El 18 de agosto de 2016, la Corte Suprema de Tucumán emitió un fallo que ordenó la libertad de Belén, quien había sido condenada en 2014 a ocho años de prisión tras ser acusada de haber asesinado a su bebé luego de tener un aborto espontáneo. Aquel día, la mujer tucumana abandonó la Unidad Penitenciaria N° 4 de Banda del Río Salí, en donde estuvo 29 meses presa.
Tres años más tarde, la escritora y abogada argentina Ana Correa publicó Somos Belén, en donde narró “una injusticia que conmueve al mundo” y “la verdadera historia detrás de las máscaras”, tal como redactó en la portada del mismo. Lo hizo en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho con la presencia del presidente electo Alberto Fernández, quien se sentó a su lado en la mesa principal y sostuvo: “Avalo todo lo que se dice y debería darnos vergüenza como sociedad, y no podemos seguir pasando vergüenza”.
Fernández llegó pasadas las 19:30 y, tras ser fotografiado por una decena de jóvenes, se sentó en primera fila y escuchó el final de la presentación. Luego subió al escenario y pidió disculpas por la demora. “Vine de Uruguay pero era muy necesario estar presente y aunque tarde, más vale tarde que no estar acá”. Tras sacarse algunas fotos en el escenario con un centenar de mujeres que concurrieron a la presentación, Fernández se reunió con la escritora del libro y con Belén, quien presenció el acto y mantuvo un emotivo encuentro con el presidente electo.
Luego de 10 minutos, salió y volvió a ser abordado por otras 20 mujeres. “Hagamos una selfie así salimos todos”, bromeó el presidente electo. Previo a retirarse y consultado por Infobae, el ex jefe de Gabinete manifestó que en su gobierno, “mi objetivo es que las mujeres tengan más derechos y sean tratadas igual que los hombres”.
El panel lo completaron Nelly Minyersky, Claudia Piñeiro, Soledad Deza, Ingrid Beck, Gonzalo Heredia y Dolores Fonzi. Debajo del escenario estuvieron Matías Lammens, Gabriel Katopodis, Silvia Lospennato, Macarena Sánchez, María José Lubertino, Malena Galmarini, entre otros.
En 2014, Belén acudió a la sala de urgencias en un hospital público de la provincia de Tucumán por un dolor fuerte en el abdomen. Allí se enteró que estaba embarazada cuando tuvo un aborto espontáneo. Cuando llevaba dos años y medio en la cárcel, la abogada Soledad Deza se enteró de su situación y tomó el caso. Gracias a su intervención y a la presión de diversos organismos internacionales, Belén fue liberada y en 2017 fue absuelta por la Corte de Tucumán.
La publicación de Correa cuenta con el prólogo de la célebre escritora Margaret Atwood, autora de El Cuento de la Criada. En sus líneas expresó: “¿Cuántas otras Belén hay en el mundo? ¿Cuántas mujeres han muerto porque tuvieron miedo de ir a un hospital por un aborto, espontáneo o provocado, aterradas por la posibilidad de que las acusaran de asesinato? ¿Cómo podríamos saberlo? Como ocurre muy a menudo cuando se trata de las mujeres, las injusticias están ocultas, enterradas entre silencios y eufemismos. Tenemos una deuda de gratitud con aquellos que dieron a conocer, al menos, esta injusticia en particular”.
Fue justamente Heredia el primero en tomar el micrófono y leer un fragmento del prólogo de Atwood: “En la Argentina —un país que proporcionó algunas de las prácticas de la vida real que incluí en El cuento de la criada, en especial, el robo de bebés perpetrado durante la dictadura militar—, la grave situación de Belén logró salir a la luz, lo que obligó a la Justicia a revisar el caso y, finalmente, llevó a su absolución. Pero esto sucedió después de años de sufrimiento por parte de Belén, y únicamente fue el resultado de una masiva protesta contra la negación de un debido proceso a la joven, organizada por un grupo de activistas determinados a revertir este ejemplo de una Justicia injusta”.
Tras ello, también hablaron Dolores Fonzi y Nelly Minyersky, a quien aplaudieron y le cantaron: “Nelly, Nelly, Nelly corazón, acá tenés las pibas para la revolución”. Previo a que Ana Correa dijera unas palabras, Piñeiro brindó detalles del nacimiento y la construcción del libro a través de anécdotas que vivió junto a Correa. Fue la escritora quien, sobre el final, le agradeció a todas las mujeres que gritaron para que el aborto sea legal y le pidió perdón a Belén: “Perdón a ella, por todas las personas que no se lo pidieron”, completó.
Fotos: Franco Fafasuli
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