Eran poco más de las 23 horas del miércoles cuando un vecino de la ciudad de Marcos Paz de iniciales M. F. escuchó el violento golpe de una moto contra un lomo de burro nuevo en el cruce de la Ruta Provincial Nº 40 y la calle Monteagudo instalado hace apenas unas semanas en la puerta de su casa.
Luego del sonido del primer impacto, M.F. escuchó una seguidilla de chiflidos producidos por el roce de hierros contra el asfalto y un nuevo y rotundo golpe seco. Y luego el silencio. El vecino ni lo imaginó en ese momento, pero acababa de ser testigo del accidente mortal de Braian Toledo, uno de los atletas más destacados de la Argentina, de cara a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Según pudo averiguar Infobae, Braian Toledo había transcurrido las últimas semanas en Santa Fe, preparando su temporada en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo de esa provincia. Se estima que había acudido a su ciudad natal, con vistas a la recta final de su preparación olímpica, que se realizaría en el Cenard del barrio de Núñez.
En el transcurso del 2019, Toledo se sometió a una operación en su tobillo derecho y a finales de febrero había finalizado un período de 75 días de traslados en muletas. Debía realizar una recuperación contra reloj para poder conseguir su objetivo principal del año de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Toledo nunca se enteró de que en la Ruta Provincial Nº 40, entre las calles Buenos Aires y Monteagudo, se había instalado apenas la semana pasada un inmenso lomo de burro.
De hecho, el propio Municipio de Marcos Paz, anunció el último jueves la instalación de ese dispositivo reductor de velocidad.
“Personal de Obras colocó esta mañana Lomo de Burro en la ruta 40 con intersección en calle Monteagudo. De esta manera, se mejorará la circulación en la zona y se alertará a los conductores para que reduzcan la velocidad y así, evitar posibles accidentes”, fue la frase esgrimida por la Municipalidad en su página oficial, acompañada por una foto de la instalación del lomo.
Toledo viajaba solo en su moto marca Royal Enfield de 500 cc. negra durante la noche del miércoles. Poco después de la 23 se dirigía por la Ruta Provincial Nº 40 en dirección hacia Merlo. Fue así y de una manera tan inesperada que se encontró con la muerte.
Según los estudios preliminares en la zona del accidente fatal, Toledo impactó con el lomo de burro a una alta velocidad. Luego, perdió el equilibrio del birrodado, salió volando con el mismo y terminó por impactar contra dos palmeras ubicadas a 45 metros sobre el boulevard.
El impacto final del cuerpo y de la moto fue tan violento que una de las palmeras fue arrancada de cuajo y la otra fue cortada a la mitad.
En el asfalto no se registró ninguna marca de frenada, por lo que se estima que Toledo nunca vio el lomo de burro y no pudo reaccionar después de ese primer impacto.
Según le confirmaron a Infobae fuentes muy cercanas a la investigación, Toledo llevaba puesto el casco al momento del accidente. Sin embargo, de acuerdo al relato de algunos testigos, circulaba con su moto a una mayor velocidad de la permitida.
En la zona hay instalado un cartel de advertencia del lomo de burro a unos cien metros de ese cruce. Además, justo unos metros antes del dispositivo también existe un cartel indicativo de máxima velocidad a 40 km/h.
“Ese lomo de burro era nuevo y ya había generado problemas para los conductores”, refirió a Infobae Marta M., una vecina que vive a 100 metros del lugar del accidente.
“El otro día fui a tomar el colectivo y de repente pasó un camión y escuché un estruendo terrible. Miré y otro hombre que esperaba en la parada me dijo ‘es el lomo de burro, está demasiado alto’”, completó Marta.
Si bien los primeros días el lomo de burro estuvo instalado sin señalización alguna, durante el fin de semana largo se había pintado el montículo de color amarillo. Así y todo, con el pasar de unos pocos días, esa pintura amarilla se desgastó considerablemente debido al paso de los autos, los camiones y los colectivos que transitan por la zona.
El otro cuestionamiento que hacen los vecinos es la altura del dispositivo reductor de velocidad. Según se pudo comprobar en las imágenes registradas del lugar del accidente, el lomo de burro tiene la misma altura que el cordón del boulevard de la Ruta Nº 40. Por ende, para cruzarla hay que reducir la velocidad de manera drástica.
“En esa zona hay una escuela. Antes, había un puesto de gendarmería y ahora está la Policía Municipal. Generalmente estaban ellos para hacerles bajar la velocidad a los autos y que los chicos de la escuela no corran riesgos. El año pasado, antes de las elecciones, habían prometido poner un semáforo y ahora lo arreglaron con el lomo”, le dijo Marta M. a Infobae.
Lorena, otra de las vecinas, aseguró en declaraciones al canal TN: “Es ridículamente alto este lomo de burro. Lo pusieron hace cinco días y ya hubo un montón de autos que se destrozaron. Si no lo ves, se te rompe todo”, se quejó.
Pocos minutos después del accidente, Toledo fue trasladado al hospital Municipal Héctor D’Agnillo, ubicado apenas a unos 500 metros del lugar del accidente. Sin embargo, según informaron las autoridades del centro de salud, el deportista arribó a la guardia sin signos vitales.
“Según nos informó la médica que estuvo en el lugar, el paciente no tenía signos vitales al momento de ser atendido (...) Habrá que hacer la autopsia para ver cuáles fueron los motivos del fallecimiento. Habrá que estudiar si existió una lesión intracraneal o alguna fractura o luxación en la zona cervical. Lo que sí puedo asegurar es que presentaba una lesión muy llamativa a nivel cervical, donde faltaba tejido. Era algo más que un simple corte en el cuello”, explicó Matías Norte, el director del hospital de Marcos Paz, en declaraciones al canal TyC Sports.
Toledo era uno de los protagonistas principales del atletismo argentino. Nació en una zona muy humilde del barrio Martín Fierro, en Marcos Paz, y fue criado junto a sus hermanas sólo por su madre. A lo largo de su vida, nunca olvidó su humilde origen. Aseguró que en su momento llegó a dormir en el suelo y, una vez alcanzada la plenitud deportiva, colaboró con al menos tres comedores de zonas carenciadas para ayudar a familias en estado de pobreza.
Entre sus grandes logros con el lanzamiento de jabalina se destacaron la primera medalla de oro para la Argentina en la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010. Solo tenía 16 años. Un año más tarde consiguió la presea de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Su debut olímpico fue en Londres 2012 y cuatro años más tarde, en Río de Janeiro, logró clasificarse a la final. Terminó en el puesto 12º con un lanzamiento de 81.96 metros.
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