Está nervioso. Desde hace ocho meses se prepara para esta noche. La esperó toda su vida: sueña con subir al ring y por fin dar el knockout.
El sudor recorre su frente. Es la primera vez que pelea sin la calle como escenario, sin el barrio como público y sin el respeto de los otros como premio.
El pibe de la 1-11-14 sube al ring de la Federación Argentina de Box (FAB) y su adversario lleva apellido de campeón: Alan Monzón.
“Esa primera vez estaba muy nervioso, pero después miré a mi alrededor y me acordé de que viví cosas peores en mi vida. La muerte de mi mamá cuando era chico y mis problemas en la calle, respiré y pensé ‘esto no es nada’”.
Ulises Blanco tiene 23 años y vive en el Barrio Rivadavia I, en la villa 1-11-14. Su infancia fue “linda y sana” mientras creció rodeado de sus padres, pero cuando su madre falleció al contagiarse de tuberculosis detenida en el Penal de Ezeiza, su muro de contención parental se desmoronó. “Mi papá cayó en una fuerte depresión y yo empecé a hacer todas las cosas que no me habían enseñado. Empecé a salir a la calle, tener mala junta. En el barrio siempre tenía peleas”.
Con una sonrisa recuerda su primera pelea, el 9 de julio del 2017. En esa oportunidad ganó por puntos y tuvo como hinchada a sus amigos, su hermano, su abuelo y su padre."Mis vecinos no lo podían creer, algunos me cargaban y me decían Rocky y otros todavía no creían el cambio de vida que había hecho".
Su adolescencia transcurrió entre institutos de menores, noches en la calle y drogas. Antes de cumplir los 18 años, Ulises al igual que otros jóvenes, ya conocía las dos caras del barrio, “más de uno me quería matar”, cuenta ahora entre risas.
Su familia decidió ayudarlo con el último recurso que tenían: enviarlo a Tucumán y alejarlo, por un tiempo de una realidad que lo consumía . Allá lo esperaban sus tíos. Conoció otra forma de convivir, volvió a sentir afecto y protección, y rodeado de sus primos deportistas intentó ser el Ulises que nunca dejó de ser, pero que se había perdido en algún rincón del barrio.
“Un día entré a un gimnasio de boxeo y me enamoré. Estaban todos entrenando y sentí que esto era lo que yo quería, que era para mi”.
Quien camina por el barrio de Almagro no puede dejar de ver la fachada del Almagro Boxing Club (ABC), una pared blanca con la leyenda “Aquí se respira boxeo” y el dibujo de dos peleadores rodeando la frase. La puerta azul y pesada de hierro es la entrada a uno de los clubes más prestigiosos del país que vio pasar y entrenar a figuras como Luis ángel Firpo, Pascual Pérez, Carmelo Robledo, entre otros. Hoy tiene más de 500 socios activos que se ejercitan a diario bajo el lema del club: “Una hora más en el gimnasio es una hora menos en la calle”.
Al ingresar recibe a los púgiles el rostro de un joven sonriente impregnado en un mural. Así con un cinturón rojo que deja leer “La Liga”, un gorro de Boca Juniors y un tatuaje que homenajea y recuerda a Lorena, su madre. Ulises Blanco agradece a diario el gran gesto de sus compañeros y del club al retratarlo en esas históricas paredes.
“Yo creo que el ABC fue una de las bases más importantes de lo que es mi boxeo hoy en día, me llevaron muy despacito y se que voy a seguir ahí hasta que el cuerpo no me de más”, dice Ulises mientras se prepara para un entrenamiento más, bajo la mirada atenta de sus compañeros.
Con una remera de Boca y pantalones negros el boxeador del Bajo Flores se pone los guantes azules y se dispone a seguir con una rutina que desde hace 4 años lo ayuda a perseguir un sueño: pelear una final mundial y representar a los pibes de su barrio.
Es que Ulises siempre vuelve a las bases. Su barrio lo llena de recuerdos, sus amigos, las calles y las interminables noches que lo desafiaban ahora lo acompañan a cumplir sus metas. El Polideportivo Corea es su otra casa. Allí junto a la comisión directiva luchan a diario por mantener y sostener un espacio que le cambia la vida a muchos jóvenes que tuvieron una vida parecida a la de él.
“No existen los pibes malos, existe la droga y la droga a veces te cambia”, sostiene Ulises, parado en medio de una cancha que, por ironía o azar, lleva pintado en uno de sus muros el rostro de Maradona. El Polideportivo es también la otra cara del barrio, es apostar al deporte como herramienta de inclusión y de salvación.
“Acá metimos clases de funcional, básquet y más, pero faltan materiales para que los chicos se motiven. Estamos justos. Yo creo que habría que poner un poquito más de cosas, no solo en el Poli sino en todos los lugares del barrio en que haya deporte”, agrega.
Con 27 peleas amateurs, 22 ganadas, tres perdidas y dos empates, se posiciona actualmente como tercero en el ranking metropolitano 2019. También participó de su primer regional donde ganó cuatro peleas, aunque una lesión lo alejó en la semifinal. “Siempre hay revancha”, dice.
“A los pibes les digo que el que abandona no tiene premio. Todas las personas son un mundo distinto, una pelea diferente, las cosas de a poco llegan y uno tiene que ser fuerte y resiliente siempre”, aconseja Ulises.
“Mi papá ahora está preso y pareciera que yo estoy bien, que mi vida es normal pero la verdad es que siguen pasando trabas en mi vida, siguen pasando problemas pero yo sigo ahí adelante. Eso hay que hacer siempre”, asegura.
Se saca los guantes y saluda a sus compañeros. Con un abrazo se despide de su entrenador. Ulises emprende viaje para el barrio, allá lo espera su otro grupo de amigos para continuar la pelea cotidiana de rescatar al barrio y a los pibes, esos con los que se crió y que merecen esa segunda oportunidad, como la que tuvo él.
*Mundo Villa es un medio de comunicación social que educa informa y transforma. A través de los jóvenes que participan de los talleres de periodismo genera contenidos periódisticos en sus plataformas multimediales. Hoy los jóvenes realizan el primer noticiero sobre las villas en la señal Diputado TV.
Redactora: Emilia Rojas
Producción y realización: Guido Ledesma, Alan Gómez, Joaquín Ramos, Sebastián Deferrari y Diego Varela. #mundovillendtv @mundovilla
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