La agrupación Moto For Peace (MFP), una ONG sin fines de lucro que fue creada en el año 2000 por policías italianos y bendecida por el Papa Francisco, llegó a la Argentina como parte de un recorrido de ayuda humanitaria que incluirá a otros países de Latinoamérica. La caravana partió desde Francia y cruzó el continente con el objetivo de transitar cerca de 14.000 kilómetros a los largo de seis países.
El pasado viernes desembarcaron en Mar del Plata y mantuvieron reuniones con el cónsul de Italia, Darío Cortese; el intendente local Guillermo Montenegro, y el obispo Gabriel Mestre. Luego, recibieron un reconocimiento por su trabajo en el Concejo Deliberantes de la ciudad balnearia.
La MFP ofrece ayuda humanitaria a las comunidades más vulnerables y castigadas en diferentes partes del mundo. Apoyan proyectos sociales y de evangelización, e impulsan campañas de recaudación de fondos. Siempre junto a sus motos, que les permiten de recorrer miles de kilómetros y unir largas distancias.
La ONG surgió por la iniciativa de integrantes del Cuerpo de Policía Estatal de Italia. Pero a lo largo de los años logró ampliarse y sumar a agentes de España, Libia, Austria, Turquía y Alemania, entre otros.
Buscan ayudar a las personas más desfavorecidas de las comunidades que visitan, habitualmente los niños. En particular, en el desarrollo de proyectos destinados a mejorar su vida escolar y garantizar un servicio médico-sanitario más eficiente.
El grupo está compuestos por 15 policías: 12 hombres y 3 mujeres. La mayoría de ellos pertenecen a la Guardia di Finanza y a los carabineros de Italia. También hay integrantes de Gran Bretaña, Alemania, España y Bélgica.
La llegada de la ONG a la Argentina fue motorizada por el Papa. Luego de una reunión con ellos, les pidió que lleven adelante en el país la tarea humanitaria que venían desarrollando en otros continentes. La intención del Pontífice fue que la Policía Federal sirva de apoyo en Argentina para que la misión luego continúe por otros países de Latinoamérica.
Los motoqueros se quedarán en Buenos Aires hasta el miércoles 4 de marzo y luego partirán hacia el norte. El viaje continuará por Asunción (Paraguay), La Paz (Bolivia) y Lima (Perú)
Este lunes los integrantes de Moto For Peace fueron recibidos en el camping de Smata, gremio que conduce Ricardo Pignanelli, ubicado en la localidad de Cañuelas. En el encuentro estuvo presente el secretario general del sindicato, el vicario general del Arzobispado porteño Joaquín Sucunza, y el presidente de Scholas Occurrentes, José María del Corral, la fundación auspiciada por Francisco, que cerró una alianza solidaria con el grupo de motoqueros.
Durante el encuentro se realizó una ceremonia en la que se plantó un olivo como símbolo de la paz, lo que significó el inicio de una colaboración para los próximos años entre la ONG y la fundación.
“Plantamos un olivo que simboliza la paz con representantes del gremio Smata, con quienes venimos trabajando, y un grupo de Moto For Peace, la asociación de motoqueros bendecida por el papa Francisco para hacer tarea humanitaria por el mundo”, explicó José María del Corral en declaraciones a la agencia de noticias Télam.
Bernardo Lepore, presidente de Moto for Peace, recordó durante la ceremonia del olivo que este segundo viaje de la ONG por América del Sur se realiza por expreso pedido del papa Francisco.
Hoy formaron parte de nuevas actividades en la ciudad de Buenos Aires. Por la mañana visitaron la villa 1-11-14 y luego se dirigieron a la villa 31. Este martes visitarán el museo de la Policía Federal Argentina y al jefe de la fuerza, Juan Carlos Hernández. Más tarde llevarán a cabo una visita protocolar al embajador italiano en el país, Giuseppe Manzo.
Por la tarde, a las 17:30, presenciarán una misa en la Catedral Metropolitana, que será oficiada por el arzobispo porteño, Mario Poli, y de la que participará el vicario general del Arzobispado porteño, Joaquín Sucunza. Allí rendirán un homenaje al General San Martín.
Desde que llegaron a Buenos Aires los motoqueros están apoyados y custodiados por el cuerpo motorizado de la Policía Federal, que les brindó alojamiento y una escolta permanente.
Todos los eventos de los que participan son custodiados por integrantes del departamento de Asuntos Extranjeros y la Policía de Tránsito, al tiempo que la coordinación está bajo la Dirección General de Seguridad Diplomática.
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