Fabiana Benestante, la mamá que viajó a Perú para buscar a su hijo Francisco, un mochilero de 24 años del que no tenía noticias desde hacía un mes, finalmente lo halló anoche en un peligroso barrio de los suburbios de Lima llamado La Victoria.
El reencuentro entre madre e hijo se dio en el departamento donde ella se alojó, cuyo dueño leyó la historia de Fabiana en Infobae y le ofreció alojamiento. Allí, contó, su hijo “no paraba de llorar”, hasta que en un momento se calmó y le prometió: “Se terminó un capítulo de mi vida”. “Estaba muy flaco, sucio y con la ropa en mal estado”.
La mujer había arribado la noche anterior junto a su hijo mayor, Agustín, y fue recibida por uno de los amigos de Francisco, Kevin, quien aparentemente ya tenía conocimiento de la zona por la que se movía el muchacho extraviado en los últimos días, ya que enseguida orientó a Benestante para que se acercara al lugar.
Cuando por fin alcanzaron La Victoria era la una de la madrugada, por lo que la madre de Francisco acudió a una dependencia policial para hacer la denuncia y dar con su hijo. Según contó, Kevin (a quien Fabiana llama “el Ángel de la Guarda” de Francisco) acompañó a los efectivos a recorrer el lugar, hasta que lo ubicaron.
En este momento la mujer se encuentra en el Consulado Argentino en Lima, donde se quiere asegurar de que los papeles de su hijo estén en orden para que pueda regresar a nuestro país sin problemas. Desde allí publicó en Facebook: “¡Graciasssss! ¡Infinitamente agradecida a todos, sus energías me ayudaron, nunca dudé de que lo iba a encontrar!
La idea de la mujer es regresar por tierra, por lo que recién estará en Pigüé -donde vive la familia- en aproximadamente cuatro días.
Cabe recordar que a mediados de diciembre del año pasado, Fabiana también lo había ido a buscar tras comprobar que Francisco atravesaba un período de depresión, pero que las autoridades migratorias peruanas no lo habían dejado salir por problemas con su documentación. Ella le contó a Infobae que subió al avión que la trajo de regreso con la promesa de que su hijo, tras solucionar el papeleo, retornaría al país.
El último contacto había sido el 23 de diciembre, cuando él le dijo “quedate tranquila, mamá. Estoy bien. Voy a pasar Año Nuevo con ustedes en Pigüé”.
Francisco cumplirá 25 años el 2 de febrero. En Pigüé lo esperan sus dos hermanas menores y su padre, Marcelo, que tiene una empresa de transportes. “De chiquito decía que cuando fuera grande quería ser viajero. Con el padre nos reíamos. Nunca imaginamos esto”, contó su mamá.
A los 19 años, Francisco empezó su vida como mochilero. Vendió una moto y dejó un empleo para comenzar a viajar, a pesar de que le quedaban materias del secundario para rendir.
Su primer destino fue Mar del Plata, donde estuvo ocho meses. Luego viajó al Brasil, a Misiones y a Salta. A mediados del 2017, cuando murió su abuela, regresó para su entierro. Fue la última vez que estuvo en Pigüé. Y jamás regresó. Desde entonces osciló entre Bolivia y Perú. Hasta hoy, que según parece, volverá al país junto a su madre.
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