El desconcierto en la casa típica de barrio donde nació Alberto Maldonado es total. Hay algo de incredulidad en el lugar donde ahora viven su mamá junto a uno de sus hijos, su nuera y su nieto, la zona norte del conurbano bonaerense. Como si aún no hubieran tomado allí dimensión de las consecuencias que les traerá a sus vidas lo que ocurrió 200 kilómetros al sur, en la Ruta 2, cerca de Lezama, con la muerte de dos nenas que viajaban en el micro que el chofer conducía, y con al menos cuatro chicos heridos de suma gravedad.
“No lo podemos creer todavía. Para mí se rompió una cubierta, su conducta siempre es intachable”, dijo a Infobae uno de los familiares, que prefirió no dar su nombre.
Maldonado vive con su segunda mujer en una casa en José C. Paz. Tiene cuatro hijos, dos con ella y dos con su primer matrimonio. Es un joven abuelo de 48 años. Y hace 30 que trabaja de lo mismo: chofer de micros. El oficio es de familia. Su único hermano también maneja un colectivo.
Según contaron en su vieja casa en Don Torcuato, Maldonado comenzó a los 18 años en colectivos urbanos de corta distancia y desde hace ya un tiempo largo (no pudieron precisar cuánto, al menos 20 años según los registros comerciales con empleos en varias empresas) se dedica a conducir ómnibus contratados para viajes largos o especiales.
“Siempre con todo en regla, toda la documentación, con viajes habilitados, es una persona que hace todo por derecha”, comentó una familiar. Christian González Wang, uno de los socios de Silvicar, la empresa propietaria del micro de la tragedia que lo empleaba, aseguró esta mañana: “Maldonado es efectivamente un chofer regular de la empresa, está registrado, nunca tuvo problemas”.
Sus familiares contaron que Maldonado hacía viajes de imprevisto para Silvicar. “Le avisaban que tenía un trabajo poco tiempo antes, él estaba siempre listo. Los viajes le salen de un día para el otro. Pero algo tuvo que pasar, él es muy responsable”, comentaron.
Según las primeras pericias hechas tras el incidente, Maldonado no había tomado alcohol. En su casa aclararon que jamás lo hace. “El no toma, y mucho menos si tiene que trabajar”, agregó su familiar.
Alberto Gustavo Maldonado manejaba un ómnibus Mercedes Benz -de Silvicar- cuando durante la mañana de este jueves volcó a la altura del kilómetro 141 de la Ruta 2, en Lezama. El chofer quedó aprehendido por decisión del fiscal Jonathn Robert, de la UFI Nº10 de Chascomús.
La situación de Maldonado es complicada. Robert lo acusa de homicidio culposo agravado, por la muerte de dos nenas de entre 11 y 12 años, y por el delito de lesiones, ya que varias víctimas sufrieron politraumatismos graves, una nena padeció la amputación de una pierna y dos de los alumnos de la Escuela 41 de Benavídez fueron trasladados al Hospital de Niños de La Plata y el hospital Castex debido a la complejidad de los cuadros que presentan.
“El micro muerde la banquina, el conductor realiza una maniobra para intentar colocar el micro nuevamente en el pavimento y no lo logra. Eso es lo que más o menos dictaminan los peritos, aunque todavía están trabajando en el lugar”, explicó el fiscal general de Dolores, Diego Escoda.
“Se me fue, se me fue”, es lo supuestamente dijo Maldonado tras el incidente.
Según fuentes policiales, las causa de la tragedia “no serían atribuibles a la velocidad”. Y podría tratarse “de una distracción del conductor".
Entre los familiares de las víctimas circulan los mensajes que algunos chicos mandaron a sus padres. “Nos llamó a los gritos para que la vayamos a buscar. Además contó que el conductor se había dormido, que ella estaba bien, que tenía heridas leves, que había chicos mucho más grave, y que un nene estaba debajo de las ruedas”, comentó Victoria, la tía de una de las nenas que viajaba en el ómnibus.
A 90 kilómetros por hora, pocos segundos pueden bastar para propiciar un desastre. Resta saber qué provocó el movimiento brusco hacia la banquina.
“No sabemos fehacientemente si se durmió. Lo que tenemos es que el micro mordió la banquina, hay una maniobra tendiente a colocar el micro sobre la ruta y el micro vuelca. Tenemos una testimonial de una persona que venía en moto a 110 kilómetros por hora y que el micro lo pasó en la curva. Se está haciendo la pericia mecánica con el tacómetro para determinar la velocidad. Esos micros tienen una velocidad máxima de 90”, comentó el fiscal Diego Escoda. Su comentario es llamativo: apunta a un posible exceso de velocidad.
El funcionario además aclaró que, según el testimonio del segundo chofer del micro irían a 110 kilómetros por hora. Además explicó que no hay huellas de frenado y que, respecto de una cubierta reventada que se encontró, la pericia mecánica determinará si el daño al caucho ocurrió antes o después del despiste. También podrían determinar si hubo algún otro desperfecto mecánico. El último control sobre el ómnibus se hizo hace un mes.
“(El micro) se va hacia la banquina, lugar donde trata de corregir la unidad, existiendo maniobras de frenado, el micro pega contra el alcantarillado perdiendo adherencia al piso para luego caer sobre el pavimento específicamente sobre su lateral izquierdo”, explicaron las fuentes policiales, razones por las cuales se dispuso la aprehensión de Maldonado.
En su casa de Don Torcuato aún no lo pueden creer.
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