Roberto Ubieta, un pescador artesanal de San Clemente del Tuyú, la rescató del mar en los últimos días del año pasado. La encontró enmallada en sus redes y le proporcionó primeros auxilios, un protocolo de emergencia que se aplica en casos de pesca fortuita y que se enmarca dentro de un trabajo de concientización implementado por la Fundación Mundo Marino entre pescadores de la zona. La tortuga verde de la especie Chelonia myda, un animal en peligro según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), regresó al mar dos meses después. Cursó un período de rehabilitación en el que expulsó de su organismo 14 gramos de plástico.
El espécimen ingresó al Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino el 29 de diciembre de 2019. “Roberto Ubieta es un pescador comprometido, que siempre cuando engancha un animal que no es su objetivo nos lo acerca. Esta tortuga quedó atrapada en sus redes, la pudo sacar y nos la dio para que le hiciéramos una observación veterinaria, algo que solemos hacer con todas las tortugas que rescatamos del mar”, detalló Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del centro de rescate de la institución sanclementina.
Durante ese período de observación, que suele ser de 48 horas, la tortuga verde juvenil empezó a defecar plástico. “La gran mayoría de las tortugas que revisamos tienen plástico en su organismo, tanto las que ingresan vivas como las que encontramos muertas y varadas en las playas”, describió el profesional. El rasgo distintivo de este ejemplar era la cantidad y la frecuencia con la que expulsaba el material plástico, a los pocos días de haber ingresado al centro de rescate.
A través de placas radiográficas, confirmaron que tenía cuerpos en el tubo digestivo. Le realizaron dos estudios más y constataron que, al momento de su liberación, había eliminado un total de 14 gramos de residuos plásticos, el equivalente a 28 sorbetes. En su organismo había fragmentos de bolsas de nylon, distintos tipos hilos y plásticos duros, que fue eliminando luego de iniciar un tratamiento que favoreciera sus movimientos peristálticos. La medicación que le dieron permitía acelerar el proceso del tubo digestivo. “La basura muchas veces interrumpe el proceso de digestión entre el estómago y los intestinos que puede derivar en un cuadro patológico y en su muerte”, explicó el biólogo.
"En el último estudio que le hicimos no encontramos ningún indicio de que tuviera cuerpos extraños en su organismo. Con lo cual, determinamos que ya había expulsado toda la basura que tenía en su sistema digestivo. Eso, sumado a la buena actitud que mostró el animal y a que mantuvo estable su régimen de alimentación, nos permitió darle el alta para su reintroducción”, detalló Ignacio Peña, médico veterinario de la Fundación Mundo Marino.
La tarde del lunes 24 de febrero fue devuelta al mar. El operativo se desarrolló en la playa pública de San Clemente del Tuyú, en compañía de turistas ocasionales que presenciaron la reinserción de la especie en su hábitat natural. La actividad coincidió con el cierre de la Campaña Playas Limpias del Parque Educativo Mundo Marino. Andrea Cabrera, la vicepresidenta de la institución, contó el proceso: “Luego de compartir la historia de superación de este animal y de una charla realizada por un equipo de biólogos para concientizar sobre las amenazas a las que están expuestos los animales marinos frente al impacto de acciones antrópicas, especialmente el uso y descarte indebido del plástico, pudimos reinsertar esta tortuga acompañados por una multitud”.
“El 83,2% de la totalidad de los residuos censados en veinte localidades de la costa bonaerense se encuentra conformado por plástico”; es una de las conclusiones de la cuarta edición del Censo de Basura Costera Marina. En virtud a esta estadística, el biólogo Sergio Rodríguez Heredia asigna las responsabilidades: “Las tortugas simplemente consumen el plástico. Las adultas comen algas, pero las juveniles consumen también peces, crustáceos y aguas vivas. Entonces suelen confundirlas con material plástico. Un pedazo de nylon es similar a un pedazo de alga o a una medusa. Consumen lo que se encuentran nadando en el agua. Y todo proviene de nosotros, de los turistas en las playas y de los centros urbanos”.
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