El temporal se produjo ayer durante dos horas y afectó a las localidades chubutenses de Trelew, Puerto Madryn, Gaiman y la capital Rawson, entre otras poblaciones. Según voceros de la guardia de Defensa Civil de Chubut, los vientos soplaron con ráfagas por encima de los 100 kilómetros por hora y afectaron al noreste de la provincia. En la localidad de Gaiman, por ejemplo, se reportó la caída de más de 20 árboles de distinto porte.
“Por suerte no se denunciaron daños personales”, aseguraron. Acerca de las causas, advirtieron que el fenómeno meteorológico se produjo de manera imprevista porque en pocos minutos el viento cambió de dirección, el cielo se nubló y comenzó a soplar con intensidad de huracán por espacio de dos horas.
Como en una película de terror, pero en la vida real. A muchas personas, la intensidad de los vientos las obligó a escapar de la playa, donde disfrutaban de un sábado de sol, con cielo despejado y apenas una leve brisa del noreste. En Playa Unión, el balneario de Rawson, los Guardavidas debieron socorrer a los veraneantes frente al vendaval, que se llevó puestas sombrillas, carpas y reposeras. “Nunca vivimos cosa igual”, coincidían.
“Tuvimos que ayudar a la gente a salir de la zona de la costa porque todo fue de repente y muy peligroso porque la violencia del viento arrastró con todo, incluso la arena se levantaba con fuerza y provocaba el llanto de los niños”, repasó el jefe de los guardavidas de Playa Unión, Rodrigo Mansilla.
Las consecuencias del temporal se sintieron hasta la madrugada del domingo, con cortes intermitentes de energía, hasta que el sistema eléctrico se “estabilizó”. Hoy la zona afectada por el vendaval amaneció con cielo despejado y una leve brisa, mientras el Servicio Meteorológico Nacional pronosticaba para esta jornada una máxima de 26 grados, con vientos que no superarán los 40 kilómetros por hora y cielo parcialmente nublado.
Desde sus cuentas de Twitter, distintos usuarios de la red social compartieron algunas imágenes de cómo quedaron las calles: caídas de postes de luz y de árboles que azotaron autos, desprendimiento de techos de chapa y rotura de carteles. “Nunca vivimos cosa igual”, aseguraron.
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