“Heme aquí”, la primera escuela de golf para personas con necesidades especiales

Una asociación civil que desde hace 20 años trabaja en la educación e inclusión a través de la enseñanza del golf con un método muy dinámico que suma música y coreografías

Por Guillermo Andino

Por Carolina Prat

“Heme aquí”: la primera escuela de golf para personas con necesidades especiales

“Heme Aquí”, la primera escuela de golf inclusivo de la Argentina, trabaja desde 1999 en la enseñanza de ese deporte a personas con discapacidad, quienes además de aprender a jugarlo logran increíbles resultados a nivel social, corporal y educativo. La iniciativa surge de la jugadora amateur Nora Goldfinger a partir de la experiencia de tener una hija con síndrome de down y ante la necesidad de buscar un espacio de inclusión para ella. Fue así que creó esta escuela que además de jugadores también forma líderes deportivos que pueden enseñar.

Luego de observar que su hija Vanina cuando la acompañaba en sus salidas al campo de golf, lograba “buenos tiros”, Godfinger se dio cuenta de que esa actividad podía ser una buena herramienta para fomentar la integración y el desarrollo de aptitudes físicas y emocionales, en personas que al igual que su hija necesitaban un espacio para desarrollar sus habilidades e insertarse socialmente.

“Heme Aquí” fue fundada en 1999 por la jugadora amateur Nora Goldfinger a partir de la experiencia de tener una hija con síndrome de down y ante la necesidad de buscar un espacio de inclusión para ella

Lo novedoso que tiene este sistema de enseñanza es que lo deportivo se transmite escuchando temas musicales que los alumnos cantan y bailan. El método no fue adaptado, sino que está pensado especialmente para ellos.

“Nuestro objetivo, más allá de lograr un buen golpe es hacer inclusión, y el golf es un instrumento magnífico para poder lograr esto porque juegan personas con necesidades especiales y quienes no las tienen juntas. Hay que ganarle a la cancha; entonces vos no estás jugando contra un rival, sino contra la cancha, y el que está al lado tuyo pasa a ser un compañero. Y este compañero, esta persona que sale a jugar con alguien que tiene una discapacidad, en el recorrido de la cancha va viendo que tiene valores, se esfuerza, se ríe, hace un chiste y hasta pega un buen golpe, entonces cuando termina la vuelta encuentra a la persona que está detrás del discapacitado” dice Goldfinger.

En la actualidad, y tras la gran recepción y convocatoria que tuvo la idea de que personas con capacidades diferentes aprendan golf, ya hay cuatro escuelas en Argentina y dos en Uruguay. Además se incorporó el programa de líder deportivo, en el que estudian materias para luego enseñar a jugar. “Esto los saca de su lugar de educandos para transformarlos a ellos mismos en educadores” resalta Nora Goldfinger. Y en efecto, en la recorrida por Campo de Golf de la Ciudad de Buenos Aires, en Palermo, se comprueba que los jóvenes son claros maestros, habilitados para enseñar y muy orgullosos del rol que desempeñan.

La familia de los jóvenes que allí concurren tiene un rol fundamental. Se pide especialmente la participación de padres, madres y hermanos, se organizan tornos en los que juegan juntos y se logra así un momento de relación especial y única con su núcleo.

En la actualidad, y tras la gran recepción y convocatoria que tuvo la idea de que personas con capacidades diferentes aprendan golf, ya hay cuatro escuelas en Argentina y dos en Uruguay

Muchos son los beneficios que alcanzan los chicos que concurren a “Heme Aquí”. La práctica hace que mejoren la concentración, la postura y la coordinación. También los alumnos se muestran felices, entre amigos y fortalecen su autoestima. Pero no son los únicos favorecidos según describe Nora: “Es tanto lo que ellos pueden darnos, es tanto lo que nosotros aprendemos de ellos; y tener en cuenta que son personas, que tiene un nombre, que tienen una historia y una vida que contar”.

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