Un sueco en las Provincias Unidas: la historia del oficial que recorrió Sudamérica y lo documentó todo

Johan Adam Graaner, quien murió hace 200 años, viajó al continente en dos oportunidades. Tras la primera produjo un informe de incuestionable valor y tres años más tarde regresó como parte de una misión secreta para relevar informaciones y realizar contactos sobre cuestiones políticas y económicas del Río de la Plata

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“Si alguien se hace la molestia de formar una obra integral sacando los datos de mis muchísimos apuntes, diarios y anotaciones desordenadas, tarea difícil pero no del todo imposible para quien se tome el trabajo y que tenga algún conocimiento de América, podrá estar cerciorado de que sólo encontrará allí datos correctos, porque en esto he sido bastante concienzudo. No hay allí datos algunos que sean falsos por intención”.

Johan Adam Graaner – 30 de octubre de 1819.

Con estas palabras, el Mayor Johan Adam (Juan Adán) Graaner, en 1819, en viaje de regreso de Sudamérica a Suecia, su patria, pero encontrándose gravemente enfermo, hizo una evaluación del material que había recopilado en el curso de dos viajes a Sudamérica durante los años anteriores. Fallecería el 24 de noviembre de 1819 a bordo de un buque británico, frente al Cabo de la Buena Esperanza.

A más de 200 años de su estancia en las entonces Provincias Unidas conocemos algunos aspectos de sus dos viajes gracias a la recopilación y traducción de documentos y diarios realizados en Suecia y Argentina por hombres como Diego Molinari, Axel Paulin, Sven Sward, José Luis Busaniche, Magnus Mörner, entre otros historiadores.

Habrían de pasar 130 años de su muerte, para que en 1949 vieran la luz algunos de esos documentos en la obra editada por El Ateneo Las Provincias del Río de la Plata en 1816 (134 páginas), con prólogo de Paulin y notas de Busaniche.

El 18 de marzo de 1816 ingresaba a la rada exterior del Río de la Plata, procedente de Ostende (con escalas en Río de Janeiro y Montevideo), el bergantín holandés Amable Paulina conducido por el capitán Lugtijs. Había partido el 27 de noviembre de 1815. Entre los pasajeros que desembarcaron al día siguiente se encontraba Johan Adam Graaner acompañado por un asistente, también sueco.

Contaba entonces con 33 años, había servido con distinción como oficial naval y en el Ejército durante las campañas contra los rusos en 1808/09, contra Napoleón en 1813 y en la breve guerra contra Noruega de 1814 que concluyó con la unión de ambos reinos. En 1815, Graaner pidió licencia para hacer un viaje a Sudamérica. Permaneció seis meses en las Provincias Unidas recorriendo sus caminos, dejando sus impresiones en el informe que escribió en francés al príncipe heredero Carlos Juan Bernadotte, a bordo del barco de regreso a Europa en 1817, tras una permanencia en Brasil de casi cinco meses de la que no tenemos noticias.

El príncipe heredero Carlos Juan Bernadotte
El príncipe heredero Carlos Juan Bernadotte

Para el historiador sueco Magnus Mörner:

"Los diarios de Graaner apenas tienen valor para la historia política ya que las partes conservadas no dicen casi nada de, por ejemplo, el Congreso de Tucumán. Por otra parte, arrojan mucha luz sobre la vida social de aquel entonces.

Para evaluar las impresiones de Graaner durante sus viajes a Tucumán y Mendoza hay que tener en cuenta la fecha temprana de que se trata. Después de Graaner muchísimos viajeros extranjeros recorrieron y describieron las mismas rutas, más próximamente John Miers (1819), pero tenía pocos antecesores. Además los diarios de Graaner tienen el encanto de la impresión viva e inmediata, con sus frases cortadas y palabras frescas y concretas".

Y allí está la riqueza de su diario, si bien los testimonios de opinión e históricos recogidos, sus semblanzas y apreciaciones políticas fueron y son estudiadas (Adrián Pignatelli, Roberto Elissalde, entre otros autores contemporáneos), se basan en lo ya publicado en 1949 y en documentos conocidos como las cartas a Pueyrredón y O’Higgins, o en las actas del Congreso de Tucumán donde se asienta su actitud sospechosa. En su visión de la cotidianeidad y espíritu de una época lejana, es donde podemos aprovechar al máximo las observaciones y apuntes del sueco, quien además nos dejó un mapa de postas no hallado en los archivos durante dos siglos...

“From Buenos Ayres to Potosi", el próximo libro de los autores de esta nota
“From Buenos Ayres to Potosi", el próximo libro de los autores de esta nota

Dice Graaner en su informe a Bernadotte:

“Espero que me valdrá como excusa, por las imperfecciones del ensayo y particularmente por el mapa adjunto, el hecho de que —me apresuro a manifestarlo— ambos han sido ejecutados en el Océano Atlántico sin el auxilio de un diccionario y sin los instrumentos necesarios para dibujar la carta, durante mi viaje desde el Brasil a Suecia, a bordo del barco más pequeño que, según parece, haya pasado del trópico austral por las costas del Báltico, desde que fue descubierto el Nuevo Mundo”.

El propio Busaniche escribía en 1949: (1) “El mapa adjunto... En la copia que me ha servido para esta traducción no figura ningún mapa. Es de creer que no se encuentra en el archivo donde está depositado el informe de Graaner”.

Pero no. No existe en los diversos archivos suecos donde se hayan “desparramados” los documentos de Graaner (Archivo Real, Archivos Particulares, etc.) constancia de que el mapa estuviese en poder de algún archivo sueco.

El hallazgo del mapa

Por diversos caminos, llegamos a encontrar investigando en Internet un hermoso mapa anónimo, cuyas medidas originales son 144 x 67, realizado a mano alzada y con numerosas anotaciones en inglés... El destino nos unió en la búsqueda de la identidad del autor y en la puesta en valor de un mapa prácticamente desconocido para la historiografía argentina. Es dable decir que Graaner fue el primer sospechoso. Las coincidencias entre lo publicado en 1949 y las anotaciones en el mapa eran lo suficientemente claras, aunque más “jugosas” como las recogidas por Paulin y Busaniche. El mapa es prácticamente una infografía ampliada de su diario de viaje.

Graaner dibuja ríos, montañas, sitios de interés y el camino de 50 y tantas postas desde el Río de la Plata hasta el Alto Perú, agregando en inglés –otro de los idiomas que dominaba- descriptivas semblanzas de las tierras que iba visitando en su viaje en coche, acompañado por el criado sueco. Rico en detalles, el inédito mapa de hasta hoy anónimo autor nos muestra la visión del extranjero sobre las gentes y lugares con una calidez de trato no habitual en los diarios de viajeros. Se nota en el sueco el cariño que le provocaron estas tierras.

No sería la primera vez que Graaner pisaría estas tierras sudamericanas, ya que regresaría en 1818 con una misión secreta, relevando informaciones y realizando contactos sobre cuestiones políticas y económicas del Río de la Plata. Luego pasaría a Chile interesándose principalmente por la minería en el país trasandino. En marzo de 1819 se embarcaba en Valparaíso con la intención de regresar a Suecia por el Océano Pacífico, es decir completando un giro completo al globo terráqueo. Al igual que Magallanes no podría completar ese proyecto. La muerte lo alcanzaría donde los océanos Índico y Atlántico se confunden, al sur de África.

Hoy se cumplen 200 años del fallecimiento de Johan Adam Graaner en altamar. Sus escritos y descripciones son una pincelada de ese convulsionado Río de la Plata de 1816, por lo que su aporte no se limita a cuestiones históricas sino que brinda una visión integral de la realidad de entonces.

Imagen parcial del mapa de Johan Adam Graaner (1816)

El Mapa de Graaner

Este mapa está construido con dos hojas adheridas de manera irregular, cuyas medidas son 144 x 67 cm, pegadas sobre un fondo de tela. Se halla algo dañado, con algunos bordes estropeados y manchas de barniz en el reverso.

Esta carta geográfica manuscrita muestra el camino real (en rojo), desde Buenos Aires hasta Potosí, como así también postas, pueblos, ciudades, arroyos, ríos, etc. Con números se señalan las leguas que separaban un lugar del siguiente. A lo largo del derrotero del camino, se pueden observar interesantes descripciones que hablan del número de habitantes de una localidad, hechos históricos acaecidas en la misma, tipo de terreno, minas de plata y cobre, vegetación, animales silvestres, existencia de ganado y la presencia de indígenas.

La carrera de postas al Alto Perú (camino real) es descripta por Acarete, tras su viaje de 1658, y más detalladamente por Concolorcorvo (seudónimo con el cual Alonso Carrió de la Vandera escribió su célebre obra El lazarillo de ciegos caminantes), tras su travesía llevada a cabo aproximadamente en 1771. Si bien existieron diversos mapas de viajeros y exploradores de ese camino, pocos alcanzan la precisión y el detalle del que estamos analizando, constituyéndose para 1816 en una pieza cartográfica notable, prácticamente desconocida por entonces de la que brindamos algunas de las consideraciones escritas por Johan Adam Graaner en 1816.

La Posta de Desmochados

“Aquí el ganado es visiblemente más demandado porque los indios pampas suelen visitar muy a menudo las fronteras del Río Tercero y llevarse grandes rebaños de ganado. En el año 1816 vinieron cada luna llena, desde principios de junio hasta finales de agosto, robando todos los animales que pudieron encontrar, de modo que cuando regresé a Buenos Ayres, los maestros de posta estaban todos ocupados en fortificar sus casas con un muro y una zanja. Sus alojamientos más cercanos están a unas 80 leguas al OSO de Pavón y la Horqueta”.

La travesía de Ambargasta

“No hay agua dulce ni congelada o líquida (Entre las postas de Ambargasta y La Noria). Travesía de Ambargasta. El suelo está cubierto de reluciente salitre nativo, como la nieve. “La Isleta” es una colina con un monte a 22 leguas de Remanso. Ningún viajero debe tratar de pasar por aquí en tiempo neblinoso o en una noche oscura sin una brújula, la que tenía aquí unos 6 grados de variación NE en el año 1816 y si ve al NE de Remanso, cuando haya dejado el monte de leña puede estar seguro de poder ver la isleta, desde la cual el curso al monte de la noria es NO 1⁄2 O. Pero durante el día o con un buen guía, no hará falta utilizar la brújula (Entre las postas de Remanso y La Noria).
El punto oriental del gran Desierto que se extiende desde las cordilleras de Mendoza con los alrededores de Catamarca, Portezuelo y Santiago del Estero, bajo diferentes nombres. El más general es el de “Travesía de Quilino” (Entre las postas de Remanso y La Noria)”.

Sierras de Agua Caliente

“Cordillera de Montañas (Sierra de la Candelaria). Las Sierras de agua caliente son unas montañas muy notables a dos leguas de la Iglesia del Rosario. Desde las laderas de esa sierra fluyen más de 30 fuentes diferentes de sal y agua caliente, sal y fría, dulce y caliente, dulce y fría, con graduaciones que van desde caliente hirviendo hasta fría helada. Algunos de los manantiales producen bandas de musgos y blancas bandas de sal fina. Otros dejan una sustancia sulfurosa o mineral. Son innumerables las felices curaciones atribuidas a estas aguas en enfermedades venéreas”.

Salta

El alegre y pequeño pueblo de Salta tiene alrededor de 5.000 habitantes, un gobernador, 4 iglesias, 2 monasterios; es renombrado en todo el país por la vivacidad, gracia, belleza y baile de las salteñas. Anteriormente tenía un comercio muy extenso con el Perú, principalmente con mulas, de las cuales se enviaban anualmente alrededor de 80.000 a Potosí”.

*Autores del libro “From Buenos Ayres to Potosi. Mapa de postas y comentarios del agente sueco Johan Adam Graaner en 1816” de próxima aparición.

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