Después del asesinato de Fernando Báez Sosa -protagonizado por una patota de diez rugbiers en la puerta del boliche “Le Brique” de Villa Gesell- varias instituciones, jugadores y ex jugadores se pusieron a reflexionar acerca de las prácticas y tradiciones del deporte.
Al comunicado de la Unión Argentina de Rugby (UAR), se sumó un posteo del ex Puma Buenaventura “Gurí” Mínguez y una resolución del Club Atlético de San Isidro (CASI) que suspendió a Máximo Thomsen, uno de los rugbiers acusados de asesinar a Fernando.
Pero eso no fue todo. Desde su cuenta de Twitter, Tomás Hodgers, un jugador del Club Atlético del Rosario escribió una carta que se viralizó en pocas horas. En diálogo con Infobae, el rugbier aseguró que decidió publicar el texto para hacer una autocrítica. "Tenemos que mirar puertas adentro e intentar cambiar muchas cosas que evidentemente venimos haciendo muy mal”, aseguró.
Durante las últimas horas, la novedad llegó desde el Biguá Rugby Club. Fundado en 1951, el club marplatense anunció -a través de un comunicado oficial- la incorporación de cuatro medidas a su reglamento, con el objetivo de evitar la violencia dentro y fuera de la cancha.
“Recogiendo el guante de lo ocurrido y sintiendo el terrible dolor de la familia de Fernando como propio, sin culpar al rugby 100%, pero sí haciendo mea culpa de la parte que nos toca, nos gustaría seguir fomentando los valores y buenas costumbres que tiene este deporte”, advierten las autoridades, la Comisión Directiva y el presidente del Biguá.
¿La propuesta? Eliminar “por completo” la ingesta de alcohol en los terceros tiempos de todos los partidos en todas las divisiones del club a partir del primer partido oficial del 2020. “Aplica a jugadores, cocineros, entrenadores y dirigentes de la institución”, dice el primer punto. En segundo lugar, Biguá propone “desterrar cualquier tipo de práctica de iniciación o bautismo que contenga acciones violentas y/o invasivas, dentro y fuera del club, lo cual incluye viajes y giras", apunta.
La tercera medida va de la mano de un ciclo de charlas sobre temas vinculados a la violencia de género, noviazgos violentos, comportamiento en grupos de rugbiers y adicciones. “Serán obligatorias para todo jugador que quiera representar al club”, asegura. Por último, el comunicado explica que todo lo anterior se dará a conocer a través del reglamento interno del club y que, en caso de no cumplir con algún punto, un tribunal de disciplina tomará cartas en el asunto.
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