En el corazón del Casco Histórico de Mar del Plata, donde se cruzan la Peatonal San Martín y la calle San Luis, se encuentran los edificios más importantes, los comercios más tradicionales, se está a pasos de los teatros más grandes, de la feria artesanal y es por eso donde confluyen a mayor cantidad historias.
El murmullo es constante y la marea de gente a las siete de la tarde obliga a caminar con paso redoblado por esas calles. Unos llevan reposeras, otros buscan donde tomar un café o algún teatro. Una autopista de peatones atraviesa todos los días la misma esquina de Mar del Plata, pero con destinos diferentes.
Hace 41 años, a fines de 1979, se inauguraba el Paseo Peatonal de la calle San Martín, que a la larga se convertiría en una postal más de la ciudad, pero que entonces despertaba posiciones encontradas. De un lado los comerciantes que creían que iba a favorecer a las ventas y en frente los que pensaban que en invierno estaría desierta.
Lo cierto es que el 8 de diciembre de ese año 1979, los que no estaban armando el arbolito de Navidad o en desacuerdo, se encontraban en los festejos de inauguración de la nueva peatonal. Según repasan archivos periodísticos de la época asistieron autoridades, la flamante VIII Reina Nacional del Mar, la Guardia del Mar y la Banda Municipal de Música, que le dieron color al evento.
Se cortaron cintas y se brindó por la novedad, mientras los restaurantes de los alrededores regalaban bocaditos, copas de champagne y otros comercios repartían caramelos, globos, flores, helados o café según el rubro. Además otras ciudades ya tenían su peatonal y Mar del Plata también quería tener la suya.
Cambió para siempre la geografía de la ciudad. Cuando se le pregunta a un marplatense, sea que lo tenga que pensar unos segundos o conteste instantáneamente, la respuesta es siempre la misma: la esquina con más gente es la de la peatonal San Martín y San Luis.
En una de las cuatro esquinas está la Plaza San Martín, la más importante de la ciudad, que debe su nombre al monumento ubicado en la rotonda central de la plaza, dedicado al General Don José de San Martín y que como característica particular lo representa en su vejez.
En la plaza se encuentran también “Tres Mujeres de América", un homenaje a las poetisas latinoamericanas Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral, o “Perros Perdiceros”, del escultor francés Camille Gaté. Enfrente, ubicada a metros de la esquina, está la imponente Catedral de Mar del Plata.
A sólo una cuadra -en San Martín y Córdoba- uno de los edificios más exóticos de la ciudad: el Palacio Árabe, levantado en la década del 40 por Jalil Mahamud Hassein o Julián Gali, un inmigrante sirio que tenía como destino final Nueva York, pero que llegó a la Argentina por error y se quedó en Mar del Plata.
Ubicada a pocas cuadras de otras postales clásicas como la Rambla, el Casino o el Gran Hotel Provincial, la peatonal San Martín es una visita obligada una tarde cualquiera. A través de ella, si se afina la mirada se descubren, mezclados entre las vidrieras, la cartelería y los cientos de peatones, vestigios de un pasado señorial y de una historia urbana propia.
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