El crucero embargado en el Puerto de Buenos Aires, que tenía como último destino a la Antártida, causa preocupación en las autoridades marítimas. Ante la inminente llegada de nuevas embarcaciones por la temporada turística, el Gobierno ya solicitó en el ámbito judicial la remoción del buque de 162 pasajeros.
La expectativa está puesta en lo que surja del ámbito judicial. En la tarde de ayer, la solicitud presentada por la Administración General de Puertos (AGP), a cargo del interventor Gonzalo Mórtola, avanzó un poco más y habría sido aprobada por uno de los juzgados interviniente en el conflicto, según informó el portal especializado SL24.
El 4 de noviembre pasado, el buque de pasajeros “Resolute" tomó amarras en uno de los muelles de la Terminal Río de la Plata (TRP). Tras arribar a destino, los juzgados Federal 6 de primera instancia en lo Civil y Comercial y el Federal 1 de Ushuaia hicieron efectivo un embargo por un cúmulo de millonarios incumplimientos generados por la firma “One Ocean Expeditions”, empresa que no es la propietaria de la nave pero tiene a su cargo el servicio turístico de la embarcación.
El litigio se originó a raíz del reclamo de dos petroleras que le suministraban el combustible al crucero. En paralelo, se sumó otro reclamo por la deuda que la empresa mantiene con su tripulación y los cientos de pasajeros que se vieron perjudicados.
Sin embargo, en caso de que avance la remoción del “Resolute” por la vía judicial, la ejecución de la medida puede encontrarse con un inconveniente difícil de resolver: el alto costo económico que implica la mudanza. Por estas horas, ninguna de las partes intervinientes quería hacerse cargo del precio del remolque, que puede llegar a costar 60 mil dólares.
En su itinerario original, el crucero debía haber partido a comienzos de mes desde Ushuaia y luego hacia la Antártida. Cientos de turistas abonaron más de 20 mil dólares para vivir una semana de turismo aventura que no pudieron concretar.
Con un comunicado por redes sociales, el titular de la compañía Andrew Prossin se comprometió a reembolsar el dinero a los pasajeros y las empresas subcontrastistas involucradas. El escándalo fue publicado en la portada del prestigioso diario inglés The Guardian.
“Desafortunadamente, la difícil realidad es que en los últimos meses no hemos estado a la altura de estas altas expectativas que nos fijamos como líderes en la industria de cruceros de expedición. Como resultado del incumplimiento del contrato que sufrimos a principios de este año, nuestra compañía ahora se encuentra en un período difícil de reestructuración”, escribió Andrew Prossin en la cuenta de Facebook de la compañía.
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