Adrián Marcal Gago es un fantasma. No lo pueden hallar. Nada se sabe de él. No aparece. Se desvaneció en el aire.
Tenía que cumplir con sus obligaciones judiciales porque había conseguido llegar en libertad al juicio oral y público en el que está imputado por integrar una banda que estafaba con certificados impositivos falsos. En junio de 2017 dejó de presentarse ante el Tribunal Oral Federal 3 donde se realizará el juicio y desde entonces lo buscan.
Marcal Gago integraba una banda que se dedicaba a la falsificación de certificados de crédito fiscal que vendían a empresas. Con esos papeles, las compañías se presentaban ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para cancelar deudas impositivas. Y cobraban sumas millonarias de las empresas que compraban los certificados de buena fe. Pero cuando les llegaban intimaciones de la AFIP por la falta de pago de sus obligaciones, los empresarios se daban cuenta de la estafa. Para entonces, la banda de estafadores que operaba en Puerto Madero ya había cobrado parte de lo acordado.
Así juntaron millones. En 2013 fueron procesados por el entonces juez Norberto Oyarbide porque se descubrieron ocho estafas con certificados falsos. En la causa judicial se demostró que empresas importantes como Boldt, Isolux o Crónica TV cayeron en las garras de la banda que tenía como nombre de sus sociedades una expresión de deseo: Que nunca nos falte (QNNF).
Habían elegido aquella sigla para bautizar sociedades que Marcal Gago y su compinche Miguel Ángel Lamparelli armaron para mover la enorme cantidad de dinero que consiguieron estafando a empresas que, al comprar los certificados de deuda impositiva a un valor menor que el nominal, creían que iban a hacer un buen negocio. Los empresarios estafados se presentaron ante la Justicia. Luego de la confirmación de los procesamientos por parte de la Sala II de Cámara Federal, el caso pasó al juzgado a cargo de Luis Rodríguez, quien elevó el expediente hacia un Tribunal Oral Federal.
Allá por julio de 2014 los entonces integrantes de la Sala II de la Cámara Federal, Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah, en la confirmación del procesamiento explicaron la maniobra: “Centralmente, se investigan un grupo de operaciones a través de las cuales, y mediante la confección y presentación de documentación apócrifa, diversas personas que se presentaban como titulares de sociedades en actividad, aparentando tener a su favor créditos y bonos fiscales, se contactaban con empresas que mantenían importantes deudas con la Administración Federal de Ingresos Públicos y les ofrecían cancelar sus obligaciones tributarias mediante la cesión onerosa de sus títulos, abonando por ellos, en general, una suma dineraria equivalente a poco más del noventa por ciento de su valor nominal. El ardid así desplegado fue, en la mayoría de los casos, tardíamente detectado, dado que las adquirentes eran advertidas de la falsedad de los documentos cancelatorios al ser intimados por el organismo recaudador al pago de los impuestos atrasados, circunstancia que ocurría varios meses después de la formalización de las cesiones y cuando la mayor parte de los cheques entregados a cambio habían sido cobrados. Algunas empresas, incluso, fueron sometidas a procesos penales que tramitaron ante el fuero penal tributario”.
En 2013 Infobae publicó fotos en las que se veía a los integrantes de la banda de Marcal Gago y Lamparelli junto a una enorme cantidad de fajos de dólares. En las fotos aparecían brindando con champan. Marcal Gago posó en calzoncillos junto a cientos de billetes de dólares. Mostraban su buen pasar en Puerto Madero. De la nada habían pasado a tener autos de lujo, barcos y rentables negocios. A los negocios oscuros de la banda se los vinculó con un sistema de protección brindado por agentes de inteligencia y ex funcionarios públicos.
A buena parte de esa banda no se la conocía públicamente. El que tenía un nombre de cierta notoriedad era Marcelo Mallo. Se lo recuerda como el dirigente que organizó la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, un emprendimiento avalado por el kirchnerismo que financió a los barrabravas que viajaron a alentar a la Selección en el Mundial de Sudáfrica 2010. Mallo fue detenido, liberado y procesado por Oyarbide y la Cámara le confirmó el procesamiento Mallo, según la investigación judicial, participó en la maniobra por la que resultó estafada Crónica TV. Estuvo nuevamente detenido y fue excarcelado por el TOF 3.
Tanto Lamparelli como Marcal Gago dejaron de cumplir con los requisitos que les impuso el Tribunal Oral Federal para poder permanecer en libertad hasta el inicio del juicio. A Lamparelli lo encontraron en un procedimiento que realizó la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado en una investigación sobre irregularidades en la AFIP. Lamparelli, otro de los que contaba dinero en el departamento de Puerto Madero, está detenido. Pero las fuerzas de seguridad no pueden dar con Marcal Gago, a quien Arroyo Salgado también pidió capturar. Otro pedido de captura contra Marcal Gago fue dictado por el juez Luis Rodríguez porque no se presentó ante su juzgado por trámites pendientes en la causa por la que fue a juicio.
En 2016 se difundieron videos filmados dentro de la financiera SGI de Puerto Madero, también conocida como La Rosadita. Allí se veía a un hijo del empresario Lázaro Báez y a Daniel Pérez Gadín, contador del hombre de negocios sureño, mientras contaban millones de dólares. En otros videos-según se publicó por entonces- de esa misma cueva financiera se pudo ver una imagen de Marcal Gago mientras observaba cómo se contaban los billetes.
La fiscal del caso, Fabiana León, pidió que se lo declare rebelde y su captura y desde entonces lo buscan sin ningún resultado. La División Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal no puede hallarlo. Los investigadores no pueden creer que no haya ningún rastro firme para detenerlo.
Marcal Gago cumplirá 53 años el próximo 7 de julio. Fue empleado de la Dirección General Impositiva (DGI) y tiene antecedentes penales. En 2009 había sido condenado por el Tribunal Oral en lo criminal 1 a dos años de prisión en suspenso por una estafa cometida en 2003. En 2011 fue condenado por el Tribunal Oral Federal 4 a una pena de un año de prisión en suspenso por una estafa similar a la del caso por el cual lo buscan. Fue por un hecho cometido en 2007. Desde hace dos décadas Marcal Gago está involucrado en delitos similares que fueron analizados en diferentes tribunales.
Lo buscan desde mediados de 2017 y no lo pueden hallar. Los jueces del TOF 3 Fernando Machado Pelloni, Javier Feliciano Ríos y Andrés Basso persisten en la búsqueda impulsada por al fiscal León. En tanto se preparan para llevar a juicio a una banda que engañaba con certificados fiscales a grandes empresas y que evidentemente tenía contactos en AFIP. A esa maniobra hay que agregarle la de lavado del dinero ilegal que conseguían por la venta de los certificados. Familiares de los que manejaban la banda de Puerto Madero están imputados por haber lavado dinero obtenido en la maniobra.
Todo está encaminado. Pero falta Marcal Gago. Una pieza clave en la organización y de la que no se sabe nada desde 2017.