Los 390 alumnos de la Escuela Primaria Nº 136 de Neuquén volverán a tener clases después de más de tres semanas. Tras un acuerdo entre los ministerios de Seguridad y de Educación provinciales y las autoridades de la institución, se garantizó la seguridad para la reanudación del ciclo lectivo, ante la amenaza de un nuevo desalojo en un predio tomado, ubicado a 100 metros.
El lunes, los casi 400 estudiantes de la escuela ubicada en el corazón del barrio Confluencia podrán regresar a su vida educativa habitual.
La institución había cerrado el 17 de octubre, día en el que se produjo un violento desalojo, con balas de goma y lanzamiento de gases lacrimógenos incluidos, de un predio tomado por 130 familias denominado “Obreros Argentinos” y ubicado cerca del edificio escolar.
Durante los incidentes, 190 alumnos se encontraban dentro de la escuela. Los directivos de la institución aseguraron no haber sido notificados con anticipación del procedimiento policial: mientras los gases llegaban al patio y a las aulas, los docentes tenían que contener a los estudiantes más pequeños. Además, debían tratar de controlar a muchos de los estudiantes de los grados más altos que vivían en el predio, quienes intentaban abandonar la escuela por su cuenta para saber qué les estaba pasando afuera a sus familiares.
Ante el regreso casi inmediato de sus parientes al lugar y el riesgo de una nueva intervención policial, desde la cartera de Seguridad de la provincia no se podían brindar las condiciones óptimas para la reanudación del ciclo lectivo. Por lo tanto se resolvió el cierre de la escuela por tiempo indefinido.
Recién hoy, viernes 8 de noviembre por la mañana, se firmó un acta de acuerdo de representantes de los ministerios de Seguridad y de Educación, de la Fiscalía General, de los gremios, de la comunidad y de la propia institución educativa, en la que todas las partes se comprometían a garantizar, desde su lugar, las condiciones necesarias para la reapertura segura de la escuela.
El documento fue firmado por el fiscal general de Neuquén, José Gerez, la ministra de Trabajo, Seguridad y Desarrollo Social, Vanina Merlo, la ministra de Educación, Cristina Storioni, el subsecretario de Seguridad, Gustavo Pereyra, y la directora de la Escuela Nº 136, Verónica Coñumilla, entre otros.
“Cuando hay decisiones políticas, las cosas salen, fluyen y surgen. No se debería haber llegado a estas instancias que pasaron porque seguramente quedarán huellas en nuestros alumnos y alumnas que tienen que ver con los hechos de violencia, que vamos a tener que alojar y tramitar en nuestra escuela recibiéndolos, abrazándolos y escuchándolos”, le aseguró la directora Verónica Coñumilla a Infobae después de lograr el acuerdo.
El acta consta de un compromiso mancomunado de cinco puntos, entre los que se destacan los primeros tres:
PRIMERO: El Ministerio Público Fiscal informa que a partir del proceso de Mediación Penal dispuesto para abordar el conflicto que generó los legajos fiscales Nros. 143608/19 y 143810/19, no solicitará ninguna medida de acción directa que involucre el uso de la fuerza pública, en particular un desalojo, mientras se sustancie el mismo.
SEGUNDO: El Ministerio de Educación dispondrá de forma inmediata todas las medidas para el reinicio de actividades escolares y brindará por medio de un equipo interdisciplinario un acompañamiento a toda la comunidad educativa.
TERCERO: El Ministerio de Seguridad articulará todas las medidas de seguridad necesarias con el Ministerio de Educación para acompañar el normal funcionamiento de las actividades escolares. Y no dispondrá el uso de la fuerza pública sin una orden judicial.
Durante los más de 20 días en los que la escuela se mantuvo cerrada, la directiva de la institución cerró un convenio con el Club Social y Deportivo Confluencia. Los docentes de la Escuela Nº 136 se reunirían allí todos los días para confeccionar cuadernillos y trabajos prácticos y luego repartirlos a domicilio a las casas de los alumnos.
Sin embargo, una vez que salieron a la calle, los directivos de la Escuela comprobaron que la situación social de algunos de los estudiantes era límite: "En nuestra escuela hay muchos chicos que no tienen referentes adultos en sus familias y la escuela era su único cable a tierra, su techo y su comida. Con algunas compañeras salimos a hacer recorridas y los veíamos tirados durmiendo en el medio de la calle. Hablábamos con ellos y nos decían que hacía un día y medio que no habían comido nada. Y no tenían a nadie a quien recurrir”, advirtió en su momento Coñumillas a Infobae.
Se espera que a partir del lunes, con la reanudación de las clases, desde la institución se pueda empezar a reconstruir el tejido de esa comunidad, muy dañada a raíz de los hechos de violencia recientes.
“Para que podamos construir una realidad distinta tiene que haber una construcción del ciudadano diferente, donde todos nos encontremos, nos escuchemos y podamos tener un objetivo en común. No puede ser que el derecho a una vivienda digna, a la salud, a la educación estén por debajo de los intereses de poder”, se quejó la directora de la Escuela Nº 136.
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