El 31 de diciembre de 2019 el gobierno de China notificó al mundo la existencia de un nuevo virus: el 2019-nCoV o nueva cepa de coronavirus, que, de acuerdo a los últimos reportes, ya se cobró 722 vidas. El número de los contagios trepó a más de 34.546. Entre ellos se incluye a un ciudadano argentino, que contrajo la enfermedad en un crucero que todavía se encuentra amarrado en el puerto de la ciudad de Yokohama, Japón.
Se trata de un adulto mayor, que continúa internado en un hospital japonés al que fue derivado ayer, donde “se lo está tratando muy bien”, comunicó en las últimas horas el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
Voceros del Ministerio de Salud indicaron a Infobae ue el reglamento sanitario internacional impide difundir el nombre de los pacientes infectados, por lo que se desconoce su identidad. El paciente “tuvo la mala suerte de hacer un tour con la persona infectada”, según contó una pasajera chilena que también se encuentra en cuarentena en el crucero varado.
Ximena Paredes, quien dijo que llegó a entablar una especie de amistad con el hombre y su esposa porque eran uno de los pocos que hablaban en español en el crucero, agregó que todos los pasajeros que compartieron la excursión con el infectado fueron sometidos a los exámenes correspondientes, entre ellos la mujer del ciudadano argentino, quien no contrajo la enfermedad.
En el crucero Diamond Princess permanecen en cuarentena (así lo seguirán estando al menos hasta el 19 de febrero) 3.711 personas, entre ellas siete argentinos. Del total, se registraron 64 infectados.
De acuerdo al protocolo que se está aplicando en el buque, los pasajeros se encuentran encerrados en sus camarotes -en algunos no hay ventanas-. Para los que no tienen acceso a la luz natural, se los autorizó a caminar por la cubierta en pequeños grupos para tomar aire, pero bajo condiciones estrictas, entre las que se destacan el uso de una mascarilla; que mantengan al menos un metro de distancia cuando conversen, y que se vistan con ropa de abrigo.
La cifra de víctimas fatales supera a la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), que dejó casi 650 personas muertas en China continental y Hong Kong en 2002-2003. La comisión de salud de Hubei confirmó en las últimas horas otros 3.400 casos nuevos en la provincia central, donde surgió el brote en diciembre, con lo cual el total de contagios asciende a más de 34.500.
El oftalmólogo Li Wenliang, el médico de 34 años que trabajaba en Wuhan y falleció el jueves pasado tras contagiarse la enfermedad, había sido quien alertó desde un comienzo sobre la aparición del virus en esa ciudad, a finales de diciembre. Por ello, las autoridades del país asiático lo sancionaron y le hicieron firmar un compromiso de que dejaría de “hacer comentarios que perturbaban el orden público”.
Su muerte provocó duros comentarios en las redes sociales, donde muchos usuarios trataron de héroe a Wenliang.
Actualmente, unos 56 millones de ciudadanos están virtualmente retenidos en sus domicilios en China y en el resto del mundo se han confirmado más de 300 casos de contagio en unos 30 países y territorios, dos de ellos mortales en Hong Kong y Filipinas.
Los síntomas del nuevo coronavirus son en muchos casos parecidos a los de un simple resfrío, pero pueden venir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y disnea (dificultad para respirar).
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