travesía de 2700 kilómetros entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el municipio Chapada dos Guimarâes, cercano al santuario. Favorablemente, la elefanta ya aprendió a ingresar a la caja y la reconoce como algo normal.
Se estima que el recorrido por tierra llevará al menos 4 días con paradas periódicas —los tiempos van a depender de la necesidad de la elefanta— y contará con el acompañamiento de cuidadores y veterinarios especializados, además de personal del santuario que llegarán a bsucarla y supervisar el traslado.
“Todos estamos muy ansiosos para que arribe a su nuevo lugar, el santuario, donde se va a encontrar con tres elefantas más de la especie asiática, como ella”, subrayó Cosma.
“Me hace muy bien saber que ella va a estar en un ambiente grande y selvático, donde se pueda sentir libre, junto a sus congéneres”, concluyó la profesional.
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