Reza Deghati, el legendario fotógrafo iraní que vino al país para retratar a la gente de las villas de Buenos Aires

A partir de su enseñanza y su arte logra visibilizar a los barrio más vulnerables del mundo. Realizó sus talleres en Fuerte Apache, la Villa 21 de Barracas y la Villa 31. Todas sus fotografías están editadas en libros donde él cuenta las historias y su esposa las escribe

Por Mundo Villa

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Reza Deghati parece que tuviera una extraña cualidad: estar en varios lugares al mismo tiempo. De otra forma no sería sencillo explicar la multiplicidad de cosas que hace y la gran cantidad de sitios que visita durante el año.

A los 13 años sintió que las palabras no eran suficientes para contar lo que vivía y así comenzó a ir por este camino casi sin saber, el ahora fotoreportero franco-iraní, que iba a ser conocido a nivel mundial.

“Quería mostrar al mundo lo que veía, y no me bastaba con escribir o con contarlo”, se decía a sí mismo. Por eso, pensó en la fotografía como la mejor herramienta para lograrlo. Y desde hace más de 53 años hizo suya esta profesión.

Reza es una persona muy particular, con una vida impresionante. Fue extraditado de su país por fotografiar el golpe de estado en Irak, fue exiliado político en Francia y allí tiene fijada su residencia; pero de los doce meses del año, diez se la pasa viajando, formando jóvenes fotógrafos para que sean los que demuestren su visión del mundo a partir de una cámara, con la premisa de la esperanza en la humildad.

Él es “uno más” en los campos de refugiados sirios o en lugares donde la guerra arruinó todo. Y a partir de su enseñanza y su arte logra visibilizar a los barrio más vulnerables del mundo, como las villas de Buenos Aires. En Argentina ya realizó sus talleres en Fuerte Apache, la Villa 21 de Barracas y la Villa 31.

Hace más de 20 años dicta talleres de formación a los jóvenes ya que para él “los niños tienen la mirada más libre, más fresca, más amplia que la de los adultos”, y ellos son los que realmente pueden comentar su visión del mundo y compartirlo con el resto de la humanidad.

Reza es un gran maestro, quiere todo perfectamente preparado y organizado para sus alumnos y para los que trabajen con él. Se preocupa por sus alumnos y va registrando el proceso de aprendizaje desde cualquier lugar del mundo en el que le toque estar.

Los futuros fotógrafos reciben una devolución personalizada. Esa dedicación y ese trabajo al detalle hacen que sea una experiencia única, porque además le interesa saber de sus vidas, de sus familias y de su rutina. Es un gran pedagogo y ama lo que hace, pero también es muy exigente. La puntualidad, algo que no nos caracteriza, es una de las cosas que más aprendimos con él. “Es poco serio”, dice cuando algo no le gusta.

Su tono de voz y su mirada pueden transmitir todo y ahí el idioma ya no es una barrera. “Nadie mejor que ustedes para mostrar lo que pasa en su barrio, en la Villa 31”, dice Reza.

Reza habla 9 idiomas y la Argentina fue el primer país donde trabajó en Latinoamérica. El primer taller que dictó fue en Fuerte Apache con la ayuda de otros formadores y las fotos de esos alumnos fueron expuestas en la Plaza San Martín. Luego terminó los talleres de la Villa 31 de Retiro, donde 30 fotos vistieron las rejas de la Embajada de Francia y próximamente estarán en la nueva calle de la Villa 31, al costado de la Terminal; una vez más como gesto de esta integración social que él busca con su trabajo todos los días.

La memoria visual, la sencillez y la humildad de Reza son impresionantes, porque no se espera esa humildad en una persona que ha llegado tan lejos con su profesión. Cada vez que vino a la villa fue un vecino más, aunque con su particular atuendo y su bigote nunca pasaba de ser percibido. Su amor por la fotografía se le hizo carne, siempre está preparado para capturar algún momento.

Al contar sobre su trabajo comenta anécdotas espectaculares, sobre todo las veces en las que su vida corrió peligro, los diferentes resultados que tenían sus proyectos en cualquier lugar del mundo, lo que aprendía en esos viajes.

Él se considera un viajante por naturaleza, pero no lo hace solo por él y su familia así también lo entiende: hace lo que hace, aunque suene un poco pretencioso, por un bien común planetario.

Todas sus fotografías están editadas en libros donde él cuenta la historia de la misma y su esposa las escribe. Hacen un buen equipo. Raquel también pudo conocer a los alumnos de la Villa 31 y compartir días con ellos. Reza siempre dice que lleva a su familia a los lugares donde puede, así también sus hijos pueden conocer otras realidades y tratar de comprenderlas.

Si todos tuviéramos la mitad de la esperanza en la humildad de la que tiene Reza, otra sería la historia, otra sería nuestra realidad y otros serían nuestros miedos. Porque lo único que nos puede dar miedo, es aquello que no conocemos, y él de eso sabe, y mucho.

*Mundo Villa es un medio de comunicación social que educa, informa y transforma. A través de los jóvenes que participan de los talleres de periodismo genera contenidos en sus plataformas multimediales y realizan el primer noticiero sobre las villas en la señal Diputados TV.

Producción y realización: Joaquín Ramos, Dalma Villalba, Alan Gómez, Guido Ledesma, Paula Stiven, Emilia Rojas, Gustavo Lara, Diego Boulliet, María de Vedia, Diego Varela, Sebastián Deferrari y Francisco Ramos. #mundovillendtv - IG: @mundovilla - www.mundovilla.com

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