Monopatines eléctricos en las calles: cómo se usan, los accidentes y qué pasó en las ciudades que los adoptaron

Los dispositivos llegan cada vez a más lugares. Especialistas internacionales opinaron sobre la dificultad para controlar el nuevo medio de transporte

Monopatines eléctricos: cómo se usa el nuevo medio de transporte porteño - #Informe

A diferencia de otras ciudades del mundo, cuando hace algunos meses se anunció la llegada de monopatines eléctricos a Buenos Aires, desde la Secretaría de Transporte porteña, basándose en otras experiencias, intentaron adelantarse a posibles problemas y tomaron una decisión: regularlos.

No son peatones pero circulan por la vereda y algunos hasta se animan a bajar a la calle junto con motos, autos y colectivos. El uso del casco y los lugares donde estacionarlos -en la práctica- se vuelven relativos. A pesar de que la reglamentación es clara desobedecerla no impide utilizar el servicio.

Según la reglamentación de la Secretaría de Transporte no podrá haber más de 4.000 monopatines eléctricos en Buenos Aires (Fernando Calzada)

El sistema exige descargar una app, es prácticamente el único requisito obligatorio. Eso y un número de tarjeta de crédito. En la calle son los agentes de Tránsito del gobierno porteño los encargados de controlar desde el 18 de octubre pasado a quienes utilizan el sistema, que ya proveen las empresas Lime, Grin y Movo (más adelante se sumarían también Bird y Kadabra).

El precio para usarlos es de 15 pesos el desbloqueo y 8 pesos el minuto. No puede decirse que sea una alternativa económica, pero sí una solución que ahorra varios minutos en distancias cortas a un precio razonable.

Así son los monopatines que circulan por las calles porteñas

“La obligatoriedad del uso del casco figura en la Ley 6164, de todos modos en la resolución que armamos solicitamos acciones y campañas que incentiven el uso”, explicaron a Infobae fuentes de la Secretaría de Transporte a cargo de Juan José Méndez que trabajó en la reglamentación de los dispositivos y que además firmó con las empresas un Pacto de Seguridad Vial.

Buenos Aires está dando sus primeros pasos con los monopatines eléctricos o e-scooters, como se los conoce en el resto del mundo. Pero en otros países los dispositivos son moneda corriente y en líneas generales la estadística no los favorecen a la hora de las lesiones.

El lugar donde estacionar los dispositivos se vuelve a veces tema de conflicto, ya que incorporan un nuevo elemento al mobiliario urbano (AFP)

En diálogo con Infobae, la periodista especializada en redes sociales Irina Sternik, parte del colectivo Clementinas, un grupo conformado por reporteras abocadas a la tecnología y la innovación, contó una experiencia personal. Una que inclusive publicó en julio pasado en su blog LadoB, en un post que tituló “Cómo me quebré usando un monopatín eléctrico”.

En la publicación la periodista comenzaba contando que había utilizado el sistema en Chile y Washington, cuando se accidentó en Tel Aviv. Remarcaba en el artículo la diferencia entre los dispositivos, unos más tecnológicos, otros más rústicos, y describía sobre lo que le pasó: “Una bicicleta hubiera sido genial. Un monopatín más robusto, también. Pero el que yo tenía, no. Voló por los aires y con él yo y mi pierna. Me fracturé el peroné”.

Desde la empresa Lime, la que Sternik usó en Israel y una de las que acaba de llegar a la Argentina, respondieron a sus correos ofreciéndole pagar los gastos de la atención médica en ese país -16.000 pesos- pero la pregunta es: ¿Hay seguro de monopatines?.

Irina Sternik

En este punto desde la empresa Lime en Argentina, tras la consulta de Infobae, expresaron que se trabaja "constantemente para evitar situaciones riesgosas que puedan provocar accidentes. En el caso de que estos sucedan tenemos como protocolo realizar una investigación en profundidad para así identificar a los responsables y actuar de manera correcta”. En la misma línea señalaron que la Ciudad exige como condición para otorgar el permiso para operar un seguro que proteja tanto al usuario como a la marca.

Imagen tomada en Ciudad de México: por la calle y sin casco

Este año el medio estadounidense Chicago Tribune publicó un artículo en el que dio a conocer algunos datos estadísticos sobre micromovilidad en los Estados Unidos. La publicación asegura que hubo en el último año al menos cinco muertes de personas que utilizaban el servicio compartido de monopatines eléctricos en ese país.

Las condiciones que las empresas exigen aceptar a los usuarios

Según el medio, y en base a un estudio reciente de la Universidad de California en Los Ángeles, las lesiones en la cabeza representaban el 40 por ciento de las heridas causadas por los monopatines, seguidas de fracturas en un 32 por ciento.

Otro relevamiento, realizado en este caso por el departamento de salud de Austin, Texas, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 20 personas resultaron heridas por cada 100.000 viajes en scooter, y el 15 por ciento de los heridos sufrieron lesiones cerebrales traumáticas. El mismo trabajo encontró que solo uno de los 190 ciclistas heridos en un período de tres meses usaba un casco. Y sumaba un último dato revelador: un tercio de los pasajeros heridos se accidentaron durante su primer viaje.

El arquitecto y planificador urbano colombiano Carlos Urrego, parte de la iniciativa global de Bloomberg Philanthropies para la seguridad vial, habló con Infobae durante un encuentro de la organización el mes pasado, de la que también participó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y en ese marco expresó que en Bogotá los llamados monopatines, patinetas o e-scooters, “generaron con su llegada mucho conflicto y una reacción por parte de la ciudadanía en general” de la que la Secretaría de Movilidad local tuvo que hacerse eco.

Todas las noches los monopatines, que cuentan con GPS, son recogidos de la calle por las empresas (Foto: isaac Esquivel/ Cuartoscuro)

“Es un sistema que realmente tiene presencia en Bogotá hace relativamente pocos meses, debe tener alrededor de un año operando. Inicialmente se insertaron en la ciudad de manera autónoma, sin ningún tipo de regulación y rápidamente se evidenciaron ciertas problemáticas con el comportamiento de los usuarios en relación a los otros actores con los que se comparten la vía pública”, explicó Urrego.

Sobre los problemas precisó: “Andar por zonas peatonales a alta velocidad fue uno de los principales conflictos en Bogotá". Actualmente en la capital colombiana el uso está limitado a las ciclovías (que representan unos 500 kilómetros) y sólo es permitido en calles en zonas que son consideradas residenciales.

Desde la Organización Panamericana de la Salud mientras tanto, también en diálogo con este medio, Eugenia Rodrigues admitió: "Aún no nos detuvimos a analizarlo como para tener una postura como organización sobre eso, pero llama la atención y es un desafío que vamos a tener que afrontar. Lo que sabemos es que hay un riesgo y una necesidad de regular esto, pero tenemos que sentarnos a estudiar el tema. El desafío está en responder rápido a esto porque ya está pasando”.

Son tres empresas las que actualmente prestan el servicio en Buenos Aires y pronto se sumarían otras dos (AP)

Estadísticas recientes del Periódico de Barcelona, en base a datos que llegan desde el Sistema de Emergencias Médicas de esa ciudad y que atiende las emergencias que se producen en la vía pública, aseguran que -si bien en su mayoría son de carácter “leve”-hay en promedio un accidente al día que involucra monopatines eléctricos. El artículo expone la dificultad de regular el novedoso medio de transporte.

“Para nosotros lo primordial es que las personas se muevan por la ciudad de forma segura. Por eso, antes de que los monopatines salieran a la calle trabajamos en su regulación y firmamos en forma conjunta con las empresas un compromiso de seguridad vial”, expresó Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura de la ciudad de Buenos Aires, en diálogo con Infobae.

A un mes del comienzo de la prueba piloto en Buenos Aires todavía no pueden sacarse conclusiones acerca del impacto de los monopatines y si la regulación alcanza para favorecer a un entorno seguro. En los primeros días, de lo que se puede ver, faltan los cascos y la circulación no se restringe sólo a bicisendas.

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