La Policía de La Plata rescató en la localidad de Gonnet a una mujer de 83 años que estaba cautiva. Su yerno la mantenía encerrada en una jaula con candado y la alimentaba solamente una vez por día, para poder robarle sus ahorros y cobrar su pensión.
Los efectivos de seguridad allanaron este sábado la vivienda donde se encontraba la mujer, ubicada sobre la calle 16, entre 518 y 519, y la liberaron. Además, pudieron detener al hombre y secuestrar un arsenal de armas que el sospechoso habría utilizado para amenazar a la víctima y evitar que se escapara.
De acuerdo con lo que informaron los medios locales, el acusado tiene 48 años, es experto en artes marciales y se estima que improvisó una especie de cárcel en su casa para retener allí a su suegra, a la que también solía golpear, para poder hacerse con su dinero.
La Policía fue alertada de la situación por un vecino de la víctima por lo que, después de un breve investigación, se decidió allanar el inmueble en el que estaba cautiva la mujer, quien al momento de ser rescatada se encontraba en “condiciones paupérrimas de vida” y “encerrada con candados y rejas”.
La anciana debió ser atendida por personal médico ya que su estado de salud estaba deteriorado como consecuencia de que su captor la alimentaba solamente una vez al día, según pudieron determinar los investigadores.
Según explicaron al portal 0221 fuentes cercanas a la causa, los uniformados encontraron al sospechoso dentro del inmueble y tras un breve forcejeo lograron detenerlo: el sujeto se resistió con golpes de puño y patadas, pero pudo ser detenido y ahora quedó a disposición de la fiscal Cecilia Corfield, acusado de “privación ilegal de la libertad” y “lesiones”.
En el inmueble, los agentes de la comisaría 11a de Ringuelet también secuestraron pistolas, rifles, katanas, navajas de saque rápido, cuchillos tácticos, cuchillas de artes marciales y hasta un nunchaku, elementos que serían claves para la causa.
Según explicaron los investigadores, se cree que el hombre construyó la jaula y secuestró a su suegra para poder quedarse con los ahorros que tenía la mujer y cobrar, sistemáticamente, la pensión en su nombre.
Seguí leyendo: