Transcurría el año 1947, y el presidente Perón junto con Eva Duarte fueron invitados de honor para participar de la tradicional Fiesta de la Vendimia en la ciudad de Mendoza. Fue la primera y única vez que lo hicieron.
Es saludable recordar que el homenaje a la vendimia se remonta al siglo XVII, en los inicios de la producción industrial del vino en la provincia. La vendimia es ante todo un culto a la “Madre Tierra”, donde la mujer es la protagonista. Por los tanto, la figura religiosa central es la Virgen de la Carrodilla, “patrona de los viñedos”, quien precede los desfiles. Es la fiesta nacional más antigua en todo el país.
Perón y Evita, junto a una importante comitiva oficial, llegaron a Mendoza el 8 de abril de 1947, y tras bajar del tren, acompañados por el gobernador peronista, el sanrafaelino Faustino Picallo (1898–1971) fueron en un auto descapotable hasta la Casa de Gobierno. Luego en la Plaza Independencia, y ante una multitud que lo vivaba, Perón anunció: “Estamos en la tarea de conquistar la independencia económica que hace 100 años esperamos”. Por la tarde, junto al secretario de Trabajo y Previsión, José María Freire, inauguró el Hospital Regional para Ferroviarios. Por la noche, se realizó una recepción en el Casino, donde las candidatas al cetro provincial le fueron presentadas al presidente Perón y a su esposa. Las tres noches que pasaron en Mendoza se hospedaron en el Plaza Hotel.
El segundo día comenzó con la inauguración del mástil del Cerro de la Gloria y continuó con un almuerzo organizado por las “fuerzas vivas” de la ciudad. La fiesta de la Vendimia comenzó formalmente a las 18 del 9 de abril, con la Bendición de los Frutos en el prado del Parque General San Martín. Luego de presenciar el desfile del Carrusel por la Avenida de los Plátanos, Perón golpeó la reja y bebió el “Vino Nuevo”, tras recibir de manos de una niña vestida de campesina una copa de plata, obra del orfebre francés Gustave Keller, especialmente adquirida en París. A la noche, se realizó el Baile de las Reinas en el popular boxing club “El Babilonia”. En esa velada, Perón y Evita cenaron solos, en el restaurante Torchio, ubicado en la calle Entre Ríos Nº 64, entre San Martín y San Juan.
En el tercer día, Perón y su esposa presenciaron desde un palco sobre la calle Sarmiento una demostración militar y de reservistas, y por la tarde concurrieron a una recepción que les ofreció el Regimiento Militar Nº 16. También hubo diferentes actividades relacionadas con la Campaña de Ayuda Social impulsada por la primera dama. Se eligió la figura del Tropero Pedro Sosa –que fue quien colaboró en materia logística, para gestar la campaña del general San Martín hacia Chile– como “el primer descamisado mendocino”.
El Acto Central para coronar a la reina de los viñedos se desarrolló en la Rotonda del Parque General San Martín, la noche del jueves 10 de abril de 1947, bajo la consigna: “Vendimia del Canto y El Trabajo”.
Los organizadores del acto manifestaron que, por voluntad de las candidatas, el título de Reina de la Vendimia se le otorgara a Eva Duarte de Perón, como una distinción por ser la “la abanderada de los humildes”. El maestro de ceremonias, Juan José Piñeyro, lo anunció ante todo el público presente. La primera dama agradeció la gentileza, y manifestó que había venido “justamente a admirar la belleza y simpatía de la mujer de esta tierra". "Así que declino el honor que se me dispensa, pues deseo ser una de las tantas personas que festejen a la verdadera belleza mendocina”, argumentó.
Acto seguido, fue elegida la joven de 20 años Nélida Morsucci (1927–2019), oriunda de Tunuyán, departamento que conquistaba su primer reinado de la historia. La reina fue coronada por la misma Eva Duarte de Perón. A la mañana siguiente, viernes 11 de abril, el presidente y su esposa regresaron a Buenos Aires.
Esta historia ya conocida, trae aparejada otras ignoradas, que tienen como punto de partida esa inolvidable visita de Perón y Evita, en abril de 1947, y se relaciona con figuras desconocidas, de segundo y tercer orden, de las que nada se sabe y que vale la pena revalorizarlas.
Entre los asistentes a los diversos actos que participaron Perón y Evita, se encontraba el segundo hijo del vasco navarro Martín Arbeloa y Baldomera Segura, don Joaquín Arbeloa (1916–1967), un militante del incipiente peronismo de Villa Atuel, casado con Adela Aguirre. Además de Arbeloa, se hallaban otros miembros del partido peronista, como ser Martín Orozco (1905-1984) y su señora Belia Ortensia Corán. Ellos trabajaban en las Bodegas y Viñedos Arizu S.A. (empresa fundada por los vascos navarros Balbino, Clemente, Sotero Miguel y Jacinto Arizu Labiano). En ese momento estaba al frente de la Bodega Sotero Simeón Arizu (1894–1955), hijo de Sotero Miguel Arizu y Balbina Villasante. Don Sotero, fue un hombre noble y de mente amplia, que autorizó a sus empleados a participar en política.
De uno de esos actos en el que participaron activamente los peronistas de Villa Atuel, existe una singular fotografía, muy pintoresca de Juan Perón y Eva Duarte. Esa imagen los muestra a Perón y Evita tomando vino con un vaso sencillo, junto a otras personas que ignoro quiénes pueden ser. Según parece, habrá sido en una de las recepciones donde estuvieron las reinas de los departamentos mendocinos, y por lo que puede observarse es al aire libre.
La imagen habría sido tomada por Arbeloa u Orozco. En su reverso puede determinarse que el papel del revelado es Agfa Brovira y mide 13x8 cm. La placa se conservó como un tesoro precioso y escondido. Gracias a la generosidad de quienes la heredaron y custodiaron, aquí se reproduce. Lo que resulta curioso y por ello la novedad, es que comparándola con otras que se publicaron de esos tres días, en esta se la puede ver a Evita con el mismo peinado, pero con un atuendo distinto, lo que la transforma en particularmente original y única.
<b>La primera Unidad Básica, gracias a la bodega Arizu</b>
Después de la vendimia de 1947, llegó a la casa de los Orozco doña Celina Rodríguez de Martínez Paiva –enviada por Eva Perón– quien le encargó a doña Belia Corán de Orozco que fuera la “censista” de toda la zona. Ella accedió al pedido y realizó el censo partidario. Se fundó así en dicha casa –propiedad de las Bodegas Arizu– la primera “Unidad Básica” del Partido Justicialista de Villa Atuel. Sotero Arizu, además, había hecho construir un salón, donde se reunían los peronistas del pueblo, como “el zorro” Adel Jaliff, José “Cacheiro” Ruíz, Edmundo Valdez y otros militantes.
Joaquín Arbeloa falleció en San Rafael, en un trágico accidente automovilístico, el domingo 21 de mayo de 1967. El que manejaba era el médico Ricardo Arnulphi, presidente del Club Atlético Villa Atuel. En el asiento delantero estaban Arbeloa (entrenador del equipo) con el agricultor Carlos Bastías, y en la parte posterior viajaban 3 jugadores del equipo. Se dirigían en un Ford Falcon rojo a gran velocidad, para jugar un partido contra el Club Deportivo Argentino de San Rafael. En la ruta frente a la Bodega “La Pichana”, a eso de las 15 horas, un Rastrojero rozó el auto, lo que provocó que se incrustara de frente contra un ómnibus estacionado. Arnulphi y Arbeloa murieron en el acto, y los otros cuatro tripulantes sufrieron heridas graves. Una apostilla es que el equipo de Villa Atuel se solidarizó con las víctimas del accidente y no se presentó a jugar. En cambio, los locales se pararon en la cancha, y con la asistencia del árbitro, dieron el puntapié inicial, y por ese motivo ganaron los puntos. Esta actitud desleal cayó muy mal en la comunidad.
Sacar a colación los nombres de Martín Orozco, Joaquín Arbeloa, Adel Jaliff, Belia Ortensia Corán, Adela Aguirre, José Ruíz y Edmundo Valdez, es recordar a los pioneros del peronismo en Villa Atuel. Como ya he dicho, gracias al incondicional apoyo del empresario Sotero Simeón Arizu, quien facilitó una de las propiedades de su ejemplar y emblemática Bodega Arizu, para que se fundara la primera Unidad Básica del partido peronista en Villa Atuel.
El autor es miembro de la Academia Argentina de la Historia y escribió “Perón Íntimo. Historias desconocidas” (Areté, 2019)