Una multitudinaria caravana acompañó en Salta a los familiares del chico brutalmente asesinado en Puerto Deseado

La mamá del nene, que fue violada durante el ataque, estuvo acompañada por amigos y vecinos, que se sumaron al cortejo fúnebre, Los restos del menor serán sepultados en la localidad tucumana de Choromoro

La localidad salteña de Rosario de la Frontera está de luto. Este miércoles, la turista atacada la semana pasada en la ciudad de Puerto Deseado por dos hombres que abusaron sexualmente de ella y asesinaron a su hijo de 4 años, regresó a su ciudad natal junto a su esposo y dos de sus hijos para despedir los restos del menor. Allí fueron recibidos y acompañados por una multitudinaria caravana.

Cerca de las 11 de la mañana llegó el féretro del niño al aeropuerto internacional Martín Miguel de Güemes, en la capital provincial. Poco después, el coche fúnebre emprendió la marcha. Motos y autos, junto a vecinos y seres queridos a pie, se sumaron al cortejo custodiado por móviles de Gendarmería Nacional. Todos formaron una larga fila de varias cuadras.

Por momentos en silencio y en otros tramos haciendo sonar las bocinas de los vehículos, escoltaron a la familia hasta la parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la Plaza Independencia.

Por decisión de la familia no hubo velatorio, sino que en su lugar en la iglesia hicieron una misa, con el féretro presente dentro de la capilla. Tras ello, se continuará con el traslado hacia la ciudad de Choromoro, en la provincia de Tucumán, donde M.M. tiene familiares. Los restos serán sepultados en un cementerio de esa localidad.

Una multitud se sumó al cortejo (Gentileza Qué Pasa Salta)

Tras dejar el Hospital Distrital de Puerto Deseado durante la madrugada de ayer, M.M., emprendió el regreso en compañía de su esposo, su hija y el hijo que vivía allí. Los cuatro salieron cerca de las 7.30 de la mañana rumbo a la ciudad de Comodoro Rivadavia, desde donde abordaron un vuelo a Buenos Aires primero y luego a Salta, a donde llegó por la noche y fue recibida por el gobernador Gustavo Sáenz, según informó el propio funcionario en sus redes sociales.

“Recibimos a M. y a su familia, víctimas de la tragedia en Puerto Deseado. Nos comprometimos a brindarles ayuda, contención y todo lo que esté a nuestro alcance", publicó el mandatario salteño que recibió a la mujer junto al ministro de Seguridad, otros funcionarios provinciales, un sacerdote y familiares.

La víctima fue trasladada después de ese encuentro a una clínica privada, donde fue asistida y luego tanto ella como su marido, Celso Subelza, y el resto de su familia se dirigieron a una casa de huéspedes de Gendarmería, donde pasaron la noche.

La víctima fue recibida por el gobernador Gustavo Sáenz (@GustavoSaenzOK)

Por el brutal ataque ocurrido el jueves pasado en Punta Cavendish, hay dos hombres a disposición de la Justicia. El primero es Omar Alvarado, de 33 años, que fue identificado en las ruedas de reconocimiento por la víctima y está detenido en una comisaría de Caleta Olivia, acusado por los delitos de “rapto, robo, abuso sexual con acceso carnal, tentativa de femicidio".

El sábado pasado Alvarado se defendió de las acusaciones con el argumento de que padece esquizofrenia y que no recordaba lo que había ocurrido. Este martes se negó a declarar ante el fiscal de la causa, Horacio Quinteros, y el juez de la causa, Oldemar Villa, ordenó realizar peritajes psicológicos y psiquiátricos.

Alvarado cuenta con antecedentes. Hace poco más de un mes había atacado a golpes a su sobrino de 21 años en la misma cueva donde abusó de M.M. y, a pesar de que fue denunciado por su hermana por tentativa de homicidio, solo estuvo demorado y recuperó la libertad por decisión del mismo juez Villa.

Omar Alvarado, el principal acusado por el aberrante ataque

El segundo sospechoso es un adolescente de 16 años que también fue identificado por la víctima en una rueda de reconocimiento y tras ser aprehendido fue trasladado a la ciudad de Río Gallegos para ser alojado en el Centro de Detención Juvenil.

Asesorado por un defensor de Menores, el adolescente admitió haber participado en el hecho pero afirmó que fue “obligado” por Alvarado. En su declaración, además, aportó datos que permitieron a la Policía de Santa Cruz hallar el teléfono celular que le habían robado a M.M e indicó que dejó un buzo en el lugar que hasta el momento es intensamente buscado por la policía.

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