Alerta por la peor bajante del río Paraná en los últimos 40 años: causas y consecuencias

Por el poco caudal, las fuerzas de seguridad les aconsejaron a los navegantes registrar sus embarcaciones ante la posibilidad de accidentes

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El nivel del agua en
El nivel del agua en el río Paraná es el más bajo desde 1978. (Reuters/Marcos Brindicci)

En el marco de la bajante del río Paraná que preocupa desde hace varios meses a muchas provincias del norte argentino, la Entidad Binacional Yaciretá (EBY) advirtió este lunes que el nivel del caudal en la zona ya es el peor desde 1978, con 10.900 metros cúbicos de agua que pasa por segundo por la represa hidroeléctrica situada en Corrientes.

A través de un comunicado, el organismo explicó que "los caudales circulantes en el curso del Paraná, desde su confluencia con el Paranapanema, están muy por debajo de lo normal”, lo que podría dificultar la navegación.

En este sentido, la EBY detalló que, si bien “es esperable que hasta fin de año haya un repunte en el volumen de agua” en el río, “con la información disponible hasta la fecha no es posible establecer con suficiente precisión a partir de cuándo podría comenzar a revertirse la actual coyuntura”.

“A la altura de Yacyretá, el caudal medio del corriente 2019 es el segundo más bajo de la serie de referencia 1971-2018, con unos 10.900 metros cúbicos por segundo, luego de los 10.500 metros cúbicos por segundo de 1978”, precisó.

El organismo señaló que, por ejemplo, en el puerto de Ituzaingó el hidrómetro marcaba este lunes 80 centímetros, “bien por debajo de los 3,50 correspondientes al nivel de alerta”. En tanto, los principales reservorios emplazados en la cuenca del Paraná contaban con un “almacenamiento ponderado próximo al 30 por ciento".

El puerto de Rosario fue
El puerto de Rosario fue uno de los más afectados por la bajante del río. (Reuters)

Ante esta situación, la Prefectura Naval difundió una serie de recomendaciones para los navegantes que quieran circular por este río, las cuales incluyen algunas medidas de precaución como la de avisar al Club Náutico, a la guardería, a un familiar o a la dependencia jurisdiccional de esta fuerza de seguridad antes de zarpar.

Además, aconsejó “respetar las zonas de privilegio para la práctica de las diferentes disciplinas náutico deportivas, navegando a una velocidad mínima compatible con la maniobra”, contar “a bordo con chalecos salvavidas suficientes para la totalidad de la tripulación” y que los menores de edad siempre lo lleven colocados.

“Efectuar el despacho de su embarcación ante su Club Náutico o la Prefectura Naval Argentina, aún si esto no fuera obligatorio ya que facilitaría cualquier situación de asistencia o búsqueda” y “evitar navegar en condiciones de escasa visibilidad”, son otras dos recomendaciones.

En agosto pasado, la Bolsa de Comercio de Rosario advirtió que, “debido a la bajante extraordinaria que viene sufriendo el río Paraná”, la medición en el puerto de la ciudad santafesina había alcanzado “aproximadamente 0,50 metros por debajo del plano de referencia”.

“Esto tiene un impacto sobre el volumen de mercadería que efectivamente se logra cargar en los buques que están a la espera o en muelle en los puertos del Up River y, en consecuencia, sobre el costo para los operadores de todo el sistema”, resaltó la entidad.

La Bolsa de Comercio de
La Bolsa de Comercio de Rosario advirtió que la situación iba a traer consecuencias económicas por las dificultades en el transporte de productos.

La Bolsa de Comercio manifestó en aquel entonces que la situación iba a afectar “a este complejo desde el punto de vista logístico con un impacto económico de consideración”, ya que con ese nivel de agua “la probabilidad es que los buques tengan que cargar dos pies menos que los 10,36/10,51 m habituales”

“Recordemos que en el Gran Rosario se localiza el 78% de la capacidad teórica de procesamiento nacional de semillas oleaginosas. En 70 km de costa que van desde Arroyo Seco a Timbúes, con epicentro en la ciudad de Rosario, se localizan 29 terminales portuarias, de las cuales 19 despachan granos, aceites y subproductos, contando 12 de ellas con fábricas procesadoras propias. Además, existen otras 8 fábricas aceiteras en la zona, totalizando 20 industrias que demandan poroto para fabricar aceite y harina, entre otra multiplicidad de derivados oleaginosos”, destacó el organismo.

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