Gastronómicos, hoteleros, comerciantes, vendedores ambulantes, cuidacoches, policías y autoridades municipales comparten una reflexión: la primera quincena de Pinamar no se parece en nada a la primera quincena a la que están acostumbrados. Con récord de ocupación y alquileres, las playas no perdieron turistas, a pesar de los pronósticos que indicaban lo contrario. El motivo de este acontecimiento también es repetido por todos: el “dólar turista” los ahuyentó del exterior y volvieron a apostar por el veraneo nacional.
Infobae es testigo de la gran percepción que se repite a voces: muchas familias abandonaron otros destinos turísticos y regresaron a la Costa Atlántica. Pinamar, al igual que Cariló, recibió a ese volumen de veraneantes que en gran porcentaje pasó Año Nuevo y extendió la celebración -al menos- hasta este fin de semana.
En la comparación, se permite concluir que Punta del Este, lugar en el que muchos argentinos desembarcan luego de Navidad, dejó de ser opción para muchos luego de la creciente suba del dólar que se apreció en el país durante 2019. A eso, el impuesto del 30% y la imposibilidad de comprar más de USD 200 por los particulares cada mes.
Hernán García, de 45 años, casado con Rocío, llegó desde de la ciudad de Buenos Aires y ratificó el pensamiento popular a través de su experiencia: “Parábamos en la zona que está frente al Enjoy, en Punta del Este. Por una cuestión económica tuvimos que cambiar los planes y venir a Pinamar: el dólar a $80 más el 30% que no sabemos a qué se lo iban a agregar nos llevó a tomar esta decisión”, sostuvo el comerciante, acompañado por su hijos y otra familia de amigos con la cual escogieron la ciudad balnearia para recibir el 2020.
Lo hicieron en Nómade, el último parador al norte de Pinamar, en donde sobran las 4x4 y los gazebos. García, recostado sobre un camastro, firmó el ticket del parador y abrió una lata de gaseosa que compartió con su hija menor. Antes, se sacó una selfie con su mujer. Luego, explicó el cambio de destino vacacional: “Cuando el dólar pasó de $36 a $60 y después a $70 y con esto del blue o turista se fue a $80, dijimos ‘esto es una locura’. Realmente no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar allá”, indicó.
Y agregó: “Acá alquilamos y allá también. Salir a comer en la playa con el dólar a $36 como estaba el verano pasado era una cosa. Con el dólar a $80 como está ahora es otra. Hay una realidad: el dólar se duplicó pero los ingresos no. Y nosotros allá pasábamos el día en la playa. Y a veces comíamos en el departamento o pasamos el día frente al mar, tomando algo”.
Su familia y la que lo acompaña convivieron 10 días en una casa cerca del centro de Pinamar. “Elegimos este parador porque es el que más onda tiene. Es tranquilo, una vida mucho más familiar. Pinamar actualmente no tiene tanta noche. Y nosotros tenemos dos hijos chicos y decidimos priorizar que sea un verano para ellos”, explicó.
“Lo único que hacemos es ir a comer a la noche. Eso solo. Damos una vuelta y volvemos. Allá en Uruguay tenías más opciones a la noche así que capaz les podíamos dejar los nenes y salir. Acá no existe esa posibilidad. Vinimos con otra familia; ellos ya iban a venir y nosotros nos sumamos después”, relató García, quien trazó una comparación de precios entre Pinamar y la ciudad de Buenos Aires: “Yo no vi tanta diferencia. Esperaba, de parte de los comerciantes, una actitud más abusiva. Y no la vi. Si hubiésemos apostado por volver a Punta del Este, habríamos sentido el impacto en todo sentido”.
La familia volverá el sábado a Buenos Aires y estudiará volver a irse de vacaciones, en 2021, a Punta del Este: “Si mejora un poquito volvemos, nos gusta más ir allá. En cuanto a las diferencias, sólo la noche. Tenemos muchos amigos conocidos que van allá”, manifestaron.
La misma situación los atravesó a Eugenia Canzani (22) y Manuel Castro (23), pareja oriunda de Pilar, provincia de Buenos Aires. “De muy chica venía a Pinamar porque me traían mis papás. Los últimos años estuvimos yendo a Punta del Este y este año decidimos cambiar por la situación del país. Los precios cada vez más caros y Pinamar está más accesible. Fue lo económico. En Punta del Este alquilábamos y si tuviésemos que ir para allá, por el tema del dólar, habría sido imposible”, dijo Canzani.
Si bien están juntos desde hace menos de un año, ambos comparten la misma realidad: vacacionaban en el Este uruguayo y por la suba de un dólar imprecedible debieron apostar nuevamente por el turismo local. “Los últimos años costaba comprar una cerveza en un parador. No disfrutás tener que estar haciendo cuentas, pensando en el tipo de cambio, a la hora de gastar”, indicó Castro.
“En cuanto a las coincidencias -comentó Eugenia- acá nos despertamos temprano y venimos a la mañana o veces dormimos un poco más, almorzamos y bajamos la playa. Allá era igual: una vida de arena y mar, bastante parecida. Acá encontramos precios bastante similares respecto a Buenos Aires, ni muy baratos ni muy caros. Tampoco es que salimos a comer afuera todos los días. Cocinamos, bastante bien la verdad”.
“Estamos parando en una casa cerca del golf. Almorzamos en un parador en ‘La Frontera’ pero hoy nos hicimos unos sanguchitos y los trajimos a la playa. Comparado a Pilar no hay tanta diferencia. En cuanto a Punta del Este, capaz te vas una semana allá pero acá podés venir más días. En Pinamar, en un parador, nos cobraron $2.000 para cenar en Año Nuevo. Allá para ir a cualquier fiesta tenías que poner USD 60. Más las distancias, más el roaming en el celular, son gastitos que están en dólares y suman”, completó Castro.
Fotos: Diego Medina
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