A fines de diciembre pasado, el Ministerio de Transporte, a través de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), comenzó a sancionar a aquellos vehículos que superen el límite de velocidad permitido en los Accesos Norte y Oeste de la Provincia de Buenos Aires, dos vías de conexión con la Ciudad de Buenos Aires.
Para ello, el gobierno nacional y las autoridades de diferentes municipios aledaños a la traza de las dos autopistas (Campana, Malvinas Argentinas, Pilar, San Isidro, Tigre, Vicente López, Moreno y Luján) iniciaron un trabajo en conjunto en pos de agilizar el sistema de fiscalización y prevención de accidentes de tránsito. De tal modo, volvieron a funcionar de cinemómetros fijos que estaban en desuso y los municipios pusieron a disposición los radares móviles, con el fin de poder detectar una mayor cantidad de infracciones de tránsito y sancionarlas.
En las últimas horas se dieron a conocer los primeros resultados de los flamantes controles. Según informaron desde la cartera que dirige Mario Meoni, entre el 29 de diciembre y el 30 de enero se labraron 77.520 infracciones por exceso de velocidad en los Accesos Norte y Oeste, promediando las 2.500 por día, con registros de velocidades incluso mayores a los 180 km/h.
En Panamericana, la mayor cantidad de infracciones se registraron en Pilar y en Exaltación de la Cruz; mientras que en el Acceso Oeste los lugares con mayores capturas fueron en la localidades de Moreno, Ituzaingó y General Rodríguez.
En la autopista Panamericana, los radares están ubicados en ambos sentidos de circulación. En el kilómetro 26 del Ramal Tigre, la velocidad máxima permitida es de 100 km/h mientras que en el km 65,5 del Ramal Campana, el km 43,5 del Ramal Pilar y el tramo troncal a la altura del km 17,5 la máxima es de 130 km/h.
En el Acceso Oeste, en cambio, son móviles y todos los días se encuentran en puntos distintos a lo largo de la traza, donde la velocidad máxima permitida es de 130 km/h.
Desde el ministerio, explicaron que la suma de radares capaces de detectar infracción es la principal herramienta para disminuir los incidentes viales que son ocasionados por no respetar las velocidades máximas. “El uso de esta tecnología permite poder ampliar el control en todo el territorio”, señalaron.
De acuerdo a registros oficiales, entre enero y noviembre del 2019 fueron 751.937 vehículos los que se excedieron del límite permitido en los mismos accesos. Sin embargo, en cada una de esas ocasiones los conductores en infracción no fueron notificados debido a una falta de coordinación entre las multas labradas por cada municipio y la ANSV, que debía validarlas y comprobar la homologación de los radares con los que se las emitían.
Esto cambio en el último tiempo. Como parte de las nuevas medidas, comenzó a regir un sistema de multas, que parten desde los 3.500 pesos a todos los vehículos que superen las velocidades permitidas.
Dos casos a los que el propio Meoni se refirió ocurrieron las mañanas del 30 y 31 de diciembre, cuando dos autos circularon por la autopista Panamericana, a la altura kilómetro 52, a 161 km/h y a 177 km/h. Ambos infractores fueron multados por casi $ 10.000, uno de los montos más altos que establece la nueva regulación.
Los controles de la ANSV en los radares de las rutas nacionales se remiten a las leyes 24.449 y 26.363. Previamente, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) realiza las verificaciones anuales que determinan la vigencia de uso y luego se determina la habilitación para ser utilizados en las jurisdicciones de todo el país.
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