El cuerpo de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado a golpes por un grupo de rugbiers en la puerta de un boliche en Villa Gesell en la madrugada del sábado, será inhumado hoy en una ceremonia con amigos y familiares en el cementerio de la Chacarita.
Los restos del joven fueron velados desde las 10 de la mañana de este domingo en la cochería Escalada del barrio porteño de Caballito, cercana al Colegio Marianista en el cual Fernando había terminado la escuela secundaria. A esa misma institución, ubicada en la esquina de la avenida Rivadavia y Mitre, llegó el cortejo fúnebre minutos después de las 9 de la mañana para una misa y a las 10.30 comenzó el traslado al cementerio.
La ceremonia religiosa se llevó acabo en una sala del subsuelo del colegio. Los padres del joven permanecieron sentados junto al féretro y un centenar de asistentes siguieron la misa de pie.
En ese colegio, al cual Fernando asistía becado ya que su familia no tenía los medios económicos para afrontar la cuota, había conocido a su novia Julieta, que también estaba de vacaciones en Gesell y junto a quién planeaban verse en la ciudad balneario para festejar su primer aniversario.
Ella le había escrito dos cartas para entregárselas durante la tarde y ambos habían planificado hacer panqueques caseros para comerlos en la playa mientras veían el atardecer. Sin embargo, lejos de esos planes, la joven retornó a Capital Federal y se acercó este domingo cerca de las 13 a la casa velatoria para darle el último adiós a su novio.
“Era un chico bueno, deportista, tranquilo… y mi hija está destrozada, realmente no sé cómo la voy a sostener”, lamentó Alejandra, madre de la joven entre lágrimas durante el velorio. Ambos cursaron y aprobaron todas las materias del Ciclo Básico Común a lo largo del 2019 y habían decidido anotarse en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se preparaban para afrontar la carrera.
“Fernando era mi todo, mi vida, no tengo palabras, era todo, buen hijo, no puedo creer lo que nos pasó, un par de asesinos me arrebataron a mi niño. Que se haga justicia, a mi hijo lo cagaron a golpes hasta matarlo”, dijo Graciela, madre del joven asesinado a Infobae, que era el único hijo del matrimonio.
“Mi hijo era todo, era nuestra vida, era todo para nosotros. Solo queremos llegar a casa y que pase todo esto”, agregó Silvino, su padre, que trabajaba como encargado de un edificio en el barrio de Recoleta donde vivía la familia Báez Sosa.
“Tienen que pagar lo que le hicieron. Mi hijo no se merecía esto. Ni ninguna persona. A las madres le digo que abracen a sus hijos porque uno no sabe. Mi hijo era feliz, se fue y de la nada encontró su destino”, señaló Graciela a la salida del velorio de su hijo.
Hasta el momento, hay 11 detenidos por la muerte de Báez Sosa. Diez de ellos fueron apresados en un chalet de Villa Gesell: Matías Franco Benicelli (20); Ayrton Michael Viollaz (20); Máximo Pablo Thomsen (20); Luciano Pertossi (18); Ciro Pertossi (19); Lucas Fidel Pertossi (20); Alejo Milanesi (20); Enzo Tomás Comelli (19); Juan Pedro Guarino (19) y Blas Cinalli (18). Mientras tanto, el onceavo detenido es Pablo Ventura (21), quien fue aprehendido en la propia ciudad de Zárate y a quien los diez restantes señalan como el responsable.
El fiscal Walter Mercuri, de la UFI Nº 8 de Madariaga y la fiscal Veronica Zamboni, de la UFID N°6 de Villa Gesell, a cargo de la causa caratulada como “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, intentan mientras tanto comprobar si Ventura efectivamente se encontraba en Villa Gesell.
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