Por Guillermo Andino
Por Carolina Prat
La enfermedad de un niño, cuando es grave o crónica provoca un cimbronazo en toda la familia e impacta tanto en lo emocional como en lo doméstico. Se modifican el ritmo y las ocupaciones de todos los integrantes del hogar, especialmente del padre o madre que debe acompañar al hijo que está afectado. En Buenos Aires se da la particularidad de que hay hospitales pediátricos, o especializados, que atienden niños de la ciudad, del interior y hasta de otros países de la región. Ocurre entonces, que hay familias que deben trasladarse y permanecer mucho tiempo – a veces meses– con el hijo que está en tratamiento y para eso necesitan un lugar cómodo para hospedarse. Se sabe, además, que los afectos cerca son siempre necesarios para facilitar la contención y la efectividad de los tratamientos.
Desde hace 25 años La Casa de Ronald McDonald Asociación Argentina de Ayuda a la Infancia se ocupa de mantener a las familias unidas en uno de los momentos más difíciles de sus vidas. Forma parte de una organización internacional Ronald McDonald House Charities (RMHC) a nivel global, y en Argentina es una institución sin fines de lucro que se dedica a desarrollar y liderar programas que impactan en la salud y el bienestar del niño y su familia. Cuenta con cuatro Casas Ronald (en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Bahía Banca), cuatro Salas Familiares; una Unidad Pediátrica Móvil; Unidad de Promoción de Hábitos Saludables y una Unidad de Bienestar.
“En todos estos años de trabajo en Argentina La Casa de Ronald McDonald ha impactado en 235.000 niños y familias” comenta Julieta Cortijo, encargada de Desarrollo Institucional, mientras describe las particularidades de la primera Casa Ronald que se instaló en 1998 en la calle Perón entre Medrano y Acuña de Figueroa en la Ciudad de Buenos Aires. Una vivienda antigua remozada y adaptada como hogar provisto con 30 habitaciones, cada una con capacidad para cuatro personas: un niño paciente y tres acompañantes. Esta vivienda está ubicada en las cercanías del hospital Italiano donde muchos niños reciben tratamientos de alta complejidad y en varios casos son ambulatorios.
En la casa hay espacios amplios para compartir: cocina, comedor, salas de estar, sala de juegos, patios y biblioteca, en los que las familias tratan de replicar su rutina doméstica pero en grupos. Se ven familias compartiendo la hora del almuerzo, haciéndose compañía, intercambiando experiencias y fundamentalmente dándose contención mutua. Además, como los chicos siguen con su escolaridad, para no atrasarse en el ciclo lectivo mientras se tratan, vienen maestras domiciliarias y hay clases para los tres niveles: jardín, primario y secundario.
Las salas familiares que funcionan en los hospitales brindan diariamente un espacio de descanso para que los papás que tienen a sus hijos internados cuenten con un lugar para distenderse, comer, lavar la ropa y participar de distintos talleres con el propósito de que puedan acompañar con mayor calidad de vida a sus hijos y especialmente para que puedan estar cerca y conectados con los médicos.
En el Hospital Garrahan hay 2: una que ya ha beneficiado a más de 3.800 padres cuyos hijos están internados en Neonatología y otra con 90 camas para padres de niños internados en Terapia Intensiva, que desde su inauguración ya ha brindado descanso a más de 20.300 progenitores.
En Córdoba se encuentra otra Sala Familiar para internados en Terapia Intensiva del Hospital Santísima Trinidad que ha colaborado en el descanso de 3.600 padres y en la ciudad de La Plata a fines de 2017 se inauguró la última sala familiar en el Hospital Sor Ludovica, institución de referencia, con capacidad para albergar diariamente a 75 papás y mamás en el área de Terapia Intensiva, Terapia Intensiva Cardiovascular y de Neonatología.
El mantenimiento de las casas, la creación de nuevas salas familiares en los hospitales y los programas que conduce La Casa Ronald Asociación Argentina de Ayuda a la Infancia se solventan con aportes empresarios, donaciones y acciones solidarias específicas. Una de ellas es la que lleva adelante la empresa McDonald’s. El próximo 15 de noviembre se celebra una nueva edición del Gran Día, en que parte de lo recaudado por la venta del Big Mac en todo el país, será donado a la Casa de Ronald McDonald. Una oportunidad para ayudar a esta obra gigantesca.
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