Una tortuga verde, rescatada en la costa de San Clemente del Tuyú por un pescador artesanal al quedar atrapada en su red, salvó su vida de milagro debido que se había tragado una importante cantidad de fragmentos de bolsas, hilos y plásticos duros y tenía obstruido su tubo digestivo.
Con el objetivo de concientizar y crear hábitos responsables para que la gente no contamine ni playas ni mares, la Fundación Mundo Marino divulgó un video y un galería de fotos donde mostró todos los desechos que sacaron de su organismo.
El animal, que ingresó el 29 de diciembre del año pasado al centro de rehabilitación del organismo y fue asistido por expertos, defecó un total de 13 gramos de basura, el equivalente a 26 sorbetes plásticos.
“A través de placas radiográficas pudimos observar cuerpos extraños en su interior. Por eso, comenzamos un tratamiento con una medicación que favorezca sus movimientos peristálticos (movimientos del tubo digestivo) y le permita eliminar lo que observamos en las placas", explicó Ignacio Peña, médico veterinario de la Fundación Mundo Marino.
“Hoy la tortuga se encuentra comiendo hojas verdes, principalmente lechuga y algas. La vemos con buena actitud, por lo que la evolución es favorable", agregó.
En lo que va del año, ya habían ingresado dos tortugas de esa misma especie al centro de rescate. La primera de ellas fue encontrada muerta por el mismo pescador el 12 de enero. Durante la necropsia, se encontraron distintos tipos de plásticos en el sistema digestivo del reptil marino. La segunda, ingresó el 17 de enero y durante la mañana de hoy expulsó un fragmento de bolsa de nylon.
“No sólo existe riesgo de una obstrucción intestinal de tipo mecánica por la ingesta de plástico. La acumulación de elementos no nutritivos en los sistemas digestivos de estos reptiles marinos puede ocasionarles una sensación de falsa saciedad que los va debilitando paulatinamente”, explicó Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de la Fundación Mundo Marino.
Y remarcó: “Además, podría generarse una gran cantidad de gas en sus organismos producto del plástico acumulado. Lo cual afectaría su capacidad de buceo e inmersión, tanto para alimentarse como para buscar temperaturas más aptas”.
Alrededor de 100.000 animales marinos como tortugas, pingüinos, ballenas, focas, peces mueren anualmente tras la ingesta de bolsas de polietileno u otros objetos plásticos que flotan en los mares y océanos. Lo más dramático es que una vez que la víctima muere y se descompone, el plástico no se degrada y vuelve a ser un elemento mortal para otros animales. Por caso, una botella de plástico puede durar hasta 450 años.
De acuerdo al último Censo de Basura Costero, difundido en diciembre del año pasado, el 83,2% de la totalidad de los residuos censados en 20 localidades de la costa bonaerense se encuentra conformado por plástico. El motivo por el cual estos animales ingieren distintos tipos de basura de debe a que lo confunden con su alimento natural (medusas y fauna gelatinosa).
El Programa Regional de Investigación y Conservación de Tortugas Marinas de Argentina (PRICTMA), pudo comprobar a través del seguimiento satelital que el estuario del Río de la Plata es zona de alimentación de tres especies de tortugas marinas: Verde, Cabezona (Caretta caretta) y Laúd (Dermochelys coriacea). Ellas permanecen en esa zona desde fines de la primavera hasta comienzos del otoño para luego emprender un proceso migratorio hacia aguas más cálidas en el sur de Brasil.
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