Se intensifica la búsqueda del nadador de aguas abiertas que desapareció el sábado en Necochea

El sábado al mediodía se perdió Ezequiel Bermejo. Estaba nadando frente a las costas de Necochea. Lo último que se sabe de él es que le había dicho al kayakista de apoyo que se tranquilizara, que estaba bien y dispuesto a seguir. Al asistente se le rompió una pala por lo que debió ser auxiliado por una embarcación. Le faltaban mil metros para llegar a la orilla de la parada 81 del balneario. Era su primera competición de diez kilómetros en aguas abiertas. Pasaron más de dos días desde su desaparición. “Por el tiempo que pasó ya nos damos cuenta cómo viene la mano”, dicen desde el círculo íntimo del nadador.

La búsqueda se intensificó. “Sin descanso”, publicó la Prefectura Naval Argentina. Las autoridades montaron un centro de operaciones para combinar y optimizar las acciones entre las fuerzas de seguridad, el municipio y las organizaciones de la ciudad que dispusieron sus recursos para los relevamientos. Sebastián Texido, amigo cercano del nadador que viajó a Necochea para acompañar a la familia, contó que la búsqueda se concentra en la ventana diurna: de 9 a 20 horas, y por la noche se procede a rastrillajes terrestres que vigilan las costas de los balnearios comprometidos.

“Tenemos unidades de superficie de menor escala, semirrígidos y motos de agua que realizan búsquedas diurnas y un guardacosta que permanece activo las 24 horas. También tuvimos sobrevuelos de helicópteros y tenemos oficiales patrullando las costas”, ratificó el prefecto mayor Aníbal Moya en conferencia de prensa. Dijo, a su vez, que manejan varias hipótesis de búsqueda: “No tenemos un lugar de desaparición porque nadie ha podido con certeza decir que dejó de verlo en la superficie de área. Establecimos un área posible de desaparición porque no tenemos un lugar exacto. Recién a través de los testimonios empezamos a hacer una posible trayectoria”.

“Se encontraron ayer y hoy a la mañana restos de la carrera, envoltorios de barritas y botellas de bebidas energizantes, pasando la desembocadura de Quequén, de la escollera para el lado de Mar del Plata, no hacia Necochea, adonde se dirigieron los nadadores. Por eso, se fue ampliando la zona de búsqueda y se está realizando un barrido desde allí hacia Quequén y Necochea dada la dirección de la marea y los rastros que hallaron”, notificó Texido en diálogo con Infobae.

Desde el mediodía del sábado hasta la publicación de esta nota, transcurrieron más de 50 horas. Ezequiel Bermejo sigue sin aparecer. “Lo que nos dijeron es que el agua al estar tan fría puede provocar que el cuerpo, en caso de que haya sufrido hipotermia o por paro coronario, se mantenga en buen estado y sumergido. Recién puede salir a flote cuando entra en descomposición. La búsqueda, por ahora, está dentro de los tiempos razonables dadas las condiciones del agua y en caso de que haya pasado la hipótesis de la hipotermia”, suscribió Texido.

La esposa del nadador dejó Necochea el domingo por la noche, a donde había llegado un día antes. Se dirigió a Pinamar para reencontrarse con sus dos hijas, de 4 y 9 años, que habían quedado en la casa de Adrogué. Reciben la contención del grupo de amigos y el asesoramiento terapéutico de una psicóloga infantil amiga de la familia. “Allá no sumábamos mucho. Nos recomendaron que lo ideal para las nenas es que no pasen más de un día sin la madre y que el reencuentro sea fuera de Necochea. La idea es llevar lo mejor posible estos días hasta que tengamos una solución. Las nenas saben lo mismo que sabemos todos, que están buscando al papá”, aseveraron desde el entorno del hombre oriundo de Adrogué. Desde las autoridades responsables del operativo, a la familia le precisan que están trabajando en la búsqueda de una persona viva aunque también les dicen que las posibilidades de encontrarlo con vida son cada vez menos.

Ezequiel Bermejo formaba parte de un grupo de entrenamiento de natación. Había retomado la actividad a mediados del año pasado con el objetivo de prepararse para esta carrera: la Riomar 2020, una competencia de 37 años de historia que comienza en la desembocadura del río Quequén Grande, atraviesa siete kilómetros de río, dobla en la escollera y se completa con tres kilómetros de mar rumbo a la costa del balneario. “A él le apasionaban este tipo de competencias. Todo el tiempo buscó hacer cosas que lo lleven a encontrar su límite. Su objetivo era terminar esta carrera”, dijo Texido.

La desaparición del nadador motorizó una serie de acusaciones de otros participantes hacia la organización de la carrera. Denunciaron fallas en la seguridad de la competencia, falta de medidas preventivas, ausencia de vehículos de apoyo y exceso de inscriptos. Según el medio local Cuatro Vientos, la convocatoria se cerró en 550 nadadores por cuestiones de logística y seguridad. La edición 2020 fue la carrera en aguas abiertas con más cantidad de inscriptos: la anterior fueron 450 nadadores. “No había motos de agua ni embarcaciones de seguridad. Íbamos todos a la deriva. No había nadie. Nadé más de dos kilómetros en el mar solo sin cruzarme alguien; si levantabas la mano porque estabas mal, estabas al horno. Es horrible saber que pude ser yo, porque nadie me cuidó en el agua”, declaró un nadador que prefirió reserva de nombre. La familia, sin embargo, decidió desatender estas cuestiones y focalizar las energías en la búsqueda de Ezequiel. Más tarde, evaluarán las cuotas de responsabilidad.

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