Los siniestros viales en nuestro país -y los muertos por esa causa- crecen sin pausa desde el año 2014. Según el estudio que hace año tras año ISEV (Instituto de Seguridad y Educación Vial), los que registraron gravedad (es decir, donde al menos hubo un fracturado) aumentaron un 29,2 por ciento entre 2018 y 2019. También, señala, la mortalidad fue un 4 por ciento mayor. Y los lesionados fueron un 12,8 por ciento más. Esto significa que por cada tres episodios, hubo un muerto. Tales cifras surgen por un entrecruzamiento de datos entre las denuncias policiales, los que llevan adelante las compañías de seguros y los hospitales, explicó el abogado Eduardo Bertotti, titular de esa organización.
“En el 2010 se asumió un compromiso con Naciones Unidas, se declaró la Década Mundial de la Seguridad Vial y se puso como objetivo reducir a la mitad las víctimas que hubo en ese año. Se tomó, para la estadística, el puntaje de 100 para el 2010, y lamentablemente vemos como el arco se acerca a esos números”, señaló Bertotti.
En efecto, en los primeros años de esta década los siniestros habían decrecido de 100 a 67,2, para luego, a partir del 2013, comenzar una trepada que ubica al 2019 en un registro de 96 puntos, casi como en el 2010. “Tiene mucho que ver con la cultura. El argentino medio naturaliza al siniestro vial como una cuestión del destino, de Dios…Nosotros, siguiendo la línea de la Organización Mundial de la Salud, los definimos como una ‘enfermedad social’. Es la primer causa de muertes por causas no naturales. Hoy, en la sociedad occidental, reemplazó a la guerra como primera causa. Y es una enfermedad social porque afecta a la sociedad de tal manera que no tiene defensas culturales contra ella. Yo no imagino a miles de argentinos poniendo la mano sobre una hornalla encendida. Pero sí los veo cruzando la calle de manera riesgosa como si nada”, indicó.
ISEV (que desde hace dos años no brinda la cantidad total de víctimas fatales) puntualiza que 852 de los muertos en los siniestros eran menores de 15 años. Además, que de un tercio de los 48.180 heridos graves que arrojaron los accidentes, más de 16 mil tendrán discapacidades permanentes. Contabiliza que 9.782 siniestros viales graves fueron “solitarios”, es decir protagonizados por un solo vehículo (vuelcos, despistes e impactos contra objetos rígidos). Por otra parte, indica que uno de cada 3 siniestros viales graves involucra a una moto. Y que el costo de los siniestros viales graves que se produjeron en el último año ascendió a 12.000 millones de dólares, aproximadamente el 2.2 % del PBI nacional.
Entre otras consideraciones, el estudio asegura que el 39,3 por ciento de los muertos tenía entre 16 y 30 años; el 43,5 por ciento de los siniestros son cometidos por conductores de entre 17 y 30 años; el 18 por ciento de los accidentes suceden los domingos; el 34,5 por ciento sucede entre las 6 y las 12 y el 61,9 de las muertes se produce en zona rural.
Seguir leyendo