La Legislatura porteña aprobó este jueves un proyecto impulsado por el Ejecutivo que endurece las penalidades a los conductores en el sistema de “scoring". La iniciativa, promulgada con 41 votos del bloque de Vamos Juntos y sus aliados, sumó dos infracciones que hasta ahora no estaban en el listado, en otros casos elevó la sanción y habilitó a que el descuento de puntos se haga de manera automática, sin la necesidad de labrar un acta.
El proyecto apuntó a reflotar y actualizar el sistema de scoring, creado en 2008. De acuerdo con la norma original, a cada conductor -con registro tramitado en la Ciudad de Buenos Aires- se le otorgan veinte puntos iniciales y recibe un descuento parcial ante cada infracción, lo que deriva en la suspensión del registro en caso de que se le agoten.
La primera modificación aprobada subió la cantidad de puntos de penalidad a los conductores que vayan sin el cinturón de seguridad colocado en el caso de circular a bordo de un automóvil (de dos a cuatro) y sin el casco de seguridad para los motociclistas (a cinco).
Además, la propuesta avanzó sobre los casos de exceso de velocidad en los que, actualmente, la quita de puntos va de cinco a diez, dependiendo del límite de circulación establecido de acuerdo al tipo de arterias: calles, avenidas o autopistas. El nuevo texto contempla la reducción de los puntos de modo proporcional al exceso de velocidad detectado. Es decir, si el conductor supera por 10 kilómetros el tope recibirá una quita, mientras que la pena será mayor si la circulación excede, por ejemplo, en 30 kilómetros por hora la máxima.
También se incluyó como faltas viales en el sistema de descuento de puntos a dos infracciones que hasta ahora no estaban en el listado: la invasión parcial de vías contrarias al sentido de circulación y la “conducción peligrosa” a través de maniobras “temerarias, maliciosas o imprudentes”.
Cuando una persona pierda todos sus puntos, quedará inhabilitada para conducir. Si es la primera vez, por 60 días; la segunda por 180 días; la tercera por dos años, y desde la cuarta vez en adelante, por cinco años. A partir de la segunda pérdida de puntos, a diferencia de lo que pasaba hasta ahora, a partir de la nueva ley se dispondrá la caducidad de la licencia de conducir del sancionado, que deberá tramitar una nueva.
Según la presidenta de la comisión de Tránsito y Transporte, Cristina García (Vamos Juntos), se trata de una “modificación estructural del sistema de scoring”. Más allá del endurecimiento, García explicó que la sanción recaerá en principio sobre el titular del auto, quien deberá recurrir a las autoridades para deslindar su responsabilidad en caso de no haber sido el autor de la falta. Esta decisión intena corregir una deficiencia del sistema, ya que “actualmente el conductor es identificado solo en el 2% de la faltas”, lo que impide el descuento del scoring. Por eso, la quita de puntos pasó a ejecutarse de manera automática, sin necesidad de identificar al conductor mediante un acta.
Aunque el bloque de Unidad Ciudadana y el resto de la oposición se abstuvo de acompañar la iniciativa, la diputada Paula Penacca dijo que es “factible de ser acompañada” dado que “pone a funcionar el scoring”. Sin embargo, destacó que para su aplicación “se necesita de un cuerpo de inspectores de tránsito que dista del actual”, apuntando contra la “precarización que sufren” los trabajadores del área.
García, en el cierre del fragmento de discursos, lamentó que sus colegas no pudieran hacer foco en la sanción a los conductores temerarios y aceptó la inclusión de un artículo propuesto por Pennaca para obligar al Ejecutivo a realizar campañas de difusión sobre el sistema de scoring.
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