Dentro de la estructura de las Fuerzas Armadas del país, hay íconos que son reconocidos por la sociedad con solo enunciar su nombre. Así, por ejemplo, Campo de Mayo y Puerto Belgrano son símbolos indubitables del Ejército y la Armada respectivamente. Lo mismo puede decirse respecto de la Fuerza Aérea Argentina cuando se hace referencia a la Base Aérea El Palomar.
El Palomar alberga en su interior a la estratégica I Brigada Aérea, la que sin lugar a duda es el componente más emblemático de la aviación militar nacional, ya que de sus entrañas nació la propia Fuerza Aérea Argentina. El predio originalmente integraba las instalaciones del Colegio Militar de la Nación, eran terrenos inundables que oficiaban como caballerizas. Posteriormente allí se forjaron los inicios de la aviación militar bajo la órbita del Ejército Argentino.
El cabo principal Marcelo Castañeda es -formalmente- un integrante de la división meteorología de la base aérea. Se desempeña como auxiliar de pronóstico de la unidad, lo que implica que sus responsabilidades se relacionan con las tareas de protección al vuelo. Pero al margen de su rol militar en la unidad aeronáutica, Castañeda es el responsable de mantener viva la tradición histórica de esta porción del poder aéreo nacional. Luego de describir con orgullo las tareas de apoyo que su división brinda por ejemplo a los aviones Hércules C130 que realizan el puente aéreo antártico, se zambulle en la historia de lugar y brinda un relato sobre algunos aspectos distintivos de la base y la brigada. “Esta unidad fue creada el 10 de agosto de 1912, dadas las características del terreno, fue necesario realizar numerosas tareas de reacondicionamiento para tornar al lugar apto para la actividad aeronáutica. Nuestros pioneros realmente fueron entusiastas hombres que comenzaron a volar con aparatos muy rudimentarios, los fuselajes eran de tela”. Señala.
Dentro de pormenorizado detalle que el joven suboficial de la FAA brinda para esta crónica, un hecho especialmente destacado es el que ocurre el 04 de enero de 1945. En aquella fecha la aviación militar deja de ser un comando dependiente del Ejército para tomar su propia entidad y transformarse en la tercera fuerza armada del país. La “independencia” de la institución se da en momentos muy especiales para la humanidad ya que el mundo se encontraba librando la Segunda Guerra Mundial. Según el relato de Castañeda, "en el período que media entre las dos grandes guerras, el país procedería a la incorporación de aeronaves procedentes de Alemania, Italia, Inglaterra y Estados Unidos, de la mano de estas adquisiciones se incorporaron también nuevas técnicas de vuelo y tácticas de combate”. Esta misma situación se daría una vez terminada la Segunda Guerra Mundial.
Siempre siguiendo el relato de Castañeda, “El Estado Nacional comenzó en forma simultanea con la llegada de estas unidades, a interesarse e invertir en instalaciones terrestres complementarias, se construyeron aeródromos, se mejor sustancialmente todo lo atinente a la seguridad”. Recuerda el custodio de la sala histórica de la base. Del recorrido efectuado a través de poco más de cien años de historia, se desprende un crecimiento sostenido de la institución a partir de la segunda mitad del siglo XX ya que en forma relativamente rápida la FA contó con aviones de reconocimiento, transporte, exploración, ataque y bombardeo”.
Entre historias y anécdotas el relato avanza hasta llegar al momento mas trascendental de la fuerza, el bautismo de fuego en Malvinas. “Malvinas es una herida abierta en nuestra fuerza aérea. Esta unidad dejó en los mares del sur a ocho camaradas entre oficiales, suboficiales y un soldado conscripto. Es más que evidente que la vida misma de esta base aérea esta cruzada por la destacada actuación que tuvieron los aviones de transporte Hércules C130 cuyas heroicas misiones cubrieron aspectos estratégicos, tácticos y logísticos durante el último conflicto bélico del país.
Una base totalmente operativa
El vicecomodoro Gustavo Otero, jefe de operaciones de la I Brigada Aérea, durante su diálogo con Infobae señala. “Esta brigada es una unidad logística de transporte por excelencia. En el presente los sistemas de armas que tienen su asiento aquí son, el sistema Hércules y el sistema Fokker 28”. Ante la inevitable pregunta se apresura a explicar. “Para los militares un sistema de armas es básicamente la conjunción de todos los sistemas componentes de una aeronave, es decir que el avión en sí mismo, más sus componentes técnicos y su armamento, constituye un sistema de armas”. Finaliza.
La operación de los poderosos Hércules C130 en el presente pueden resumirse en el apoyo a la actividad antártica, el transporte de personal de la FAA y también de cargas y equipo militar. Asimismo, desde El Palomar se brinda apoyo aéreo sanitario en emergencias o catástrofes naturales. Esta ayuda incluso excede el marco nacional, ya que son numerosas las misiones de ayuda humanitario que se han llevado a cabo a nivel regional.
Siguiendo lo que es una constante para el personal de la brigada, si se habla de “Hércules” se habla de Malvinas. En este sentido el vicecomodoro Otero recuerda. “El Hércules en Malvinas cumplió un rol táctico y estratégico, con este sistema de armas se rompió el aislamiento militar que sufrieron las islas a partir del bloqueo naval impuesto por Inglaterra, con estos aviones se pudieron satisfacer las más variadas necesidades que tenían los mas de 15.000 soldados desplegados en el archipiélago. No se puede soslayar el hecho que este avión no tiene armamento propio, y su única defensa estuvo dada por la pericia, habilidad y valor de sus tripulaciones que lograron con éxito evadir los radares y las armas del enemigo hasta el último día de la guerra”.
Lobo del Aire
El complejo entramado de la enorme Brigada Aérea está en manos del comodoro Juan Carlos Piuma. Este oficial superior es portador de un apellido icónico ya que su tío el Brigadier (RE) Gustavo Piuma fue protagonista en Malvinas de una historia realmente singular.
El comodoro Piuma, por otra parte, aquilata una vastísima experiencia en materia de aviones de transporte y relata que llegó a ocupar la titularidad de este destino militar como corolario del paso por distintos cargos dentro de la especialidad. Complementando los dichos de su jefe de operaciones, el militar remarca el carácter estratégico y táctico de la brigada, ello sin negarle el carácter de unidad destinada a la operación de transporte en sí misma. Reconociendo que el Hércules es el avión más pesado actualmente en uso por parte de la FAA, Piuma también destaca las bondades del Fokker, un avión a reacción más liviano y versátil. “Desde aquí no solo parten y regresan los aviones de transporte militar, también entre misión y misión, el grupo técnico propio de la brigada realiza las tareas de mantenimiento ligero necesarias para un correcto alistamiento de cada aparato. Las reparaciones mayores se realizan en FAdeA”, sostiene Piuma.
Consultado por Infobae acerca de cual es la razón de ser de la FAA para el país, el comodoro señala: “La misión que aprendemos desde jóvenes es la de defender el espacio aéreo sobre el territorio nacional y sus aguas jurisdiccionales y como tarea subsidiaria está la de dar apoyo a tareas de interés nacional como lo es la actividad antártica y por supuesto la asistencia a la comunidad en situaciones que lo requieran”.
Un trozo de gloria
De la mano de la mecánica de aeronaves Hércules, la cabo primero Elizabeth Vilca, Infobae aborda un C130 muy particular, es la unidad con la matrícula número TC 68 y precisamente uno de los aparatos que violaron reiteradamente el bloqueo inglés durante la guerra de 1982 realizando numerosas y muy variadas misiones. La cabo Vilca detalla que la aeronave se encontraba en estado de abandono, y que por iniciativa de la fuerza y con el apoyo de mecánicos y especialistas en este sistema de armas, se lo fue recuperando con la intención que sirva como testimonio de la labor de la fuerza en Malvinas. “Si bien todavía tiene signos de deterioro en algunas partes, trabajamos para llevarlo a la condición que tenía en 1982”, dice.
No todo es historia en materia de Hércules. La misma suboficial conduce al equipo hasta una de las unidades C130 que han sido repotenciadas íntegramente en FAdeA, luego de que técnicos estadounidenses capacitaran al personal de la planta industrial cordobesa. Las tareas principales de esta repotenciación radican en el cambio de la aviónica (instrumental de vuelo) pasando de la versión analógica a la digital, la renovación total del cableado eléctrico y el reemplazo de las turbinas como así también la modernización de diversos subsistemas.
Centenares de militares y civiles prestan servicios a diario en la I Brigada Aérea de El Palomar. El personal de esta unidad es parte indivisible de la ciudad en la que se encuentra emplazada, y en distintos puntos de la recorrida Infobae tropieza con entusiastas alumnos de jardines de infantes de la zona que miran desde su aun pequeña altura las enormes aeronaves de carga.
Sobre el final de la entrevista, oficiales y suboficiales aeronáuticos se aprestan para continuar con lo que es la labor del día, ajustar los detalles para la participación de la brigada en las tareas de seguridad en los comicios generales del próximo domingo. El despliegue del Comando Nacional Electoral comprende al personal de las tres FFAA y la totalidad de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales. Constituye el mayor despliegue de efectivos y medios militares y policiales que realiza el país cada dos años.