1812. Los hermanos Grimm la imaginan con su largo cabello, encerrada en la torre por la bruja Gothel. Y relatan cómo las finas hebras de oro brillante le sirven a la protagonista del cuento de hadas para soltarse el pelo y permitir así que la hechicera primero y luego el príncipe, se trepen para ir a visitarla a su encierro. La joven tiene 18 años y la llaman Rapunzel.
2010. Otra vez la larga cabellera es protagonista. Esta vez Disney, inspirado en el cuento de los hermanos Grimm, crea a una princesa de carácter. La película cuenta la historia de la perdida alteza de Corona, conocida por su largo y mágico pelo, que fue raptada y encerrada en una torre lejana por la bruja Gothel. Rapunzel desea dejar esos muros, ver el mundo exterior, vivir aventuras. Y contra los deseos de su madrastra, acepta la ayuda de un apuesto intruso, Flynn Rider, que la lleva por el mundo que nunca pudo antes conocer.
2019. Villa Carlos Paz, Córdoba. La niña llega a este mundo en el convulsionado año 2000 y sus padres la llaman Ana. No hay torre, ni bruja, ni encierro. Pero sí hay, 19 años después, 160 centímetros de pelo castaño oscuro. Y como en la historia infantil, todos en la ciudad empiezan a llamarla “la Rapunzel cordobesa”.
La magia, una vez más, está en ese pelo eterno que casi le llega a los pies.
Abril Lorenzatti mide 1,63 metros, y su extensa melena le toca los tobillos. Por esta extraordinaria medida, batió un récord: el Guinness de la adolescente “con el cabello más largo del mundo”.
Lleva más de un década sin cortarse el pelo y, por ahora, planea seguir así. “Desde chica a mi mamá le gustó dejarme el pelo largo. Llegué a tenerlo por debajo de la cintura, pero un día a los siete años viendo la película Matilda le dije que lo quería como la protagonista: un carré con flequillo. Me lo hice y no me gustó nada. A partir de eso, me lo dejé crecer al extremo: no me lo corté más”, confesó a Infobae la joven.
Abril se lo había dicho a su mamá: “Yo no me corto nunca más el pelo”. Al principio parecía un capricho, una cosa de chicos. Pero pasaron los años y la niña cumplió con su promesa. “En el 2011 ya el pelo me había crecido, lo tenía largo...Justo había salido la película, y entonces empezaron a llamarme Rapunzel”. En 2017, llegó la gran sorpresa del Guinness.
-¿Cómo te contactaron del World Record Guinness?
-Un peluquero que atendió a mi hermano le preguntó a mi mamá si no se le había ocurrido entrar a la página de los Guinness para ver qué posibilidades tenía de registrar mi logro. Descubrimos que existía una categoría para adolescentes, me registré y obtuve el título de Longest hair on a teenager (el pelo más largo en una adolescente) a los 17 años. En ése momento mi récord fue de 1,52 metros de largo... ahora ya tengo más.
-¿Cuál fue el récord anterior?
-Previamente había una joven extranjera que superó el metro de longitud.
-¿Tenés algún secreto para mantener así tu pelo?
-Mi rutina es muy simple: champú y acondicionador. Lo lavo día por medio. Como en dos etapas, primero el cuero cabelludo, después el resto. No me lo plancho, ni tampoco uso secador. Cada dos o tres meses mi mamá me corta las puntas. Y nunca me teñí. Me gusta llevarlo lo más natural posible.
-¿Gastás mucho en champú?
-¡Mi mamá dice que sí! (risas)
Durante toda la etapa escolar debió llevarlo atado. Pero hoy, como estudiante de Administración de Empresas, luce su pelo suelto, como la protagonista del famoso cuento infantil que inspiró a Disney. Su extensa melena se enreda bastante. Sobre todo en los días ventosos. “Puedo tardar 30 minutos en peinarme. A veces me tiene que ayudar mi mamá”.
-¿Qué es lo más incómodo de llevar el pelo así de largo?
-Yo estoy muy cómoda. Lo usé muchas veces en trenza o recogido, porque en el colegio no no me permitían ir con el pelo suelto. Lo ato únicamente si es necesario, ya sea por el viento o por alguna otra razón. Cuando duermo lo dejo suelto a un costado.
-¿La gente te para en la calle para preguntarte por tu largo extremo?
-Mucho. Siempre llama la atención. Me frenan para preguntarme si lo llevo así por una promesa o cómo hago para peinarlo y lavarlo. También me gritan “Rapunzel dejá caer tu cabello” (risas). Como vivo en una ciudad muy turística, en la temporada de verano muchos detienen la mirada.
-¿Pensás en cortarlo?
-Seguro, pero no por ahora. Quiero seguir manteniéndolo largo. Incluso me imagino llegando a viejita con el pelo largo...
-¿Te ofrecieron plata por tu pelo?
-Mucha. Pero no aceptaría.
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