Una familia integrada por tres adultos y cinco niños denunció haber sufrido una intoxicación por la inhalación de monóxido de carbono en su habitación del Apart Hotel Torres de Manantiales, un conocido establecimiento ubicado en la ciudad balnearia de Mar del Plata.
El hecho fue relatado por una de las víctimas, Celina Piñero, quien contó en una publicación a través de su cuenta de Facebook, las “vacaciones del terror” que vivió junto a sus seres queridos cuando se percataron de que estaban respirando esta sustancia tóxica.
“¡Un horror! Casi nos morimos con monóxido de carbono", escribió la mujer. Por suerte mi cuñada se dio cuenta a tiempo que el malestar que sentíamos era de monóxido y logramos salir unos arrastrando a otros”.
De acuerdo con el relato de Piñero, una de las menores que estaba con ellos, una nena de 4 años, “se desmayó y no despertaba”, mientras que otra de 7 años “vomitó y otra convulsionó temblando y con dolor de pecho”. En ese momento, Celina, su hermano y su cuñada, que veraneaban junto a sus hijos se trasladaron con la ayuda de otras personas que se hospedaban en el apart, en una ambulancia a la Clínica del Niño y la Madre, donde debieron pasar la noche para recuperarse.
“No teníamos fuerzas ni para apretar el botón del ascensor. Mi hija de 10 años la sacó arrastrando a la de siete. Al bajar caímos tendidos en la vereda del hotel y sólo gritábamos ‘ambulancia’", contó Clara Chiappe, cuñada de Piñero, al diario La Gaceta de Tucumán, donde vive desde hace 30 años.
“Terminamos internados. Unos con 15% de monóxido de carbono en sangre, los más chicos (con) 8/10% y yo, 25%. Casi me trasladan a una cámara hiperbárica", explicó Piñero. "Aún continuamos muy traumatizados, haber estado a punto de morir es un espanto. Fue una pesadilla”, agregó en el posteo.
“Nos podríamos haber muerto dormidos. Ya la noche anterior habíamos tenido dolor fuertísimo de cabeza, el mismo que la noche del terror. Y mi hija de 4 años vomitó, pero esas noches nos salvamos porque mi cuñada abría la ventana de la cocina para ventilar la ropa mojada", señaló en su relato.
"Ya llevábamos seis días en el hotel y siempre lo había hecho de la misma forma. La séptima noche dejamos la ventana cerrada porque la mucama nos dijo que por el viento se apagaba el calefón. Estábamos en un séptimo piso”, contó por su parte Chiappe.
“Tenía a mi hijo más chico enfermo y de la nada una de mis sobrinas ‘tenía sueño’ y se acostó. A mi otra hija le dolía la cabeza y le di una pastilla. Después me comenzaron a molestar mucho los ruidos, sentía que todo me aturdía. Algunos niños lloraban, mi sobrina tuvo una convulsión y mi cuñada no tenía fuerzas para abrir la ventana. Ahí me di cuenta que nos estábamos muriendo”, explicó la mujer.
Según la publicación de Celina, todo ocurrió por el “mal mantenimiento” en el apart hotel. “Las Torres (de Manantiales) están muy mal mantenidas”, con “vidrios rotos, ventanas oxidadas”, pero reconoció que hasta que no sufrió la intoxicación no se dio cuenta de que esta situación “no es solo una cuestión estética, sino de seguridad”, ya que si los aparatos a gas funcionaran bien, “se podría haber evitado” el mal momento por el que pasó su familia.
“Hay 500 departamentos, dudo que éste sea el único con producción de monóxido. Yo no vuelvo más ¡y recomiendo no arriesgarse! No nos dieron ‘bolilla’ con la carta documento que les mandamos", concluyó la mujer que pidió que se difunda lo que ocurrió para alertar a los veraneantes y evitar una tragedia.
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