Por Guillermo Andino
Por Carolina Prat
Quien posee una discapacidad, probablemente no puedan modificar su condición, pero siempre hay maneras de que su vida sea mejor, digna y contenida por el afecto de aquellos que lo rodean. En la localidad de Parada Robles, en el partido de Exaltación de la Cruz, está el Hogar Madre Teresa de Calcuta donde residen actualmente 50 hombres con discapacidad mental en su mayoría sin familia y de origen humilde. Allí también funciona un Centro de Día que presta servicios a 15 jóvenes que concurren de lunes a viernes provenientes de localidades cercanas.
El Hogar y el Centro de Día son parte de la Fundación para el Servicio y Estudio de la Discapacidad Mental (Fusedim) que se creó hace más de 30 años con la idea de cubrir las necesidades de vivienda, alimentación, vestimenta, afectivas, recreativas y espirituales de los residentes. Mediante las múltiples actividades que proponen logran incrementar su horizonte de posibilidades.
Ricardo Palacio y Margarita Ortíz (Peggy) son un matrimonio que integró el grupo de fundadores de esta institución, en la década del 80. Comenzaron con un taller protegido para 4 muchachos en Villa Adelina que luego fueron ampliando con el apoyo de la comunidad y el Obispado de San Isidro. Fue éste último quien les permitió recaudar fondos entre los fieles, hasta llegar a comprar el campo para fundar el Hogar que hoy administran en Parada Robles. “En el año 96 inauguramos el primer pabellón con capacidad para 17 personas, con habitaciones individuales. Elegimos este lugar porque es una buena zona con fácil acceso a la ciudad de Buenos Aires y dentro de todo en un ambiente rural que es lo que nosotros buscábamos” comenta Ricardo. Además, en las 11 hectáreas que ocupa la Fundación, tienen la posibilidad de tener caballos y utilizarlos para equinoterapia con los pacientes.
La licenciada Luciana Tamborelli, directora de Centro de Día, describe las actividades como una modalidad de servicio integral orientada a las necesidades físicas, psicológicas y espirituales de los internos. El trabajo está a cargo de un equipo interdisciplinario muy amplio compuesto por: psicólogos, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales, catequistas, kinesiólogos y nutricionistas.
Durante el día hay un grupo de orientadoras formado por maestras especiales que se ocupan de los talleres ocupacionales de carpintería, arte, enhebrado, cocina, reciclaje, ludoteca, entre otros. “Todos los talleres apuntan a favorecer algo, a los hombres les gusta y participan activamente. Buscamos que el día a día sea algo especial y que ellos se sientan protagonistas ya que por ahí no cuentan con un entorno familiar, por parte del equipo ponemos esa cuota de calidez” dice Tamborelli.
Fusedim se propone crecer y ampliar servicios, últimamente consiguieron finalizar la obra de revestimiento e iluminación del gimnasio, están construyendo un invernáculo para huerta y jardinería. Incorporaron clases de canotaje en el Arroyo de la Cruz (Capilla del Señor), continúan con las actividades de equinoterapia, esferodinamia, predeportivos, ciclismo, natación y caminatas. Siempre el principal objetivo es utilizar las estrategias de educación emocional adaptadas a las personas con discapacidad para mejorar su bienestar emocional y su calidad de vida.
Como proyecto inmediato están planificando la climatización y cerramiento del natatorio y la colocación de calefacción por radiadores en el sector de Centro de Día, por lo que necesitan del apoyo y financiamiento de la comunidad.
En el Hogar Madre Teresa de Calcuta se puede reconocer el afecto, la calidez y el bienestar que reciben los hombres que allí viven, y los que pasan diariamente; y se puede comprobar también, que hay gente, con capacidad profesional y buen corazón que se esmera por hacerles la vida mucho más afable.
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