“El medicamento es una sustancia que sirve para curar o prevenir una enfermedad, para reducir sus efectos sobre el organismo o para aliviar un dolor físico”. De acuerdo a esta definición, los protectores solares también podrían ser considerados medicamentos. Sin embargo, están catalogados como productos cosméticos.
A pesar de que los médicos admiten su eficacia para la prevención de las enfermedades de la piel y prescriben productos de variados factores solares de acuerdo a la necesidad de cada paciente, ninguna de esas recetas gozan de los descuentos que las obras sociales y prepagas hacen sobre los medicamentos. Y quienes deseen protegerse de los efectos cancerígenos de sol, hoy en día deben desembolsar casi un 60% más que el año pasado.
Si tenemos en cuenta que durante 2019 el dólar subió un 59% y gran parte de los protectores solares son importados, esto se tradujo en el precio final y los productos se tornaron carísimos. Para aquellas familias golpeadas por la crisis económica cuidarse del sol se volvió una misión imposible y lo que entra en juego es la salud.
Incluso, llega a haber hasta un 50% de diferencia entre una marca nacional y otra extranjera. Mientras que la emulsión Dermaglós factor 30 de 200 ml se consigue por $633, el protector Vichy se comercializa a $1170. Los precios son muy dispares en lo que respecta a marcas, medidas y tipo de protección, por lo que hay que comparar exhaustivamente antes de comprar.
Para el secretario general del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos y presidente de la Unión de las Obras Sociales, Marcelo Peretta, la razón por la cual no se los considera medicamentos a los protectores solares es porque el Plan Médico Obligatorio (PMO) requiere de una actualización que hoy no tiene.
“No habría ningún impedimento que justifique su incorporación. El criterio sanitario de nuestro país está basado, lamentablemente, en la curación y no la prevención a pesar de que la OMS diga lo contrario. Se considera que la prevención es gasto y la curación es inevitable”, aseveró Peretta a Infobae, quien se mostró a favor de darle a estos productos una cobertura del 40% -como tienen los demás medicamentos- para que la gente no pague valores exorbitantes.
Aunque el sol fortalece los huesos y los dientes, estimula la inmunidad, equilibra el colesterol, disminuye la presión sanguínea, ahuyenta la depresión y brinda energía, entre otros beneficios, también es la principal causa del envejecimiento cutáneo.
Un exceso de sol sin protección puede tener efectos muy nocivos. Las consecuencias más reconocidas a largo plazo son la aparición de manchas y arrugas, aumento del número de lunares, cáncer de piel y variadas alteraciones oculares. El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el ser humano. Por eso, el uso de protectores solares, filtros y bloqueadores es recomendado por los dermatólogos para reducir ese riesgo.
En la comunidad médica hay una unánime coincidencia acerca de las maneras más efectivas para contrarrestar el avance de las enfermedades de la piel: utilizar a diario protectores solares, reforzar la dosis cada dos horas y limitar la exposición solar entre las 10 y las 16 horas.
Pero también existen otras formas de cuidarse del daño del sol sin desembolsar un peso y que tienen que ver con un “método físico”. Lo más aconsejable es optar por prendas claras y con mangas largas, caminar por la sombra, utilizar anteojos con filtros UVB y gorros.
A diferencia de lo que sucede con las cremas para prevenir las estrías durante el embarazo, que sí están incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), los protectores solares aún no fueron reglamentados. Y para visibilizar esta problemática, el diputado radical Fabio Quetglas presentó un proyecto de ley ante el Congreso para que todos los agentes que brinden servicios médico-asistenciales a sus afiliados incorporen como prestación obligatoria la cobertura de protectores solares con factor 30 (FPS 30) o superior, indicado a través de prescripción médica, de acuerdo al criterio del especialista que prescriba el producto necesario para proteger cada tipo de piel.
La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) sostiene que el protector debe ser de amplio espectro, que proteja contra los rayos UVB-UVA. Mientras que los UVB son más cortos y tienden a dañar la capa externa de la piel causando quemaduras solares, los UVA penetran profundamente en la piel y es menos probable que se queme y muestre signos de sobreexposición. Ambos están relacionados con melanoma y otros cánceres de piel y la mayoría de los protectores solares que se venden hoy en día ayudan a proteger contra ambos.
El factor de protección debe ser 30 o mayor. “Menos de eso es tirar la plata. Y si no lo renovás cada dos o tres horas tampoco sirve de nada. Es una mentira creer que porque me pongo un protector súper alto, con aplicarlo una sola vez es suficiente”, alertó a Infobae la dermatóloga Ana Clara Acosta (MN 107559), una de las coordinadoras de la campaña “El sol sin protección daña” de la SAD.
Se estima que entre 3 y 5 personas de cada 10 van a tener cáncer de piel en el transcurso de su vida y que cada vez habrá gente más joven con esa enfermedad. “Obvio que si se puede incluir al protector solar en el PMO sería buenísimo para el paciente. Es algo coherente y entendible desde el sentido común, pero esto sale plata. Habría que pensar bien quiénes serán los destinatarios. Porque una cosa es dirigirlo a toda la población y otra cosa es arrancar con los pacientes que ya tienen antecedentes de haber tenido algún tipo de cáncer de piel”, dijo la doctora Acosta.
“Si el PMO incluye a los protectores, las prepagas y obras sociales tienen que incluirlos en sus programas de descuento. Con este solo hecho ponés en cobertura a prácticamente el 90% de la población. Mi objetivo es facilitar el acceso a este producto, que es muy caro”, señaló el diputado Qetglas a este medio.
El proyecto de ley, que fue presentado en marzo, todavía no pudo ser tratado en la Comisión de Salud porque no se reunió en todo el año. “Solo se reunieron las Comisiones que trataron los temas más urgentes”, se excusó. Sin embargo, aseguró que “hay un consenso bastante alto para aprobarlo”.
Además, hizo hincapié en la necesidad de discutir y fijar precios. “Esto es un lobby de la industria farmacéutica que tiene precios altísimos de los protectores solares. No se justifica pagar un monto tan alto. Rondan entre $1000 y $1300 y un pomo de 250 mml tiene un costo de $80. Es un 1000% de rentabilidad y eso es inaceptable”.
Y continuó: “La discusión no puede ser cobertura sí o cobertura no porque así lo que hacemos es acompañar este desmedido enriquecimiento de los laboratorios porque si no paga el paciente, paga la obra social. La industria farmacéutica no solo está fundiendo a los pacientes sino también a la obras sociales. Esto hay que analizarlo”, advirtió Peretta, quien se mostró esperanzado de que con el cambio de Gobierno este tema empiece a ser considerado.
SEGUÍ LEYENDO