El Estado reparará a una víctima de violencia de género tras admitir su inacción ante las reiteradas denuncias que, a lo largo de 15 años, interpuso contra su ex marido, cuyo último episodio de esta naturaleza fue un intento de homicidio.
La mujer en cuestión se llama Olga Díaz. Su caso fue impulsado por la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, luego de que el hombre fuera condenado a 20 años de prisión, tanto por último crimen como por las acusaciones anteriores que díaz había presentado.
“Hoy es un día muy importante. Me gustaría ser la voz de las que ya no pueden hablar. Esas mujeres no fueron escuchadas y yo fui una de ellas. Soy tan solo una sobreviviente”, expresó Díaz luego de firmar un convenio de solución amistosa con el Estado.
El acuerdo contempla el pago de una compensación económica a Díaz, así como la puesta a disposición de un equipo interdisciplinario que le pueda brindar asistencia integral.
El calvario de Díaz comenzó en 2002 cuando tomó la decisión de separarse de su entonces marido, Luis Palavecino, luego de descubrir que le había sido infiel. Sin embargo, el hombre pretendió impedírselo mediante agresiones físicas, amenazas de muerte y hasta golpes a la menor de sus hijas.
Díaz realizó una denuncia formal respecto de los hechos. Pero la causa se mantuvo paralizada durante 15 años pese a que en 2008 y 2016 la situación de violencia empeoró. El intento de homicidio tuvo lugar el 24 de marzo de 2017, cuando Palavecino apuñaló a Díaz en la casa que compartían.
Este último hecho dió origen a una causa distinta donde se ordenó la prisión preventiva de Palavecino y la acumulación de los cargos de la anterior. En consecuencia, el hombre fue condenado a 20 años de prisión por tentativa de homicidio agravado y violencia de género en diciembre de 2017.
Un año después, la defensora general de la Nación decidió denunciar al Estado por no actuar “de conformidad con la obligación de debida diligencia reforzada para prevenir hechos de violencia de género contra la mujer”.
“Me tocó ser peloteada por el sistema -dijo Díaz- y gracias a que no me rendí hoy estoy viva. En la DGN encontré la contención y la representación que no tuve en ninguna parte”, expresó Díaz acerca de la decisión de la defensoría.
Por su parte, Martínez expresó: “Estos casos pasan porque en el fondo todavía existe el prejuicio machista de que las mujeres mentimos. En la medida en que no se deconstruya esto, que forma parte del imaginario popular, siempre vamos a encontrarnos con denuncias de mujeres que se minimizan”.
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