Se conocieron en un gimnasio de Nueva Pompeya. El acosador es un personal trainer de 23 años y el acosado, un niño de 11 años. Ambos se tenían de vista pero nunca habían hablado. Él iba a hacer “fierros” y el nene a jugar al fútbol con sus amigos. El primer contacto fue por Instagram ya que el joven comenzó a seguirlo en esa red social y le envió varios mensajes para entablar una amistad.
Las charlas casuales continuaron con invitaciones a jugar a la play, propuestas subidas de tono y un pedido de concretar un encuentro. El nene nunca le contó a nadie, pero su padrastro se enteró de casualidad, se hizo pasar él y logró que la policía lo detuviera “in fraganti”.
Al momento de hacer la denuncia en la Comisaría 4 B de la Policía de la Ciudad, el hombre contó que se dio cuenta de lo que estaba pasando cuando a su hijo se le rompió el celular y le pidió prestado el suyo.
“A él se le había roto el teléfono el jueves cuando fue a jugar a la pelota con su papá biológico y había estado llorando. Mandamos a arreglar el teléfono y él me pide instalar el Instagram en mi teléfono y yo se lo presto, y vinieron unos amiguitos y estuvieron hablando en la pieza con esta persona que se llama Emanuel Infante, que por suerte está detenido”, relató Diego, quien señaló que tanto él como su mujer conocen todas las claves de las redes sociales del menor.
Como el nene no había cerrado correctamente la sesión, le llegó el aviso de un nuevo mensaje que despertó su preocupación.
“El vienes a la tarde, cuando Thiago se va a pasar el fin de semana con el padre, me entra un mensaje al Instagram. El nombre de usuario es manolete_laureano10. La gente lo tiene que saber porque el barrio está revolucionado con este tema. No es su nombre y apellido porque se esconde detrás de un perfil trucho”, señaló.
“El mensaje decía ´hola cómo estás bebé, tenemos que encontrarnos y un corazón’. Lo que más me llamó la atención es que decía 'necesito que me regales un boxer´. Empiezo a mirar el perfil y me llamó la atención. Ahí veo el gimnasio donde va mi hijastro a jugar al fútbol. Esta persona hacía fierros ahí y tengo entendido que hacía dos meses le pidieron que dejara de ir porque siempre se rodeaba de menores”, contó.
Alertado por lo que estaba sucediendo, le contó a su mujer y decidieron intervenir para evitar que su hijo fuera víctima de grooming. Se hicieron pasar por él, aceptaron la invitación y pactaron un horario y un lugar para la supuesta cita.
Fue así como personal de brigada de la Policía de la Ciudad, en forma encubierta, montó una guardia en la puerta de la casa del menor hasta que a la hora señalada en el chat del encuentro, el personal trainer se acercó al domicilio, donde permaneció unos minutos como esperando a alguien.
El hombre –que vestía un remera ajustada al cuerpo y short deportivo– fue detenido y ante la presencia de testigos se procedió a la identificación y a la requisa de las pertenencias que llevaba en su bolso.
Del procedimiento también formaron parte personal del Centro de Información Judicial (CIJ) del Ministerio Público Fiscal y especialistas de Delitos Informáticos de la fuerza porteña.
Le encontraron tres preservativos y un frasco de Estanozolol 10 miligramos inyectable, un esteroide que además de su efecto anabólico aumenta el impulso sexual en los adultos y ayuda al desarrollo sexual precoz en los varones. El imputado, al momento de la detención, no llevaba consigo ningún teléfono celular.
“Thiago siempre estuvo al tanto de todo lo que íbamos a hacer”, dijo Verónica, su mamá. “Las conversaciones iban subiendo de tono. Cada vez era más fuerte. Todo el tiempo le pedía que fuera a la casa a jugar a la play. Y que mientras jugaban a la play le iba a hacer ciertas cosas”, relató.
La causa es investigada por la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N° 35, a cargo de la Dra. Celsa Ramírez, quien tratará de determinar si se trató de un caso aislado o si el hombre usaba el gimnasio como excusa para conocer menores y seducirlos. No descartan que haya más víctimas.
“Le pido a la gente que se anime y se comunique a denunciar. Yo creo que hay más casos. Cuando hablamos con otros padres y los chicos, nos enteramos que también les regalaba cosas”, concluyó el padrastro del menor.
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