Dos argentinos que estuvieron en China en pleno brote de coronavirus revelaron que cuando llegaron a Ezeiza no fueron sometidos a ningún tipo de control sanitario para evitar que la epidemia siga propagándose.
Iñaki, que vive en Neuquén, viajó junto con su padre a Shangai y Beijing para visitar durante una semana a su hermana, quien estudia en la capital del gigante asiático. Si bien aclaró que estuvo lejos de Wuhan, el epicentro de la epidemia, fue sometido a estrictos controles en el aeropuerto cuando salió de China. Las autoridades sanitarias controlan la temperatura de todos los viajeros. También les entregaron barbijos.
Algo similar ocurrió en Doha, capital de Qatar, donde su avión hizo escala. Allí fueron analizados con “cámaras biométricas” que también registran la temperatura de las personas.
Sin embargo, Iñaki reveló que el panorama fue muy distinto una vez que llegaron a la Argentina. “Acá cuando llegamos a Ezeiza no nos hicieron control, eso me sorprendió. Nos sorprendió porque habíamos escuchado que el ministro había dicho que era casi imposible que llegue a la Argentina, que el tema de los controles es estricto. Y la verdad que cero, nada. Pasamos con el pasaporte y listo”, aseguró en una entrevista con Carlos Eguia, de la radio neuquina Cadena Uno.
Peor el joven reveló que su padre incluso se enfermó en China y tuvo una fiebre leve. No obstante, aclaró que ambos se encuentran “perfectos”.
Según Iñaki, en el avión que arribó a Ezeiza había mayoritariamente argentinos y brasileños, “y muy pocos chinos”. Ninguno fue revisado.
“En dos minutos ya estábamos afuera”, dijo con cierta sorpresa ante las noticias de la expansión de la enfermedad.
Por otro lado, relató que al principio los medios chinos no brindaban tanta información sobre el coronavirus pero que con el aumento de los contagios la noticia empezó a circular con mayor preponderancia. “Ahora la gente sabe, las calles están vacías, están con miedo”, dijo.
Este lunes la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia de COVID-19, extendió a unos 24 millones de personas más las restricciones de movimiento y les pidió que se queden en casa hasta nuevo aviso.
Las nuevas normas, anunciadas el domingo, se traducirán en el cierre efectivo de unas 200.000 comunidades rurales en las que viven unos 24 millones de personas.
Desde el pasado 23 de enero, Wuhan, epicentro de la epidemia y capital de Hubei, permanece en cuarentena, una medida que después se extendió a otras ciudades de alrededor y que afecta a varias decenas de millones de personas.
Sin embargo, en otras partes del país se intenta volver a la normalidad ante la preocupación de las autoridades de que el parón provocado por la epidemia dañe seriamente la economía del país.
La provincia de Hubei registró ayer 100 muertos más por COVID-19, neumonía causada por el nuevo coronavirus denominado SARS-CoV-2, que ha infectado ya a más de 70.000 personas y causó 1.770 muertos.
Ayer un ciudadano argentino, que fue internado en Japón por contagio de coronavirus a bordo de un crucero, dio “negativo” en el último test pero permanecerá en cuarentena junto a otros siete argentinos. El crucero Diamond Princess permanece amarrado en el puerto japonés de Yokohama desde el pasado 3 de febrero. Se detectaron más de 300 casos positivos a bordo.
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