Por Guillermo Andino
Por Carolina Prat
Nunca se sabe si al entrevistar a Fátima Florez ella está sola o acompañada de alguno de los más de 100 famosos que imita. Es que la talentosa humorista viene ya, como si fuera un combo, con los personajes incorporados. Tiene bien internalizadas las personalidades de sus emulados y a veces sorprende con la habilidad para responder con la voz, el gesto y la psicología de otro, que a la vez es ella misma. Una hilarante confusión que siempre provoca carcajadas. El gran talento para observar, pensar y recrear personas es lo que le posibilita a esta joven mujer, de arrolladora energía, hacerse paso en un mundo dominado por hombres cómicos. Se destaca y es así como logró ser la protagonista de su propio show: “Fátima es Mágica”.
Llega a la nota directamente desde Mar del Plata, la capital del teatro de verano, donde fue primicia por ser la primera figura de la farándula que presentó su marquesina en el Teatro Roxy, que albergará su obra durante la temporada de verano 2019-2020. Un espectáculo creado y dirigido por Norberto Marcos, su marido y representante desde hace 20 años, en el que estará acompañada por Ariel Tarico, el mago Emanuel, Fernando Sanmartin, además de músicos, cantantes y bailarines marplatenses.
Al respecto y reafirmando lo que se podría considerar un gesto solidario de reconocimiento a los artistas del interior, Fátima asegura: “Me encantó esto de dar trabajo en los lugares donde hacemos temporada. En Córdoba también fue así. Hicimos el casting en Mar del Plata donde hay talentos increíbles, tanto bailarines como músicos, me parece buenísimo darles la oportunidad”.
La fecha pautada para estrenar su show en La Feliz es el 19 de diciembre: “Por cábala, porque soy devota de San Expedito” explica. Se reconoce como una persona de fe, muy creyente que eligió su religión al hacerse bautizar a los 14 años, y justifica su veneración por el santo en el hecho de que luego de haber recibido, de modo casual en la calle, una estampita de San Expedito, nunca paró de trabajar ni de acumular éxitos profesionales.
Esta reina del humor, actriz y bailarina consagrada en el mundo del espectáculo y con proyección internacional – está preparando una gira por el exterior para el año próximo- evoca sus comienzos y reconoce que fue muy difícil superar las barreras impuestas por un entorno masculino. “Hoy no sería por ahí tan difícil pero años atrás era un ambiente muy machista dominado por hombres con códigos y chistes machistas. A la mujer a veces se la utilizaba para rematar un chiste, que hoy miras y decís cómo se permitía esto, cómo naturalizamos estas situaciones”, comenta asombrada.
También recuerda el descrédito de algunos productores teatrales que, cuando intentaba hacer humor, le recomendaban dedicarse a otro rubro, y le decían que las mujeres “no hacen reír”. Pero Fátima fue desafiante y consecuente con su vocación e insistió: “Sentí que era mi misión en la vida”, entonces se hizo su lugar en el escenario a fuerza de mucho trabajo y talento.
Preparar el surtido repertorio de personajes que imita entre los que se destacan algunos emblemáticos como Cristina Fernández de Kirchner, Susana Giménez, Mirtha Legrand, Silvia Süller o Shakira, es una tarea ardua que requiere mucha dedicación y ensayo. Tiene el antecedente que de niña ya contaba con la facilidad para recrear voces.
“El color de la voz es muy difícil porque uno tiene una voz y de esa voz tenés que llegar a otros registros y a la psicología del personaje. Por eso pienso que uno es un poco periodista también porque hay que estar informado de política, de la actualidad de la farándula. Me he pasado noches y noches estudiando voces, luego irme a la cama y soñar con los personajes porque la cabeza sigue trabajando mientras uno sueña y por ahí al día siguiente me doy cuenta que me sale mejor”, comenta.
Florez confiesa que Susana Giménez es uno de los personajes más difíciles para imitar “porque es una persona que está muy vista, y no podés fallar ni un milímetro" Me costó mucho porque es un color de voz que no es ni agudo ni grave, pero una vez que lo encontré empecé a disfrutarlo como loca” dice, mientras el interlocutor no distingue si la que habla es Susana o Fátima.
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