El sábado se publicó en Infobae la nota titulada: “El tenebroso Doctor K, el represor que busca desheredar a su hija porque lo rechazó públicamente”. El texto del periodista Juan Manuel Mannarino, colaborador de este medio, se refería a Eduardo Kalinec, un ex policía condenado a cadena perpetua por secuestros, asesinatos y desapariciones, y quien ha sido beneficiado con salidas transitorias.
El represor, además -se contaba en el texto del artículo- busca declarar “indigna “ a su hija Analía para que no pueda heredar los bienes de su madre. La joven pertenece al colectivo Historias Desobedientes, y repudió públicamente su padre.
“La libertad de un genocida -encubierta en salidas transitorias o prisiones domiciliarias- pone en peligro la paz social y atenta contra el sistema democrático. Es inaceptable que un criminal de lesa humanidad utilice artilugios legales -apelando a la justicia que despreció y sigue despreciando- para burlar su condena”, le dijo Analía Kalinec a Infobae sobre el beneficio que logró su progenitor.
Eduardo Emilio Kalinec, de 67 años, fue condenado a prisión perpetua en 2010 por secuestros, torturas y homicidios cometidos en los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo, sitios que funcionaron bajo la órbita de Carlos Guillermo Suárez Mason, jefe del Primer Cuerpo del Ejército.
“Los sobrevivientes lo describieron como una persona temeraria, conocida como el ‘Doctor K’, que no reparaba en demostrar crueldad con golpes físicos a mujeres y aplicar picana en la sala de torturas”, describía el periodista en su nota al represor.
A las 16.44 del sábado, Mannarino recibió la primera llamada a su celular proveniente de un número privado. Cuando atendió, una máquina anunció que provenía del Servicio Penitenciario. En esa primera comunicación, una voz masculina, grave, le dijo: “Sacá la nota que publicaste hoy o sos boleta”. Y cortó.
En el segundo llamado, apenas dos minutos más tarde, la misma voz, luego de hacer oír una larga y pesada respiración, dijo: “Bajá la nota, ¿no entendés? Sé dónde vivís en La Plata”. Y volvió a cortar.
Después hubo varios llamados más de número privado, que el periodista ya no atendió.
Mannarino, asesorado por el abogado de Infobae y en contacto con su editora, radicó la denuncia en La Plata -donde vive- y la fiscalía comenzó una investigación sobre el hecho.
No es la primera vez que un periodista sufre amenazas tras publicar notas sobre represores y genocidas. Infobae acompaña a Juan Manuel Mannarino en la denuncia y repudia públicamente estas graves intimidaciones y amenazas contra la prensa.