Su lucha contra los agrotóxicos le costó la vida: la historia de la maestra rural que conmovió a Marcelo Tinelli y Guillermina Valdes

En sus redes sociales se hicieron eco de la cruzada que emprendió esta mujer en San Antonio de Areco, quien falleció de cáncer, para ponerle fin a las fumigaciones con glifosato cerca de las escuelas. El conductor desde su cuenta de Twitter se pronunció duramente en contra de esta práctica

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Ana Zabaloy, la docente mural que murió envenenada por glifosato
Ana Zabaloy, la docente mural que murió envenenada por glifosato

En San Antonio de Areco la conocían por su trabajo como maestra rural y psicopedagoga, pero la cruzada que emprendió Ana Zabaloy contra las fumigaciones con agrotóxicos cercas de las escuelas trascendió el pueblo y la convirtió en una de sus referentes.

“He visto llegar alumnos gorditos, rozagantes y después de cuatro años ver cómo se les iba deteriorando la salud”, explicó Zabaloy en un documental que retrató el daño que provoca el glifosato esparcido en los campos.

Ese mismo veneno fue el que Ana respiró durante 6 años, mientras se desempeñaba como directora de la Escuela N°11, y el que le generó una parestesia facial, una insuficiencia respiratoria y su posterior muerte por cáncer, en junio de este año.

Visiblemente conmocionada con esta historia y por los efectos tóxicos que genera el glifosato en el cuerpo, Guillermina Valdez empezó a retuitear sobre el tema y a denunciar las graves consecuencias que acarrea ese modelo de agronegocio.

“Me dan ganas de llorar. Después dicen que “opero”. Opero si, para esta gente que pide a gritos hace años y nadie escucha...solo eso. No tengo nada en contra de nadie, solo quiero ayudar”, admite en un tuit “fijado” la esposa de Marcelo Tinelli, y donde comparte un video que concientiza sobre cómo actúan los agrotóxicos en las venas.

Ana murió el domingo 9 de junio, a la hora de la siesta, en su pueblo natal tras una incansable batalla contra el actual sistema productivo. “Somos muchas las docentes rurales que padecemos esta misma realidad, las fumigaciones nos atravesaron la vida y en muchos casos se llevaron por delante nuestra salud. Nadie nos los contó, no lo leímos en ningún diario, nos pasó, lo vivimos, como una cotidianidad inevitable”, explicaba Ana en una carta publicada en la revista Cítrica donde hablaba de los beneficios de la agroecología.

A diario, la docente veía cómo las fumigaciones impactaban en la salud de sus alumnos; todos ellos rociados con veneno por aire y tierra. Y se lamentaba de que nadie hiciera nada para evitarlo. “No tenemos ni siquiera la posibilidad de reclamar porque esto significaría pagar el precio de quedar sin casa y sin trabajo en el mismo instante de abrir la boca”, decía Ana. “Paren de matarnos, paren de fumigarnos”, repitió hasta el último segundo de su vida.

En la Argentina, aproximadamente 700 mil niños y adolescentes estudian en escuelas rurales y están en riesgo por las fumigaciones con agroquímicos los campos vecinos. Los maestros y ordenanzas de esos establecimientos también. Y así como Ana, en San Antonio de Areco, hay otros docentes que también asumieron la lucha de proteger la vida.

En sintonía con su mujer, y como lo viene haciendo desde hace semanas, Marcelo Tinelli utilizó su Twitter para denunciar a importantes empresas internacionales que fueron denunciadas por generar cáncer. “En EEUU el glifosato enfrenta más de 18.500 demandas por generar cáncer y por esta causa Bayer y Monsanto ya recibieron tres condenas multimillonarias por enfermar a un ex jardinero, un jubilado y una pareja”, tuiteó.

Zabaloy, que se desempeñaba como directora de un colegio en San Antonio de Areco, falleció en junio de este año
Zabaloy, que se desempeñaba como directora de un colegio en San Antonio de Areco, falleció en junio de este año

Y remarcó que Argentina tiene el promedio más alto de uso de glifosato per cápita del mundo. “Más de 7 litros anuales por persona. USA no llega a 0,5 litros. En 2 décadas acá se pasó de 20 millones de litros de agrotóxicos a casi 400 millones. ¿De qué cuidado de personas y ambiente me hablan?”, se preguntó.

Además, explicó que “el rasgo cancerígeno de productos como el glifosato y el 2,4-D dejan en claro que los productos que la industria promocionaba como inocuos son todo lo contrario”. Y advirtió: “Ni hablar de insecticidas como el clorpirifos o el herbicida atrazina, prohibido en Europa hace casi 2 décadas”.

En este último tiempo, tanto Guillermina como Tinelli retuitean constantemente artículos, videos e informes donde se pide que dejen de fumigar pueblos enteros, que están linderos a campos agrícolas.

Pero fue ella quien decidió dar un paso más en esta lucha e inició una campaña por Change.org para pedir que se alejen las fumigaciones de la localidad de Sastre, en la provincia de Santa Fe, donde muchos de sus habitantes padecen cáncer; incluida Zoe, una niña de apenas 2 años.

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