¿Cómo es la relación de los argentinos con principios tales como discriminación, tolerancia y la construcción del respeto? Esa es la premisa de una reciente investigación de la Universidad Siglo 21. Con el objetivo de reflejar las conductas de convivencia y respeto de los argentinos, el estudio determinó que el 37,3% de los encuestados considera que las diferencias políticas son la principal causa por la cual son o han sido discriminados. En tanto, el 27% sufrió discriminación por su aspecto físico, un 12 ,4% por su condición socioeconómica y un 9% por su religión.
Los resultados corresponden a una encuesta realizada por la mencionada institución y publicados con motivo del Día Internacional de la Tolerancia, a celebrarse el 16 de este mes. El estudio indaga sobre los cánones de convivencia, respeto y tolerancia de los argentinos. Y, en el plano general, concluyó que la problemática de la discriminación es frecuente y está presente en todo el país: el 70% de los argentinos se sintió menospreciado o discriminado al menos una vez en su vida.
El relevo de datos se realizó entre hombres y mujeres de edades que varían entre los 18 y los 65 años, residentes en la ciudad de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán. En base a la percepción del total de encuestados, 6 de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 hombres experimentan conductas discriminatorias. Y esa sensación se incrementa entre las personas más jóvenes -de entre 18 y 30 años- llegando al 75 por ciento.
En lo que respecta al lugar de residencia, Córdoba fue la ciudad con el mayor porcentaje de respuestas positivas: el 80,2% reconoció haber sido discriminado por alguno de los mencionados factores. En el otro extremo de la lista se encuentra Corrientes, con un 58%.
Enfocada sobre los porcentajes resultantes, Gabriela Querejazu, directora del Instituto de Mediación y Cultura de Paz de la institución, explicó que “la construcción del respeto es la base de la convivencia, sin condiciones e independientemente de las creencias, experiencias o formas de ser". “En este sentido, la academia tiene un rol y aporte fundamental en los valores. La plasticidad de la condición humana nos permite estar en constante evolución”, agregó.
No obstante, sostienen los investigadores, “en tiempos donde la polarización política es protagonista de la agenda pública, los argentinos continúan optando por privilegiar la empatía, la comprensión, la colaboración y el respeto”. En ese contexto, aseveran que el 61% de los encuestados aseguraron que en situaciones de conflicto buscaron expresarse con respeto hacia los demás e intentaron encontrar terreno en común “para satisfacer los intereses de las personas involucradas”.
Finalmente, sólo 2 de cada 10 encuestados expresó estar a favor de rivalizar con las demás personas por el solo hecho de pensar diferente, tratando de imponer sus ideas políticas a los demás y cuestionar las creencias del resto.
El 70% de los argentinos se siente menospreciado o discriminado al menos una vez en su vida. En reuniones familiares, con amigos o laborales donde se plantean controversias políticas, las personas suelen adoptar conductas más colaborativas, en vez de rivalizar.
Qué es la discriminación y cómo afecta a las personas y a la sociedad
Discriminar implica dar un trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, entre otros.
La sensación de sentirse discriminado causa daños invisibles: daña el cuerpo, que pasa a vivir en un estado de estrés crónico. Esto genera, de manera innecesaria, hormonas como adrenalina y cortisol, que se vuelven peligrosas. Así lo aseguró el médico psiquiatra Roberto Montenegro, quien agregó: “es una suma de microtraumas que pueden terminar por herirla y afectar su biología” ya que "no se trata solo de sentimientos heridos, sino también, de la biología herida”.
El género también juega un rol en lo que respecta a las consecuencias negativas de este tipo de tratos: las mujeres que sufren discriminación de género son tres veces más propensas a reportar depresión, según investigadores del University College de Londres (UCL) que realizaron un estudio para develar si existe una conexión entre las experiencias sexistas de una mujer y su bienestar mental.
En referencia al 40% de las personas que se sienten discriminadas por expresar su pensamiento político, Marcos Novaro, sociólogo e investigador del Conicet, dijo a Infobae: “Es importante pero la grieta está más focalizada en ciertos sectores. Si bien hay un sector con mucha discusión política y polarización, otros sectores de la sociedad tal vez no lo viven traumáticamente. En otros países esa situación es más grave. Por ejemplo, en Bolivia la polarización es un problema más serio. Hay gente hasta dispuesta a matarse por cuestiones políticas. En Argentina, en cambio, no es ese el grado de polarización”.
El sociólogo opinó además que “desde el kirchnerismo no se intensificó la polarización sino que reflotó viejos lemas de polarización social". El ‘gorila’ era una referencia de los años ’80 y por varias décadas no existió esa referencia. Hoy ha vuelto a circular. Los jóvenes politizados se insultan con ese término y del otro lado también usan los propios. El publico politizado no es un mayoría pero funciona peor que en los ’90 y eso es fruto de la experiencia kirchnerista, porque hubo una estrategia de política cultural de polarizar y usar esas palabras. Activamente reflotaron la referencia de gorila, que durante años estuvo mal vista”.
Finalmente, Novaro señaló que actualmente la polarización en la Argentina es “acotada, pero muy desagradable”, y la comparó con otros períodos como década del ’40 y los ’70 cuando, remarcó, era “en serio”.
En cuanto a la discriminación por creencias religiosas, un relevo llevado a cabo por el Centro de Estudios Sociales de la DAIA en 2018 registró 834 denuncias de ese tipo, lo que se tradujo en un incremento del 107% respecto del año anterior. “En su mayoría ocurrieron en el espacio virtual, con la consiguiente dificultad que acarrea ese campo dadas las lagunas legales existentes. Este aumento nos obliga a estar atentos y a profundizar los proyectos educativos de sensibilización y prevención de la violencia prejuiciosa, así como a diseñar caminos políticos y legislativos alternativos de concientización y de protección del derecho a la igualdad”, señaló Víctor Garelik, director Ejecutivo de la DAIA en la introducción del reporte.
Por su parte, Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, aseguró en el prefacio del mismo documento que “el diálogo interreligioso ha servido para decir que en la Argentina sí hay algún diálogo que está funcionando, que es el que se da entre las religiones. Éste ojalá sea modelo para generar en el mundo respeto por toda persona humana, superando los prejuicios por cualquier cultura o religión”.
El informe, a cargo de la directora del Centro de Estudios Sociales de la DAIA. Marisa Braylan, “se realiza desde hace 20 años con el objetivo analizar las denuncias por hechos antisemitas sucedidos en el país y, principalmente, poner el eje en los discursos discriminatorios que ellos expresan”.
Micaela Saban Orsini, coordinadora de Programas y Proyectos contra la Discriminación del INADI, sostuvo que el organismo nacional lleva a cabo distintos estudios, cada uno enfocado en características por las cuales personas han sufrido y sufren discriminación en bases regulares: “Entre los que más denuncian están las personas con vulnerabilidad socioeconómica y las personas en situación de pobreza, mientras que en el segundo se encuentran las personas con obesidad y sobrepeso". Orsini explicó que "tienen mayores dificultades y son las que menos denuncias realizan”, aunque las presentaciones no suelen referir a aspectos físicos ya que las personas con obesidad sufren discriminación naturalizada, afirmó.
Orsini resaltó que de hecho esta discapacidad “es el primer pretexto por el que más denuncias recibimos” a lo largo de la historia de la entidad. Pero explicó que el número podría ser significativamente mayor debido a que “las personas más discriminadas, según las encuestas, no son quienes más denuncian realizan porque lo tienen naturalizado”.
Los distintos tipos de comportamientos en situaciones de conflicto
A quienes participaron del estudio de la Universidad Siglo XXI se les pidió que señalen cómo suelen actuar cuando sus familiares, amigos o compañeros de trabajo manifiestan opiniones políticas diferentes a las propias. En este sentido, las conductas “colaborativas” son las adoptadas con mayor frecuencia dentro del entorno. 6 de cada 10 personas encuestadas se manifestaron “bastante” a favor de adoptar esta manera de comportarse.
En segundo lugar están quienes buscan la equidad cuando hablan de política; les sigue la búsqueda adaptativa, que se caracteriza por mantener una relación armónica con los demás, poniendo especial atención a los sentimientos de quienes lo rodean y llegando, incluso, a relegar o ignorar la propia opinión. Por último se ubica el estilo “evasivo” como respuesta a controversias políticas con gente del propio entorno. Según los datos de este estudio, cerca del 36% de los encuestados se define “bastante” a favor de evitar discusiones ante señales de conflicto por diferencias políticas.
Sin embargo, uno de cada 10 encuestados dijo preferir un estilo competitivo en la misma situación. Indicaron que buscan rivalidad con las demás personas por el hecho de pensar diferente, lo que implica un enfoque de defensa de la opinión propia como única “verdad”, en desmedro de la opinión ajena.
Las conclusiones del estudio sobre cómo vivimos los argentinos
La problemática de la discriminación en Argentina se presenta como una práctica frecuente entre las personas, aseguran quienes abordaron el estudio. En consecuencia, consideraron que se “debería contemplar las diversas expresiones o tipos de discriminación, como la adhesión a determinadas ideas políticas, la situación socioeconómica y la apariencia física, entre otros aspectos”.
Además, concluye que “la adopción de conductas discriminatorias surge de la puesta en juego de estereotipos y prejuicios” sobre determinados grupos de la sociedad. “Quien presenta alto grado tanto de asertividad como de empatía tendría un estilo colaborador”, señala el informe.
Finalmente, destaca que “colaborar implica un intento de trabajar con la otra persona para encontrar alguna solución que satisfaga plenamente los intereses de ambas personas”. Pese a ello, enfatizan, “más allá de las diferencias que nos separan, los argentinos continúan optando por privilegiar la empatía, la comprensión, la colaboración y el respeto”.
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