Por Guillermo Andino
Por Carolina Prat
Las buenas acciones si resultan exitosas y cumplen con su cometido –que es, ni más ni menos, que el de ayudar a quien lo necesita– merecen ser repetidas. Es por eso que el fin de semana del 14 y 15 de diciembre pasados, IRSA Propiedades Comerciales junto a Fundación Sí volvieron a realizar la campaña “Un mundo de gente”.
Una iniciativa solidaria que convocó a miles de personas que se acercaron a 14 shoppings de Capital Federal y el interior del país, a elegir y personalizar un regalo navideño. ¿Para qué y para quién? Para que en la Nochebuena, más de 25.000 niños de los comedores a los que asiste la Fundación que conduce Manu Lozano, tengan bajo el “arbolito” su propio regalo.
“Este año fue más ágil y fácil la implementación de la propuesta. En la convocatoria del año anterior, que fue la primera vez, tuvimos muy buenos resultados, pero fue un poco más complicado largar” comenta entusiasmado Manuel Lozano, representante de la Fundación Sí, beneficiaria de la acción.
Es que se trata de una propuesta para que la gente done nada más que un rato de su tiempo y tenga la voluntad de acercarse al centro comercial a elegir un regalo para el niño o niña que se le asigna y llevarlo al árbol de navidad. Ese presente, será entregado a su destinatario en los centros comunitarios en los que colabora la Fundación, el 24 de diciembre. “El niño o la niña tienen la sorpresa de recibir un regalo de parte de alguien que tuvo el tiempo y la dedicación de ir a elegirlo para él o ella”, concluye Manu.
“Un mundo de gente” fue una acción que se concretó en cuatro simples pasos. Primero los interesados en participar se inscribieron en la página web del proyecto, luego se acercaron a los shoppings de IRSA en distintos puntos del país, donde los voluntarios de la Fundación Sí, les otorgaron un vale por $500 y el nombre, edad y comedor de un niño o niña. Como tercer paso debieron ir a elegir el obsequio en los comercios adheridos para tal fin, y para finalizar volvieron al sector navideño donde había un espacio exclusivo con mesas, sillas y marcadores, para hacerle una dedicatoria al regalo antes de dejarlo junto al árbol de navidad.
Este año, y con el afán de ir aumentando los interesados en colaborar de la manera más práctica posible, se sumó Rappi que puso a disposición su plataforma –que es gratuita– para hacer posible que los regalos puedan llegar a los chicos. La aplicación estuvo disponible y todos aquellos que no pudieron acercarse a los shoppings tuvieron a su a disposición un Personal Shoppers en cada centro comercial, quienes se encargaron de buscar los regalos comprados por los usuarios como si efectivamente hubieran estado allí. De este modo también participaron más personas.
Nuevamente, una fusión de voluntades y buenas acciones que demuestran que movilizar la energía y el tiempo de cada individuo, es más que un acto mecánico, es contribuir a mejorar la vida de otra persona. En este caso niños que tendrán la alegría de recibir un regalo navideño pensado con amor.
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